A la captura del traidor

Complot en Estambul

Por Charles Cumming
Salamandra. 414 páginas

La cacería del "topo", es decir, el espía infiltrado en (o traidor de) su propio bando es un tema clásico de la literatura de espionaje porque más de una vez sucedió en la vida real. El caso más espectacular fue el de Kim Philby y los "cinco de Cambridge" que por casi treinta años estuvieron al servicio de la Unión Soviética dentro del gobierno británico.

Desde entonces, las agencias de inteligencia anglosajonas pasaron décadas hundidas en la más absoluta paranoia después de haber conocido el "temor más profundo de cualquier servicio secreto". Ese sentimiento se extendió hasta el final de la guerra fría y tal vez nunca fue superado del todo.

De esa materia prima se nutre Complot en Estambul, la última novela traducida de la nueva "estrella" británica del género, Charles Cumming. Publicada originalmente en 2014, transcurre por esa fecha en Turquía y alrededores. El conflicto de fondo es el de la llamada "guerra al terrorismo". Suenan las alarmas a partir del fracaso de varias operaciones conjuntas anglo-norteamericanas coordinadas desde territorio turco. La muerte accidental del jefe de los espías ingleses en Ankara aumenta la tensión. Todo apunta al trabajo de un traidor en la CIA o en el SIS británico. Y hay sospechosos en ambas organizaciones.

La misión de descubrir al "topo" se la encargan a Thomas Kell. Veterano del SIS caído en desgracia al que rescata del ostracismo su amiga Amanda Levene, la jefa de la agencia, Kell llevará adelante la pesquisa que orienta la historia. A diferencia de los clásicos del género, en Complot en Estambul el énfasis no está en detectar al traidor sino en su captura o eliminación. Un cambio comprensible que tal vez quita misterio a la obra.

En Gran Bretaña, Cumming (Ayr, Escocia, 1971) ha sido elevado al rango de heredero de John Le Carré. La filiación es obvia, pero la comparación exagera. Toda la densidad psicológica y la genuina ambición estilística del maestro desaparecen en la novela del discípulo, que no se anda con tantos rodeos. A fuerza de escenas cortas y diálogos breves, avanza con una trama en la que por momentos sobreabundan la información y los personajes, que por otra parte son demasiado esquemáticos.

Pero el libro se lee con interés y las páginas vuelan. Al igual que sus antepasados en el género, Cumming sabe de lo que cuenta. De hecho, se dice que en 1995 el MI6 trató de sumarlo a sus filas y le hizo un par de entrevistas y exámenes. La información oficial asegura que lo rechazaron. Pero quién sabe si será la verdad.