Para un macrista nada mejor que un kirchnerista

Ganar una elección donde hay necesidades básicas sin satisfacer es muy complicado hacerlo solo con el discurso de la transparencia y la honestidad. Ni siquiera alcanza con los asfaltos y las obras públicas.

“Para un peronista no hay nada mejor que otro peronista”, luego fueron  los tiempos de decir “para un argentino nada mejor que otro argentino” y ahora bien podría decirse que para un “macrista, nada mejor que un kirchnerista”. Ello es por varias razones.

Las últimas medidas tomadas por el gobierno nacional para atemperar los efectos de la crisis tienen mucho de aquello que se le criticaba al gobierno anterior. Con la salvedad que llegan ahora en tiempos electorales cuyo efecto que se busca es remontar una caída fuerte en la imagen del presidente. Y allí,  en el Conurbano, no se puede pasar por alto lo que podría generar. 

Mientras tanto, María Eugenia Vidal acelera sus apariciones en el gran  Buenos Aires, donde la semana pasada Marcos Peña dio instrucciones a los candidatos “sin tierra” de la campaña que viene: mucho de redes sociales y de la aplicación Whatsapp. ¿Alcanzará? la primera etapa es evitar la fuga de los propios que aún no se han ido.

El video por el cual Macri dio los primeros datos de los anuncios efectuados este miércoles será la manera en que Cambiemos hará campaña. Comunicación horizontal. En lo posible, que parezca espontáneo. Todo 
ello se llevaron los dirigentes bonaerenses que estuvieron el viernes pasado en Olivos. Un proselitismo “vietnamita”. Así lo definieron. Más allá de todo ello, en el oficialismo son tiempos de pragmatismo a pleno. 
O si no como explicar la toma de medidas más parecidas a los tiempos de Guillermo Moreno. Y también tener en cuenta que se acabaron las épocas de selección de candidatos “puros”. Ahora hay que sumar. No queda otra.

Para ganar en el conurbano o al menos no caer tanto, hay que hacer algo de kirchnerismo. ¿Las razones? es allí donde mejor le va a la ex presidente y sus seguidores. Las incógnitas pasan por saber si lo forzado logra resultados. Hay interrogantes sobre si, efectivamente, en los supermercados del Gran Buenos Aires se encontrarán los productos del acuerdo sellado con las cadenas alimenticias. Ganar una elección donde hay necesidades básicas sin satisfacer es muy complicado hacerlo solo con el discurso de la transparencia y la honestidad. Ni siquiera alcanza con los asfaltos y las obras públicas.

Los intendentes de Cambiemos creen que podrá haber algo de oxigeno en los próximos meses pero no festejan de antemano. La situación está muy dura.

La decisión del gobierno de Macri de eliminar por decreto la posibilidad de las listas “colectoras” fue una clara señal que la preocupación por un revés electoral en Buenos Aires está vigente. Además, había trascendido con mucha fuerza que los intendentes negociaban con Sergio Massa para convencerlo que era el indicado para ser el gobernador de Buenos Aires en ese esquema. Todo voló por el aire. El lunes, el PJ hará una presentación judicial. Paradojas de la historia, colectoras las había instalado en esta ley un decreto de Cristina Kirchner en el 2011 para que Martín Sabatella pueda ser candidato a gobernador con su fórmula. Aquello enardeció a los jefes comunales del peronismo porque le dividían votos en sus comunas. Muchos de aquellos enojados son los mismos que hoy se molestaron por la decisión de Macri que revierte esa determinación. La ley es para quien la pueda usar a su favor. Ni más ni menos.

De todas formas, el camino hacia la unidad parece haber dado un paso importante el fin de semana pasado pero no concluyó. Los intendentes no quieren saber nada con la triada que suena: Cristina Kirchner candidata a presidente, Axel Kiciloff a gobernador y Máximo Kirchner a Diputados. 

La triple K. No en vano, ya hay reserva del estadio de Racing para el acto de ¿Lanzamiento? de la senadora. Será dos días antes del cierre de las listas.

El camino del Pj bonaerense lo describió muy bien esta semana el intendente de San Martín Gabriel Katopodis. “La oposición tiene que estar en condiciones de ofrecer algo mucho más importante que la palabra unidad. El sentido tiene que ser como resolverle el problema concreto a la gente. Tenemos que ser capaces de ofrecer mejores soluciones a los inconvenientes que tiene el país”, sostuvo el jefe comunal del conurbano bonaerense.

El Gobierno tomó nota. Por ello, para remontar la cuesta en el gran Buenos Aires, nada mejor para un macrista que, por un tiempo, vestirse de kirchnerista.