Reacciones violentas en una sociedad en crisis

Discusiones por situaciones de tránsito que terminaron con ataques desenfrenados pusieron en evidencia una situación preocupante. Especialistas consultados indican que problemas económicos que se viven a diario alientan a que la gente esté más crispada y agresiva. Hace falta más prevención y cumplimiento de la ley

Días pasados la imagen de un taxista fuera de sí destruyendo el auto del conductor con quien se había peleado se hizo viral en las redes y captó la atención de todos los noticieros. En pocas horas una seguidilla de hechos similares siguieron mostrando situaciones de ira y descontrol tras discusiones de tránsito.

¿Qué provoca estos ataques desenfrenados? ¿Hay un crecimiento de este tipo de hechos? La doctora Verónica Mora Dubuc indica que si bien no hay estadísticas que muestren un crecimiento de los casos de violencia en las calles, sí nota desde su experiencia de atención en el consultorio "una percepción de situaciones violentas y respuestas agresivas".

La profesional, miembro de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (Apsa) indica que esto se relaciona muchas veces con una situación no tan extrema como puede ser quedarse sin trabajo o la pérdida de un familiar pero aparecen preocupaciones cotidianas como que el dinero no alcanza o la suba del dólar.

"Hay pacientes que me piden muestra gratis de medicamentos, pero no es algo que suele haber en los psicofármacos. En general atiendo pacientes que cuentan con seguro médico e importante descuentos en remedios pero tienen problemas igual para comprarlos".

Dubuc expresa que ya no se tratan de reducción de cosas superfluas. "Hablamos de medicamentos, productos que son de primera necesidad". Este contexto difícil, para la especialista, ayuda a incrementar la violencia.

Para la profesional de Apsa muchas veces desde el estado también se enuncian frases, discursos que pueden alentar la violencia. "Se habla de Tolerancia Cero para contribuir al bien social, que desde la seguridad no se va a tolerar el delito".

"También -continúa Dubuc- el presidente de la Nación en su discurso de apertura ante la Asamblea Legislativa se mostró crispado y golpeando la mesa. Lo mismo hizo hace pocos días el Jefe de Gabinete. Estas situaciones si bien no son buscadas, en vez de apaciguar los ánimos ayuda a que resuene más la violencia".

ALERTA ELEVADO

¿Por qué aparecen estas situaciones violentas en relación a maniobras en el tránsito? Para la médica psiquiatra "el tránsito es facilitador, la gente va en un alerta más elevado, dentro de un flujo de alta cantidad de autos. Así quien conduce está más reactivo".

Para Dubuc es importante frenar esta ira en las calles instrumentando medidas que neutralicen la violencia. "Ante un grito o agresión verbal es mejor no responder, o no hablarle mucho al agresor o si alguien grita no levantar la voz. Tratar de entender que pasa en el momento. Son reglas que ayudan a calmar la situación".

Desde el Estado también se puede ayudar. La profesional recuerda por ejemplo, una experiencia que se hizo en los subtes de Inglaterra donde se practicó con distintas voces que avisan por los parlantes ante una suspensión o atraso en el servicio. "Se usaron algunas voces femeninas viendo que cierto tono de voz facilita a la calma".

Dubuc recuerda que "la justicia por mano propia no es justicia, es delito. Si hay un problema debe resolverse a través de autoridades que propongan la paz social".

¿Y que hacer cuando uno es testigo de una situación de violencia en la calle? "A veces la gente no se quiere meter porque puede ser muy engorroso luego salir de testigo y demás, la justicia tendría que buscar agilizar estas situaciones".

Pero más allá de esto, la psiquiatra indica que hay que tratar de tener una actitud solidaria. "Tomar registro de la situación, documentarla. Por ejemplo filmar con un celular que puede servir a la víctima. Y por supuesto llamar a la autoridad para que intervenga".

Juan Tenconi, presidente del próximo Congreso de Psiquiatras Argentinos (apsa) -ver recuadro-, en tanto, indica que estas tensiones que pueden observarse pueden analizarse en parte desde la sociología. "Aparecen situaciones sociales de violencia en algunas sociedades y en otras donde hay más educación y redes de contención esto disminuye, como por ejemplo en Japón".

