Lopérfido: "El oficialismo se ha aburguesado en el poder"

El ex ministro de Cultura dialogó con La Prensa sobre su candidatura a jefe de gobierno porteño. Mientras define si va a internas o presenta una candidatura por fuera de Cambiemos, quien fuera también director del Teatro Colón denuncia la "tilinguería de la obra pública". Percibe que hay un sector huérfano de representación porque el Gobierno fue populista y poco democrático.

Mientras espera en Alemania la llegada de su primer hijo, fruto del noviazgo con la inglesa Vinnie Blache Spencer, el ex ministro de Cultura Darío Lopérfido se va perfilando como un fuerte candidato para las elecciones porteñas de este año, que posiblemente estén alineadas a los comicios nacionales.

Paradójicamente, la decisión depende de lo que haga Horacio Rodríguez Larreta, ya que el jefe de gobierno evalúa si abre las internas dentro de Cambiemos o finalmente obliga al ex director del Teatro Colón a alinearse con otro partido. En diálogo con La Prensa, desde Berlín, el ex funcionario admitió que viene hablando con gente de MejorAr, de Yamil Santoro, o la posibilidad de ir con el Partido Autonomista Nacional (PAN) porteño -tiene personería jurídica- "ya que tengo que destacar sus muy buenos equipos técnicos y todo el trabajo que viene haciendo Karina Mariani".

"Más allá de mi postulación, es un error gravísimo que Larreta no permita internas porque los procesos democráticos hay que respetarlos. Si el Parlamento ha votado una ley que son las PASO, sería muy bueno no sólo para mí o para Martín Lousteau, sino para cualquier candidato que se quiera presentar en unas elecciones. Si las permite que lo haga ya y que lo diga, porque me preocupa la masa crítica que se está armando a mi posible candidatura", señaló.

- ¿Qué lo diferencia del oficialismo?

- Primero, yo no rehuyo a los debates. Segundo, la reivindicación de la verdad como herramienta política, y la transparencia en mis dichos y prácticas frente a cierta cosa no transparente del Gobierno de la Ciudad.

- En una entrevista reciente manifestó que quiere liderar a los sectores liberales que no se sienten representados. Sin embargo, también el liberalismo tiene sus vertientes. ¿Cómo se posiciona usted?

- No es que quiero representar a los sectores liberales solamente, hay una crisis de representación muy grande en la Ciudad de Buenos Aires. El oficialismo se ha aburguesado en el poder. Larreta tiene 3 años como jefe de gobierno pero venía de tener 8 como jefe de gabinete. Hay un montón de sectores como los que se quejan por la seguridad, por los piquetes, por la extraordinaria caída de la educación pública, los que se quejan por el gasto político enorme, donde se usa dinero en tonterías y no se arreglan las veredas, por ejemplo. Si fuera jefe de gobierno eliminaría muchas direcciones, secretarías que están puestas ahí para nada, sólo para poner gente que cobra un sueldo. Toda esa gente no está representada, son liberales, radicales o que no adhieren a ninguna idea política, simplemente son ciudadanos que no sienten que haya representación política. Por eso estamos trabajando también para esa gente que no se siente representada por Larreta, por el kirchnerismo (que es una cosa bizarra) ni por otro sector. Hoy por hoy, hay un sector que está huérfano de representación.

-La Ciudad está haciendo muchas obras pero los porteños no están contentos por los trastornos que generan, amén de que denuncian que hacen hasta dos o tres veces el mismo trabajo. ¿Piensa que han malgastado los recursos?

- Claramente. Se hacen cosas por cosmética, no hay una buena planificación de obras. En el tema de las veredas me llegan reclamos todo el tiempo. Si rompen y lo vuelven a hacer dos o tres veces, es inoperancia y sale carísima. Si es adrede, es algo muy grave. Los trastornos son enormes, y uno de ellos es la avenida Corrientes que la angostaron para sumar veredas. Se podría haber hecho reversible y que eso quede para los fines de semana, los días de semana que quede abierta. Veo que se está gastando un montón de dinero y hasta tenemos un teatro público que está abandonado hace 4 años, el Alvear, que tuvo un incendio y algún día puede provocar una tragedia. Todo esto es lo que yo llamo la tilinguería de la obra pública. Por otro lado, tampoco se hizo nada en la prolongación del subterráneo, y esas son las cosas que le cambian la vida a la gente.

- ¿Qué cosas valora y cuáles deplora de la administración Larreta?

