Una historia de conspiraciones

Vargas Llosa anunció una nueva novela para octubre con tintes dominicanos. "Tiempos recios" tratará sobre el golpe militar auspiciado por la CIA en Guatemala en 1954. Una trama donde algunos verdugos terminan convirtiéndose en víctimas y que se vincula con "La fiesta del chivo".

Mario Vargas Llosa publicará Tiempos recios, una novela cuyo título hace alusión "a una cita de Santa Teresa de Avila", según anunció esta semana en el Pabellón de la República Dominicana de la Feria del libro de Madrid, en el marco de una conversación con la poeta Soledad Alvarez.

El Nobel peruano reconoció que la historia en que se basa la novela, que verá la luz el 8 de octubre, con edición de Alfaguara, le llegó a través de un amigo dominicano, por lo que la vinculación entre Vargas Llosa y el país caribeño se mantiene tan viva como en 1975, cuando el autor pisó suelo dominicano por primera vez.

"Mario salía de una evolución ideológica y personal, y también la República Dominicana pasaba una época muy particular", destacó Alvarez sobre ese primer encuentro.

"Yo llegué para hacer un documental con la radio televisión francesa, y apenas llegué fue amor a primera vista. Me sentí en casa, inmediatamente forjé muy buena relación con mucha gente", reconoció el autor, quien también dijo sentirse sorprendido por "la libertad con que los dominicanos" hablaban sobre la dictadura de Trujillo.

De la reconocida fascinación de Vargas Llosa por el "más teatral y exhibicionista" de los dictadores latinoamericanos, surgieron algunas de sus obras más icónicas, como La fiesta del Chivo (2000) y Pantaleón y las visitadoras (1973).

"Tengo que decir que me ayudaron muchísimo los amigos dominicanos. Sin ellos no habría podido escribir esas novelas. Leí muchos libros dominicanos, sobre la historia de la dictadura", declaró el autor peruano.

ALEGRIA

Vargas Llosa aprovechó la coyuntura temática para destacar que, en su opinión, las mujeres fueron las que más sufrieron en la dictadura de Trujillo: "Era una dictadura viril, y el macho demuestra su machismo humillando, vejando a la mujer. Los testimonios más terribles de los 31 años de dictadura de Trujillo fueron de mujeres".

En cualquier caso, del país invitado a esta 78 edición de la Feria del Libro destacó "la alegría que uno siente al llegar": "Es alegre, hay música. En comparación, el resto de países latinoamericanos resultan tristes", añadió el Nobel.

En el contexto de esos paisajes y ritmos dominicanos, el autor encontró la manera de aportar "humor de brocha gorda" en sus obras literarias.

"Yo tenía la idea absurda y disparatada de que una novela seria no puede ser risueña. Creo que era el mal ejemplo de Sartre, que tuvo una enorme influencia en mí y es el hombre más serio de la Historia"- reconoció-. Un día quise contar la historia de Pantaleón y las visitadoras, y descubrí que esa historia tenía que ser contada con un humor grueso. Desde entonces creo que ha estado siempre presente".

Uno de los momentos más divertidos de la charla ocurrió tras la lectura de La exorcista, un poema que Alvarez recitó y que, aunque se le atribuye a Vargas Llosa en 2001, él no ha reconocido como propio.
"¿Eso es mío?", preguntó, levantando las risas del abarrotado pabellón, para después añadir: "Es demasiado bueno para mí".

"En todo novelista, en todo ensayista, hay un poeta frustrado. Los poetas llevan el lenguaje a un estado de sublimidad, de perfección, que la prosa nunca alcanzará. Los poetas miran a los narradores con cierto desdén, y tienen razón", añadió.

Sobre la nueva novela, el diario español ABC adelantó que está ambientada en el golpe militar que derroca el gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala, perpetrado por Carlos Castillo Armas y auspiciado por Estados Unidos a través de la CIA. Vargas Llosa describe a Arbenz como "un presidente que quiso hacer reformas, que muchos creíamos indispensables".

"A él le montaron un golpe de Estado injusto. A los tres años (Carlos Castillo Armas) fue asesinado, y nadie supo cómo fue que lo mataron, quién lo asesinó. Hay muchas posibilidades de que estuviera Trujillo vinculado... Precisamente por La fiesta del chivo me interesaba mucho", señaló en declaraciones recogidas por el diario El País.

Detrás de este acto violento, según el ABC, se encuentra una mentira que pasó por verdad y que cambió el devenir de América Latina: la acusación por parte del gobierno de Eisenhower de que Arbenz alentaba la entrada del comunismo soviético en el continente. Así, esta novela es una historia de conspiraciones internacionales e intereses encontrados, en los años de la Guerra Fría, cuyos ecos resuenan hasta la actualidad.

Una historia, añade el matutino, que involucró a varios países y en la que algunos verdugos acabaron convirtiéndose en víctimas de la misma trama que habían ayudado a construir.

En esta novela que conecta con la aclamada La Fiesta del Chivo, Mario Vargas Llosa funde la realidad con dos ficciones: la del narrador que libremente recrea personajes y situaciones, y la diseñada por aquellos que quisieron controlar la política de un continente manipulando su historia, concluye el diario.