El experto luego indica que la violencia también puede explicarse como un fenómeno de masas. "La violencia lleva a más violencia, esto hace que se desate más. Así ocurren por ejemplo con los linchamientos. Por eso los medios tienen que tener mucho cuidado al contar estos hechos para no fomentarlos más".

Luego está la violencia que responde a una agresividad causada por una patología. "Alguien que piensa cómo va a ejercerla y sobre quien, o quienes cometen exabruptos a partir de trastornos psiquiátricos o adicciones".

PRESENCIA DEL ESTADO

Tenconi expresa que el trabajo desde el estado es fundamental para erradicar la violencia. "Por ejemplo en Inglaterra la violencia de los Hooligans se erradicó con educación y penalización. Las sociedades con más recursos económicos tienen más posibilidades de trabajar estas problemáticas".

El psiquiatra agrega que en una sociedad latina como la nuestra es bueno "trabajar sobre lazos familiares, generar contención. Pero esto hay que tener en cuenta que es un trabajo de mediano y largo plazo".

¿Que hacemos en el corto plazo? Para el especialista es fundamental que funcione bien la ley. "Si no actúa la ley gana terreno la idea de que hago cualquier cosa, le pego a cualquiera y no me va a pasar nada. Y por otro lado como la Justicia no hace nada, hay quien dice "entonces hago justicia por mano propia".

El especialista cuenta que un buen plan integral desde el estado puede ayudar a frenar esta violencia que se ve a diario. "En los años 60 había un problema serio en Lanús con alcoholismo en los chicos que terminaban en violaciones".

"Se hizo un plan de contención -agrega- se fomentó mucho el deporte, desarrollo de partidos de fútbol para los chicos. Y luego de un tiempo pudieron bajarse las tasas de vejaciones y alcoholismo".

Tenconi expresa que la situación actual agita la violencia. "La crisis social, la inflación atrae más posibilidades de que se den hechos de violencia en las calles".

El profesional dice que es fundamental generar acciones para los chicos como deportes, ayudar a mejorar los lazos familiares y no olvidarse de una buena alimentación en proteínas. "Todo esto lleva a una buena educación que ayuda a prevenir y formar mejor a un futuro adulto para que no genere hechos de violencia".

"Los fenómenos actuales de lo que parecería ser un incremento de las expresiones de ira, constituyen el reflejo de un clima social actual en nuestro país, en el cual cada vez más asistimos al resquebrajamiento del lazo social, y como consecuencia de ello la persona, su subjetividad, queda por fuera de lo que la enlazaba de manera simbólica y relacional a sus semejantes", expresa por su parte el psicoanalista Juan Tesone.

CONTRATO SOCIAL

El profesional, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) dice que "la ira es el fracaso de la posibilidad de resolución de conflictos por vía de la palabra en un contexto de desligazón social y pérdida de sentido grupal, donde se ha resquebrajado el contrato social. La persona no admite renunciar a sus pulsiones y la caída del valor de la palabra lo compele al pasaje al acto incontrolado".

"La ira sería así -continúa- una expresión pulsional directa de un sentimiento de impotencia. No sentirse respetado y tenido en cuenta como ciudadano, o incluso como cliente de servicios que no se brindan aunque se paguen de manera directa o indirecta por intermedio de impuestos(salud, educación, transportes), atenta a la percepción de la propia subjetividad, e incrementa la vivencia de impotencia de la persona".

Para el psicoanalista "hacer largas colas que podrían subsanarse fácilmente, perderse en el laberinto de la burocracia, sentirse a la intemperie aún en su casa frente a la inseguridad que crece de manera exponencial, atenta a la percepción de la propia subjetividad y tiene efectos disolventes para la persona, generando violencia y a veces reacción de ira como expresión de desamparo".

Según Tesone en este momento lo que se produce "es la caída de la palabra como mediadora de conflictos, lo cual compele al pasaje al acto violento como extrema tentativa de sentirse escuchado. La violencia como un desesperado intento de alcanzar el sentimiento de existencia. La persona presume, equivocadamente, que si el otro reacciona a su violencia, por lo tanto existe: al menos no se siente invisible".

