Chile funciona

POR WALTER MOLANO *

Chile es una construcción extraña. Una larga y estrecha franja de tierra, que va desde el Trópico de Capricornio hasta casi el Círculo Antártico. Con una población de 18 millones y un territorio de 756.000 kilómetros cuadrados, tiene una densidad de población de 23 personas por kilómetro cuadrado. Esto lo clasifica como 187 de 233 países, en términos de densidad de población. Por supuesto, alrededor de un tercio de la población reside en Santiago. Por lo tanto, la densidad de población es aún menor. Esto es evidente cuando uno viaja fuera de la región de Santiago-Valparaíso. Uno puede conducir horas sin ver a una persona. Sin embargo, una nación tan poco poblada y remota es una de las economías mejor administradas de América Latina. ¿Por qué?

Los países latinoamericanos a menudo están saturados de melodrama, pero Chile es la imagen de una buena gobernanza económica. 

La economía está en camino de crecer un 3,5% interanual en 2019. La inflación está bajo control, y se espera que los precios al consumidor aumenten un 2,3% este año. Se pronostica que el déficit de la cuenta corriente disminuirá a 2,8% del PBI en 2019, de 3,2% del PBI en 2018. 

Los precios del cobre se han movido al alza, a pesar de la debilidad de la economía china. La decisión de Beijing de potenciar el transporte eléctrico ha aumentado la demanda de cobre. Además, hay indicios de que la economía china está mejorando. El Indice de Gerentes de Compras de China (PMI) se expandió en marzo, sugiriendo que la desaceleración estaba llegando a su fin. 

Además, la industria del cobre de Chile está experimentando un renacimiento. El año pasado, la comisión estatal chilena del cobre (Cochilco) anunció que se proyecta un total de u$s 65,8 mil millones en inversión fija para la próxima década. 

Las inversiones se distribuirán en 44 proyectos, principalmente en las regiones del norte. La inversión minera total no se limita al cobre. Incluye nuevas operaciones mineras de litio y oro. 

Una visita reciente a la ciudad de Calama y un recorrido por las operaciones de Chuquicamata, que es la mina de cobre a tajo abierto más grande del mundo, revelan el inmenso impacto que el sector tiene en la economía chilena. 

VENTAJAS NATURALES

Además, un largo viaje por el desierto de Atacama ilustra por qué la economía chilena es tan diferente de la mayor parte de América Latina. En su punto más ancho, Chile tiene solo 350 km de ancho, mientras que el ancho promedio es de 177 kilómetros. Al mismo tiempo, el país opera 26 puertos principales a lo largo de su costa de 4.270 kilómetro. Por lo tanto, cualquier operación de exportación está a solo unas horas de una instalación de embarque importante, lo que reduce los costos de transporte y operación. 
Esto le da a las empresas chilenas una enorme ventaja competitiva frente a cualquier otro país latinoamericano. Este es particularmente el caso en países como la Argentina, Brasil y Colombia, que tienden a canalizar la mayor parte de su comercio a través de uno o dos puertos políticamente poderosos, lo que eleva enormemente los costos de transporte. 

Este es otro ejemplo, donde las dotaciones naturales, como la geografía, desempeñan un papel enorme en la configuración de la trayectoria económica de un país. 

EL CASO URUGUAYO

Uruguay es otro buen ejemplo. El país emergió de las profundidades de una crisis económica a principios de siglo y rápidamente se convirtió en una potencia exportadora. En unos pocos años, pasó del impago al grado de inversión. El gobierno uruguayo es aclamado por su buena gestión, a pesar de tener tendencia izquierdista. 

Sin embargo, un vistazo al mapa uruguayo muestra que está rodeado de agua por tres lados: el Atlántico, el Río de la Plata y el Río Uruguay. También tiene una cadena de ocho puertos principales a lo largo de su costa. 

Por lo tanto, como en Chile, ningún punto en Uruguay está a más de unas pocas horas de un punto de embarque. Una dotación natural puede compensar una serie interminable de errores políticos.

GRAN ESTABILIDAD

Esta característica permite que el péndulo político se balancee de izquierda a derecha, sin tener un gran impacto en la dirección económica del país. Muchos chilenos están actualmente preocupados por el resurgimiento de la izquierda política. La coalición de centroizquierda Concertación que gobernó el país después de la dictadura de Pinochet se ha fragmentado y separado. De sus cenizas, surgió un grupo de partidos políticos más pequeños. Sin embargo, las facciones más fuertes han sido los comunistas. 
Al mismo tiempo, la derecha política sigue fragmentada. Se teme que las próximas elecciones sean testigos del surgimiento de un líder comunista, que podría llevar al país en una dirección diferente. Sin embargo, con un sector privado tan poderoso, que tiene fácil acceso a los mercados internacionales, es dudoso que un movimiento hacia la izquierda política pueda hacer mucho para alterar la trayectoria económica de Chile.

* Analista jefe del BCP Securities.