El Ejército rinde homenaje a los héroes de Manchalá

Por primera vez distinguirá a los protagonistas de un combate decisivo contra el ERP

Los escasos soldados salteños que libraron en 1975 un heroico combate contra una columna del ERP en el paraje tucumano de Manchalá recibirán hoy por primera vez una distinción de parte del Ejército argentino.

El enfrentamiento, en torno a una escuela rural, tuvo una importancia decisiva para el Operativo Independencia, en pleno gobierno democrático de María Estela Martínez de Perón, pese a lo cual ha sido olvidado.

La reparación histórica que recibirá ahora ese puñado de soldados que se batió el 28 de mayo de 1975 contra un número muy superior de guerrilleros, se inscribe en el marco de un giro revisionista que le imprimió a la institución el jefe del Estado Mayor General del Ejército, teniente general Claudio Pasqualini.

Una nueva actitud que contrasta con largos años de acomplejado silencio sobre la guerra revolucionaria en nuestro país.

A 44 años de aquella gesta, Pasqualini presidirá la ceremonia en el Batallón de Ingenieros de Montaña 5 de la ciudad de Salta, de donde habían partido los suboficiales y conscriptos que protagonizaron el combate. En la ocasión entregará distinciones a los 28 "manchaleros" y a una decena de familiares de fallecidos.

La ceremonia contará con la presencia del periodista y escritor Juan Bautista Tata Yofre.

El "Combate de Manchalá" fue un enfrentamiento desigual librado por dos suboficiales y once conscriptos que resistieron tenazmente, y durante ocho horas, el ataque de una columna entera de guerrilleros del ERP, hasta que los subversivos se dispersaron. Fue una victoria militar que contuvo el avance de los insurgentes, que se proponían atacar el Puesto de Comando Táctico del Ejército en Famaillá.

El ERP había planeado realizar el ataque el 28 de mayo al anochecer, para que coincidiera con la fecha en que se celebra el Día del Ejército. Para eso reunió más de 110 hombres armados y medio centenar de civiles para tareas de apoyo.

Los insurgentes avanzaron en dos camiones y otros vehículos por la ruta 99. Unos kilómetros más adelante, los once soldados y dos suboficiales de la Sección de Ingenieros de Montaña 5, llegados desde Salta, estaban pintando una escuela rural, la llamada Escuelita de Manchalá, construida en adobe, como parte de las tareas de acción social que realizaba el Ejército.

Cuando la avanzada de los guerrilleros pasó frente a la escuela, y vio al personal armado, abrió fuego creyendo que se trataba de un retén militar. Los soldados respondieron a los disparos y el resto de la columna insurgente se detuvo y rodeó la construcción.

Lo que siguió fue un intenso tiroteo en el que los militares quedaron en una situación desesperada: rodeados y con escasas municiones. Sin embargo, un suboficial logró vulnerar el cerco y escapar corriendo hacia Famaillá, distante 17 kilómetros del lugar, donde relató lo sucedido.

Los sitiados resistieron hasta que fueron auxiliados primero por destacamentos cercanos y luego por fuerzas militares y de gendarmería, lo que dispersó a los atacantes. En su fuga, los agresores abandonaron los camiones con todo el material disponible: municiones, equipos y documentación sobre el plan de ataque al Puesto de Comando Táctico.

Ese día, el Batallón de Ingenieros 5 fue condecorado con la medalla de Campaña de la Nación Argentina en virtud a su actuación en Manchalá. Pero desde entonces un manto de olvido fue cubriendo aquella valerosa muestra de entrega y sacrificio. En los últimos años aquella gesta, como tantas otras, pasó a ser incluso inconveniente para el relato izquierdista de la década del "70 que impulsaron las autoridades nacionales.

En rigor, el Ejército ya había tenido un primer reconocimiento para los heridos en aquel combate, que entregó poco después de los hechos. Pero esta será la primera distinción que entrega a todos los que allí participaron.

NUEVA POLITICA

El acto de hoy será el sexto que realiza el Ejército desde el año pasado para evocar ataques de la guerrilla en plena democracia.

La serie comenzó con el aniversario del copamiento de la fábrica militar de Villa María, Córdoba (10-8-74), donde fue secuestrado el teniente coronel Argentino del Valle Larrabure. Siguió con la conmemoración de los ataques perpetrados contra el Regimiento de Infantería de Monte 29 de Formosa (5-10-75); la poderosa guarnición militar de Azul (19-1-74), donde fue secuestrado el teniente coronel Jorge Ibarzábal; y el Regimiento de Infantería Mecanizado 3 de La Tablada (23-1-89). El último acto había conmemorado el primer combate del Operativo Independencia en Tucumán (14-2-75), donde murió el capitán Héctor Cáceres y resultó gravemente herido el teniente primero Rodolfo Richter.