- El Paseo del Bajo estuvo bien, los pasos a nivel de las vías, eliminando las barreras. No tengo ningún problema en admitir las cosas que están bien. Las que deploro son la inoperancia absoluta en materia de seguridad y el aumento exagerado de la estructura de la Ciudad. Hay un presupuesto mayor que la ciudad de Madrid, siendo que ésta es más grande e increíblemente mejor mantenida que Buenos Aires. Eso es un dato que da la pauta del malgasto.

- El año pasado hubo más de 1.000 piquetes, a razón de 4 por día. ¿Qué hay que cambiar?

- Para mí fue una falla enorme la contención de las organizaciones sociales; se viola el derecho del que quiere circular y hasta ahora no han hecho nada para aplicar la ley. No articularon muy bien la Policía de la Ciudad y la Federal cuando hicieron el traspaso. Hay que prestigiar al personal policial, no hay que despreciarlo, porque es el responsable de cuidar a los ciudadanos. Cuando uno vuelve a ver el episodio del micro con el plantel de Boca que iba al Monumental, fue una situación que quedó completamente a la deriva. Hay que tener una política muy puntual de fortalecimiento de las fuerzas policiales, un trabajo para dotarlas de recursos y de apoyo político. La negociación con los piqueteros tiene que seguir existiendo, obviamente, pero deben tener claro que el principio de autoridad es el de la Ciudad y si una negociación no llega a buen rumbo no se puede cortar una calle. La calle se desaloja, eso pasa en cualquier ciudad del mundo y de una manera muy democrática. No puede ser que 1.000 personas violen el derecho de 50.000. Acá se han escondido del tema.

- Da la impresión de que el Estado perdió el control de la calle...

- No tengo ninguna duda. Y justamente el Estado debe recuperarlo porque la calle es de todos los ciudadanos. La libre circulación es hasta un derecho consagrado en la Constitución. En la Ciudad nunca se aplicó el protocolo antipiquetes que había hecho Patricia Bullrich. Si se hubiese aplicado hoy estaríamos en otra situación, porque Larreta no siguió la política de la ministra. Ahí hay una herramienta muy terminada y trabajaría mano a mano con la Nación. Mi ministro de Seguridad se lo pediría a ella para que trabajen coordinadamente.

POCA CULTURA

- Cambiando de tema, usted fue ministro de Cultura y director del Teatro Colón. ¿Cómo ha sido la gestión de Enrique Avogadro?

- Avogadro es una buena persona, pero su gestión es intrascendente. Para tener una política de cultura en la Ciudad de Buenos Aires hay que tener un jefe de gobierno que entienda de eso. A mí me tocó padecerlo con Larreta: no sabe de cultura, no entiende, entonces Avogadro tiene muy buenas intenciones pero le cuesta muchísimo. La de Larreta es probablemente la gestión cultural más floja desde la vuelta de la democracia. En cuanto al Teatro Colón es patético lo que está pasando. Cuando yo estuve en la gestión de Macri la idea era llevarlo al gran nivel internacional, haciendo convenios con el Metropolitan Opera House de Nueva York, con el Royal de Londres, con el teatro Real de Madrid, con casas de ópera importantes que le daban al país un prestigio muy grande. Ahora, desde el cantante que canta "Despacito" (NdR: Luis Fonsi) hasta todo tipo de cosas como la presentación de la temporada de Mar del Plata, lo han llenado de vedettes y eso habla del poco afecto que tienen por la música clásica. En vez de darse cuenta de que la música clásica es un complemento para la educación y que puede interactuar con la formación de chicos de bajos recursos, todo lo han degradado y convirtieron al Colón en un salón de usos múltiples. En eso tiene mucha responsabilidad Horacio Rodríguez Larreta y la directora, María Victoria Alcaraz, que es una persona que no tiene nivel intelectual respecto a las cuestiones vinculadas a la cultura y al arte. Ellos piensan que porque toca Juanes están haciendo una gran gestión. Hacen un populismo bobo.

- La Capital Federal es uno de los distritos con mayor cantidad de festivales en todo el país. Sin embargo, cada vez son más los vecinos que protestan por los ruidos que generan a altas horas de la noche, en especial los corsos.

- Yo no estoy en contra de los corsos, estuve hablando mucho de eso, pero tiene que haber una política racional, no puede ser que un evento al que van 500 personas moleste a miles que quieren dormir o circular. La Ciudad se colapsa por los corsos. Todo se puede hacer pero sin cortar las calles. En muchas ciudades del mundo hay corsódromos, pero va la gente que quiere ir. En Buenos Aires parece que hay gente que tiene derechos superiores a otros. Manifestarse no es un derecho superior al que quiere circular; el que quiere ser murguero no tiene más derecho del que quiere descansar.

