El Apocalipsis comienza en Tadfield

Streaming: Amazon convirtió en una sublime miniserie de seis capítulos un libro de Neil Gaiman.

­Uno de los más interesantes y exitosos escritores de nuestro tiempo es Neil Gaiman (Porchester, 1960). Las historietas, la literatura infantil, la ciencia ficción y las narraciones fantásticas son su especialidad. En este diario se le han elogiado novelas (1) y cuentos (2) de un verdadero autor de culto. 
 

Era de esperar que la industria de la televisión se fijara en su prodigiosa imaginería. El caso más reciente es el de Amazon Prime, que ha convertido en una sublime miniserie de seis episodios, el libro `Good Omens' (`Buenos presagios'), que Gaiman había entregado a la imprenta en 1990 junto al difunto Terry Pratchett. 

 Ya hemos elogiado aquí la decisión del coloso Amazon (la marca con mayor capitalización bursátil del mundo) de competir en el exigente segmento del streaming en base a alta calidad. Ofrece muchísimas menos series que Netflix pero una buena parte de aquellas que se lanza a producir resultan memorables. Es el caso de `Good Omens'.


 Para empezar, las actuaciones son magníficas, en especial de la pareja protagónica que conforman Michael Sheen (`Frost contra Nixon') y David Tennant (`Jessica Jones'), el primero como el ángel Azirafel, el segundo en el papel del demonio Crowley (referencia a La Bestia, el escritor Aleister Crowley, un exhibicionista, aficionado a las misas negras, de la primera mitad del siglo XX). Son amigos desde hace seis mil años, el ying y el yang de la Tierra, que al parecer es el mejor sitio del Universo para ver pasar la Eternidad. Han acordado trabajar juntos para evitar el Fin del Mundo. Se han humanizado en demasía. Crowley, por cierto, es la serpiente que tentó a Eva; Azirafel, el ángel que le dio a Adam una espada de fuego.

  En el reparto se exhiben un par de famosos. Jon Hamm (`Mad Men') degrada una pizca su papel del Arcángel Gabriel; tiene una desagradable tendencia a la mueca como Sir A. Hopkins. La bella Miraille Ennos (`The Killing') da vida a Guerra, uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis. Cuatro niños se lucen (Sam Taylor Buck, Amma Ris, Ilan Galkoff, Alfie Taylor) en su interpretación de la pandilla de Adam Young, el Anticristo reacio. Los otros secundarios no desentonan.

 
El guión es sólido como las murallas del Edén. Lo escribió el propio Gaiman. Pero probablemente, lo mejor de la serie sea su retórica. Es exquisita en los intercambios entre Azirafel y Crowley; entre la bruja Anatema Device (Adria Arjona, la hija del cantante) y el renuente cazador de arpías Newton Pulsifer (Jack Whitehall); entre el sargento Shadwell (Michael McKean) y su casera Madame Tracy (Miranda Richardson), médium de tiempo parcial y prostituta los jueves por la mañana, a convenir. La voz del narrador y los diálogos entre los niños también son encantadores.

 Sobre esta torta muy sabrosa, pues, hay dos frutillas: los efectos especiales y la belleza de las imágenes.


PSEUDOAPOCALIPSIS


 Si hay algo que sabe hacer Gaiman es contar una historia.Un crítico estadounidense, incluso, ha sentenciado que el inglés ``sueña historias como respira''. En esta ocasión desea narrar, en clave paródica, el Fin del Mundo, que ocurrirá en Tadfield, condado de Oxford, en lugar de Megido -como estaba escrito- por una lamentable equivocación de una comunidad de monjas satánicas: el hijo del Maligno ha sido entregado por equivocación a una familia inglesa común y corriente de clase media en lugar de ser cambiado al embajador estadounidense en el Reino Unido (¿recuerdan el filme de terror `La Profecía, The Omen').

Cuando Adam Young, el Anticristo, cumple once años es el momento. El Cielo y el Infierno están ansiosos de una batalla definitiva que deje en claro cuál de los dos es el poder hegemónico universal. Llegan a Inglaterra los Cuatro Jinetes del Armagedón (Guerra, Polución, Hambre y Muerte), y el perro del averno, pero que degenera en chucho inofensivo porque Adam es, en el fondo, un buen chico.
 

Azirafel y Crowley traicionan a sus respectivas Oficinas Centrales para evitar el colapso de la Humanidad. Desde los tiempos de Adán y Eva, se han aficionado a los libros, la buena gastronomía, la música clásica, los autos antiguos, las canciones de Queen, los placeres mundanos, en general. ¿Quién no? (sólo los fanáticos religiosos). Por consiguiente, este par de pillos deben encontrar al Anticristo y... después se verá.

 Hay un segundo hilo narrativo en la trama: las antiguas y exactas profecías de la bruja Agnes, quemada en Inglaterra hace quinientos años. Ese libro fenomenal ha pasado de generación en generación hasta llegar a manos de Anatema, su heredera californiana. Volará a Inglaterra, con el fin de pararle los pies al Anticristo, pero a su vez será perseguida por un par de locos (inocuos), descendientes de los infames cazadores de brujas de la Edad Moderna. Uno de ellos es el sargento Shadwell, agente sin saberlo de Azirafel y Crowley. 

 

 La serie, hay que destacarlo, viene colmada de ideas (políticamente correctas, pero sin abusar). Destacamos la del último capítulo por certera y necesaria. Si el Plan del Creador es inefable, nadie tiene derecho a matar, provocar daños y causar sufrimiento en su nombre. Así sea.

Calificación: Excelente

 

LA FICHA

`Good Omens'. Año: 2019. País: Reino Unido. Dirección: Neil Gaiman (Creador),  Douglas Mackinnon. Guion: Neil Gaiman. Música: David Arnold. Fotografía: Gavin Finney. Reparto: Michael Sheen, David Tennant, Jon Hamm, Mireille Enos,  Jack Whitehall, Adria Arjona, Miranda Richardson y otros. Duración: seis capítulos de 60 minutos. En Amazon Prime.