El especialista señala que "algunas personas suelen pensar que la violencia social se mitiga con la violencia de las fuerzas llamadas de seguridad. A mayor delito mayor represión. No sostengo que los delitos no deban ser castigados, pero se olvida a menudo que el castigo debería estar asociado a políticas públicas a largo plazo para prevenir la violencia".

"Las mismas -agrega- deberían comenzar en las maternidades y jardines de infancia, favoreciendo el vínculo entre padres e hijos, crisol de todos los sentimientos humanos, desde los más loables hasta los más sádicos".

EN CASA

Tesone sostiene que la violencia doméstica es la que genera odio y una cierta "naturalización" de la violencia como modo de resolver conflictos. Modalidad que se transmite transgeneracionalmente.
"El niño sometido a violencia se probable que sea él mismo violento. Es la violencia doméstica que habría que prevenir, dándole al niño su verdadero estatuto de persona sujeto de derechos. Así como la violencia social que implica que haya niños desnutridos, en la calle o en situación de abuso".

Para el experto la manera de prevenir la violencia social es brindando al niño la posibilidad de ser nutrido, cuidado, educado, es decir gozar de sus derechos de niño. Que su cuerpo sea respetado y se le brinde la posibilidad de expresarse a través de una palabra escuchada.

"Si bien la violencia es inherente a la condición humana, lo interesante es que hacer con ella. Si la descarga del enojo pueda ser verbalizada, la misma no se convertirá en una furia enquistada en el psiquismo. La prevención de la violencia hacia la infancia es la mejor manera de mitigar la violencia social, haciendo de las personas ciudadanos responsables. No es una tarea fácil, pero requiere políticas a largo plazo que no se resuman a una acción meramente represiva".

 

Casos de agresiones que se repiten en la Ciudad

El pasado viernes 5 de abril el taxista Claudio Rímolo mantuvo una discusión en el cruce de Triunvirato y La Pampa con Fabio Rojas, quien conducía un chevrolet Corsa y estaba ayudando a su hijo con una mudanza.

En el video se observa como la situación termina de una manera brutal: luego de insultos, golpes, roturas del parabrisas del auto particular y gritos, Rímolo carga a su esposa y su pequeño hijo en el taxi -quienes habían quedado en la esquina- y embiste de manera brutal tras poner marcha atrás el Corsa de Rojas. De milagro no hubo que lamentar víctimas o heridos.

Tras viralizarse el video y ser mostrado por los canales de TV el taxista fue llamado a declarar y se le impuso la prisión domiciliaria. Como cuenta con antecedentes será sometido a juicio oral y puede ser condenado a prisión efectiva.

Pero este hecho no fue el único que ocurrió en las calles porteñas. Un día después, en Caballito, una médica atropelló a un policía tras negarse a mover su automóvil de la entrada de un garaje que estaba obstaculizando.

A pesar de que en el garaje de Planes al 700 había carteles que advertían "Prohibido estacionar", una conductora decidió ocupar con su Ford Fiesta ese lugar que estaba libre. El dueño del garaje, ya cansado de que le obstruyan el acceso, llamó a la policía.

Llegó una oficial de la comisaría vecinal 6ª y le pidió a la conductora, que estaba a bordo del vehículo, que lo corriera porque estaba tapando la cochera. Como la mujer se puso agresiva, la policía se comunicó para solicitar ayuda. Cuando llegó el jefe de servicio y le reiteró el pedido a la médica, esta arrancó el automóvil y atropelló al oficial, además de seguir acelerando para golpearlo varias veces en la pierna izquierda.

El uniformado tuvo que ser atendido por el SAME en el lugar, desde donde fue trasladado al Hospital Churruca por traumatismos y excoriaciones en la pierna izquierda. En tanto, el personal policial detuvo a la mujer por resistencia a la autoridad y lesiones.

También se conoció por esas horas un video que muestra que en el barrio de Once, luego de discutir con un colectivero, un conductor bajó de su automóvil Renault Captur portando un palo.

El video, que filmó con el celular un pasajero desde el interior del colectivo, muestra cuando el joven avanza con un palo en la mano y destroza los dos espejos retrovisores de la unidad en la avenida Pueyrredón y Tucumán. Luego se ve que el conductor vuelve a su automóvil, guarda el palo en el baúl y se retira del lugar. Se labraron actuaciones caratuladas como daño, con intervención de la Fiscalía Nº 12.