- ¿Cómo manejan los festivales en Alemania?

- Es completamente distinto. Cuando se quiere hacer algún evento se pide permiso con anticipación, y muchos se hacen en espacios públicos sin cortar calles. Berlín tiene una cantidad muy importante de parques donde se hacen fiestas, festivales, de todo, y no se corta el tránsito. Es muy raro que eso ocurra. Si llega a ser el caso, se avisa con tiempo y se diseñan desvíos alternativos para que uno ya lo sepa de antemano.

- ¿El cambio cultural que supone la ideología de género está modificando nuestros valores y costumbres?

- A mí no me parece mal que cualquier persona que se sienta homosexual o travesti lo sea, es una decisión fuertemente individual. Ahora, no entiendo por qué el Estado está metido en cuestiones individuales de las personas. La gente tiene derecho a hacer lo que se le dé la gana con su orientación sexual o de género, pero veo una sobreactuación estatal. Cuando un Estado se mete en algo individual, está tomando una intervención que no le corresponde porque si hay un cambio cultural se da por las personas, no por los Estados.

- Pareciera que tanto desde los gobiernos como de la Justicia se hace todo al revés y se reivindican los atentados terroristas, se defienden delincuentes y se promueve el aborto, en vez de proteger la vida en todo sentido y el bien común.

- La vida hay que respetarla en todo sentido y los derechos son de todos. La historia argentina se ha distorsionado mucho, los delincuentes tienen que tener condiciones razonables de detención y que se respeten sus derechos, pero no pueden tener más derechos que las víctimas de sus delitos. La Justicia debe prestar atención a eso y a la puerta giratoria que permite que los que delinquen salgan rápidamente. Hay que reivindicar siempre al que hace las cosas bien y defiende los buenos valores.

- ¿Qué áreas de Buenos Aires se deben mejorar?

- Buenos Aires es una ciudad muy desequilibrada. Hay zonas que parecen Nueva York y otras que están muy dejadas. Hay que tratar de que los servicios públicos y los hospitales que están en las zonas degradadas tengan una mejora, fundamentalmente la educación. En Buenos Aires tenemos cada vez niveles más bajos en las pruebas internacionales. La escuela pública argentina era muy buena, incluso la primaria tenía muy buen nivel, y ahí es donde hay que poner el énfasis. Eso es darle herramientas a la gente, no darle un plan. Si les das buenas herramientas se puede defender y le puede ir bien en la vida, si no, son ciudadanos indefensos.

- Si gana la elección, tendrá como rivales a sectores de Cambiemos y el kirchnerismo. No le será fácil...

- Nada es fácil en la Argentina, pero el que quiera cosas fáciles que no se dedique a la política. Los políticos argentinos tienden a decir cualquier cosa en campaña y andar sonriendo, sabiendo que después no lo van a hacer. La política no es que la gente te palmee y grite tu nombre, es el servicio público, es tomar a veces decisiones duras, entender a la gente que no te quiere y enfrentar a sectores mafiosos o de la política que lo único que hacen es poner palos en la rueda para volver al poder que los hizo ricos, como el kirchnerismo. Tampoco es ir a comer al programa de Mirtha Legrand o hacer el Mundial del Asado, el que no lo entienda así está aportando a la decadencia.

 

Rebote espectacular

-Se habló mucho de su repudio en Twitter del mural de Evita en la Avenida 9 de julio. ¿Cómo evalúa la reacción que generó en las redes sociales?

-Claramente, hubo muchas más personas a favor de lo que dije. Más allá del tweet (que tiene alrededor de 19.000 "likes" y 5.000 "retweets") el 80 por ciento de los comentarios son a favor de lo que digo pero, sobre todo, me ponderan porque me anime a decir las cosas por su nombre. Las críticas fueron del kirchnerismo más concentrado. Y el rebote en los medios fue espectacular.

 

Los impuestos son abusivos

- ¿Cuáles serían los ejes de su gestión?

- Achicar fuertemente la estructura administrativa y política de la Ciudad, achicar los gastos de una manera brutal y que termine en una baja de impuestos, que en Buenos Aires son abusivos; la reasignación de recursos para las áreas importantes: educación, seguridad y justicia, y salud. Todo lo demás puede esperar. Esas son las urgencias de los porteños.