Una aventura entre tinieblas

Debuta en el Metropolitan un musical de estética gótica, con bailarines de tango.

 Los colmillos afilados, el aspecto lúgubre del vestuario, los rostros angulosos tallados por un maquillaje de aire espectral. La estética gótica en su máxima expresión es el santo y seña de The Dark Dance  (La danza oscura), el primer espectáculo de la compañía Aeternum Tango, que se estrena en una única función este lunes, a las 20.30, en el teatro Metropolitan. ``Pero no hay sangre ni nada agresivo dentro de la obra'', se esfuerza en aclarar Mariano Suazo, director de esta propuesta que pondrá en escena a 27 artistas entre músicos, bailarines y cantante.

``El gran musical gótico'', como se lo anuncia, hunde sus raíces en el baile de tango, terreno en el que Suazo se lució durante muchos años en shows internacionales como `Forever Tango' y en las mejores casas porteñas dedicadas al género. ``Es todo muy romántico en el espectáculo, más allá de que haya vampiros. Se juega mucho con lo inocente'', refirma el bailarín y coreógrafo, quien admite haber abrazado la impronta gótica ``como jugando''.

-¿Qué fue lo que le atrajo?
-Mi idea original fue tomar parejas de tango y caracterizarlas para hacer books de fotografía. A partir de ahí se me dio por escribir las historias de cada personaje. El proyecto empezó a crecer. La estética ya me gustaba, y no la había visto nunca en un show de danza. Yo bailo hace muchos años y uno está a la espera de que alguien le muestre algo diferente. Sin embargo, siempre veía lo mismo. Esto era algo distinto sin apartarse por completo del tango. Con las historias y los personajes pude armar un primer show de quince minutos. Ya ahí vi que se podía plasmar en un espectáculo mayor todo lo que tenía en mente.

NEO MUSICAL

Fueron cuatro años de escribir y probar ideas hasta llegar al producto final que se verá en el Metropolitan. ``Hoy tenemos una impresionante escenografía virtual, diez parejas de bailarines, música y letras originales. Armamos un musical completo'', celebra el director. Si bien el tango actuó en el comienzo como elemento aglutinante, el proyecto se caracteriza por la fusión entre el abrazo propio de la danza de pareja y una base musical a la que Suazo define como ``metal lírico''.

``La música no es tango, no. Uso el tango-danza como una herramienta, pero la partitura es metal lírico, con una soprano (Melina Liberati) como cantante. De todos modos, la orquesta tiene bandoneón, lo que le da un matiz diferente al sonido. La referencia al tango tiene que ver con el origen de los bailarines que convoqué, aunque aprovecho también el resto de su formación en danza jazz, clásico, contemporáneo'', explica.

-¿De qué va la historia?
-Es una suerte de cómic con viñetas creadas por un dibujante, que bajan de una pantalla al escenario. La historia es una suerte de `Alicia en el País de las Maravillas' pero oscura, ambientada en una casona de Buenos Aires.

-¿Cómo es eso?
-Una joven entra a la casona siguiendo a un gatito. Todo lo demás ocurre ahí dentro, en los ambientes que recorre para poder encontrarlo. Al final, el gato no es tan inocente, pero no puedo contar más.

-¿Para qué tipo de público lo imagina?
-Para todos. No está destinado específicamente al público tanguero porque, en esencia, no es un espectáculo de tango. Pero, de todos modos, esa gente puede ver tango bailado en la obra, aunque no lo va a escuchar.

UN RENACER

El equipo creativo de `The Dark Dance' se completa con Silvia Vaccaro en la asistencia de dirección, Jimena Calarco y Quique López como asistentes coreográficos, el diseño de vestuario de Lidia Cardozo, la producción ejecutiva de Luis Gioffreda, y el pianista Emiliano Greco, autor de la partitura, al frente de una formación orquestal.

-¿Existe una demanda de este tipo de shows en el exterior?
-Hace una década las compañías tradicionales de tango habían dejado de funcionar. Seguían vigentes los espectáculos más conocidos, aunque con menos trabajo. Pero hace unos pocos años empezaron a aparecer nuevas compañías y resurgió el interés en el mundo. Todo es cíclico. De todos modos, yo estaba necesitando ver algo diferente, es casi una necesidad personal dejar de hacer más de lo mismo. ¿Si el público extranjero demanda nuevas propuestas, o la reiteración del formato se debe a que la gente quiere ver eso? Todavía no lo sé, es una incógnita.