Hambre, una sandwichería osada

De jamón crudo, membrillo y bechamel de roquefort; de mortadela caramelizada con peras calientes; de tortilla de papas y morcilla estrellada. Las opciones de este local palermitano van más allá de lo tradicional y sorprenden gratamente, como el de corazón de mollejas que es la gloria entre dos panes. “Solo hay que animarse”, aseguran sus dueños.

El sándwich debe ser una de las comidas más populares a nivel mundial. Probablemente una de las razones sea su practicidad, sin necesidad de cubiertos y apto para comer en casi cualquier lugar -para no exagerar y decir en todos-. Sin embargo, hay algo más que hace que este menú -cuyo origen estaría ligado a la afición por el juego de un conde inglés del siglo XVIII- que lo hace tan amado: su sabrosa versatilidad. Las combinaciones que permite van más allá de la imaginación y es este plano el que eligió como campo de juego Hambre, un pequeño local de Palermo.

Los clásicos, que por clásicos son bien conocidos, abundan en restaurantes, bares y confiterías. Sin dudas son deliciosos,  pero no hay nada nuevo. Son una exquisita zona de confort. Ahora, para aquellos a los que les gusta probar gustos diferentes, existen opciones “osadas” que sorprenden gratamente.

Quizás la fórmula parece sencilla: dos panes, los que sean, y adentro se pone lo que el estómago indique. Pero no es tan así, si los ingredientes no son compatibles, el resultado puede ser un contundente fracaso. Juan Martín Vigarelli y Sergio Tosunian se convirtieron en expertos y llevaron la fórmula mucho más allá. Estos dos socios y amigos armenios, que saben de gastronomía, abrieron Hambre, en Honduras 5328, hace un año y ofrecen los sándwiches “más osados de Buenos Aires”.

“Es difícil romperle la cabeza al cliente con algo tradicional, cuando te queda el recuerdo es un sabor y es porque es nuevo, distinto a lo que está acostumbrado el paladar. Si salís a comer, proba otra cosa. Si no te gustó, ya sabés”, dice a La Prensa Vigarelli, quien fue dueño del conocido restaurante de comida armenia El Manto y, junto a Tosunian, también tiene Senior Shawarma.

“Para mi es mucho de jugar, yo los invito a jugar, que es lo divertido de comer. Eso sí...me gusta ganar y que al comensal le guste”, explica con picardía Sergio, que es el chef y creador estas extrañas, pero deliciosas, combinaciones.

Pero para tener idea de lo que hablan, hay que ver la carta. Los sándwiches que más sorprenden son el de jamón crudo., el de mortadela y el de molleja (este último se lleva todos los aplausos y mucho más).

“Las recetas son más de Sergio, yo soy más el que lo empuja a salir de la hamburguesa y del cuadril. El viene con las ideas y empezamos a probar, eso pasó con el de mollejas y con el de crudo. Si pensás nunca se te puede ocurrir que poniéndole membrillo quede bueno, pero lo probamos y queda genial. El crudo (sale $250) tiene que estar cortado bien finito porque cuando lo haces a la plancha queda súper salado, a eso le sumas el membrillo y la bechamel de roquefort y es increíble. Son ingredientes que solos por ahí no dicen nada, pero juntos son otra cosa”, cuenta Juan Martín.

El de mortadela es a la plancha con azúcar negra y a su vez tiene peras calientes, rúcula y manteca de hinojo. ($230)

Sin embargo, la vedette y estrella de Hambre es el ‘Corazón de Molleja’. Una fórmula mágica que el paladar no olvida: pan viena, ensalada de coles; mollejas infusionadas en leche y especias, empanizada en panko, cereal y maní, y fritas, y salsa crema de lima. Viene con papas.($280).

Otro de los “osados” es el de que lleva tortilla de papa, morcilla estrellada,  ensalada criolla, manteca de hinojo y pan árabe. La guarnición: tomate y pepino con cilantro. ($230). “Hay gente que no le gusta la morcilla y vienen acá, prueba nuestro sándwich y te dicen ‘que bueno que está’”, dice Vigarelli y asegura que esa es la idea del lugar, “que se animen”.

Además de lo novedoso, también cuentan con dos opciones “tradicionales” para los menos arriesgados, uno de cuadril y una hamburguesa, pero “con un toque nuestro”, remarcan. “El cuadril lo consumen mucho, pero con Sergio y los chicos del local tratamos de llevar al cliente a que se anime y pruebe”, insiste Juan Martín.

También hay una opción veggie: pan ciabatta, rabanito, rúcula, morrón rojo y verde, pasta de tomate, queso tybo, zucchini, berenjenas y queso crema champi. ($240).

En tanto, la última invención de Tosunian es el ‘Hambre Suprema’, que lleva pata muslo de pollo, empanado en panko y cereales y frito, con doble fugazzeta, tomates en el medio y pan ciabatta. “Es una bomba”, define el chef.

En unos días, la carta agrega una nueva opción. “Un baguette de viena, una base de mostaza agridulce, salchicha ahumada alemana, pepinillos, repollo blanco y colorado encurtido a la plancha con panceta, y un aderezo que va a ser sorpresa”, adelanta Sergio. En la misma línea, su socio agrega: “Va haber otro de ribs. Además, vamos a sacar algunos platos, estamos probando un ojo de bife inyectado en Campari. En junio, incluimos la opción de brunch. Mi idea es llevarlo a un restaurante ecléctico, siempre con un toque nuestro”.

Y en cuanto al postre, la elección no podía ser sencilla. “Lo bautizamos Hambrecito -explica Sergio-, es nuestra versión del conocido postrecito. Lleva mousse de chocolate 80% cacao, crème pâtissière de naranja y de base unas vainillas en capuccino con masala abajo”.

Para que la gente se involucre, tienen pensado lanzar un concurso a través de Instagram (@hambresandwiches) en el que los clientes creen un “sándwich osado”. El ganador comerá gratis su creación, que además llevará su nombre.

Para estos socios “el nombre de su local es un desafió muy grande, no te podés ir de acá y quedarte con hambre”, afirman convencidos.