"El Gobierno está muy lejos de controlar la inflación"

El 2,9% de enero fue peor de lo esperado, asegura el economista Christian Buteler.

De manera recurrente, mes tras mes, el dato del Indice de Precios al Consumidor que difunde el Indec, es decir el nivel de inflación de la economía argentina, depara sinsabores. Las políticas han mutado, los nombres del equipo económico cambiaron, pero el Gobierno no termina de hallar la respuesta a un fenómeno pertinaz, irreductible.

Ni siquiera la fuerte recesión, que aniquila la demanda de bienes, ni la política monetaria restrictiva del Banco Central en pos de la emisión cero, que seca la plaza de pesos, han logrado ponerle freno al proceso inflacionario. Y esto en medio de un contexto de fuerte caída de la actividad productiva, aumento del desempleo y un panorama de vencimientos de deuda a mediano plazo que crispa los nervios de cualquiera. El 2019, año de elecciones presidenciales, también promete ser cuesta arriba.

"Realmente el índice de inflación de enero fue mucho peor de lo esperado por todos. Aguardábamos un índice del 2,5% para el mes de enero. Pero ya en la semana se empezó a hablar de que podría ser más elevado y finalmente llegó al 2,9%. Realmente el panorama es muy complicado. Arrancamos muy mal el año y el dato es negativo para enero", destaca el economista Christian Buteler.

Y agrega: "Ahora se espera un 3% para febrero. Además, la inflación núcleo también dio muy arriba. Eso traerá aparejado un arrastre complicado. Es muy malo el número. Luego de tres años de gestión de Cambiemos ya tendríamos que tener otro nivel de inflación. Queda claro que el Gobierno está muy lejos de poder controlar la inflación".

-El foco del combate a la inflación está puesto en la política monetaria. ¿Alcanza sólo con esto?

-En realidad debe ser un mix de políticas. Obviamente la gran responsabilidad están en la política monetaria, no hay duda de eso. Luego de la corrida cambiaria del año pasado se comenzó a ajustar también la parte fiscal para que estuviera en línea con lo monetario. Antes uno tenía el sendero fiscal por un lado y el monetario por el otro. Estaban desajustados. En lo fiscal, si logran realmente cumplir con el objetivo de déficit cero como está proyectado, sería una muy buena señal para ir ganando confianza y avanzar en la solución del problema.

-¿Habría que hacer también acuerdos sectoriales o mesas de diálogo?

-Toda herramienta con la cual uno pueda sumar a la lucha contra la inflación es válida. Todo puede ayudar para que finalmente se pueda converger a lo que uno quiere, que es una inflación más lógica, no en estos niveles. Pero siempre el rol principal en la lucha contra la inflación es el monetario.

-Con las tasas de interés en estos niveles, ¿hay recesión para rato?

-Desgraciadamente la recesión va a tener que seguir siendo algo con lo cual convivir día a día para poder bajar esta inflación. El Banco Central venía bajando las tasas de interés durante los últimos días, pero con este dato esa política queda muy comprometida. Los plazos fijos están nuevamente a punto de tener una tasa real negativa. Mucho más no pueden bajarla para darle lucha a esto. Eso tiene, como toda medicación, su contraindicación, que en este caso es el impacto negativo sobre la actividad productiva.

-¿Es sustentable el plan teniendo en cuenta datos como el del uso de la capacidad instalada de la industria, que cayó a niveles de 2002?

-Esos son números más que preocupantes. El plan monetario establecido podía hacer bajar la inflación, pero era muy difícil de mantenerlo en lo político. Implicaba lo que ahora estamos viendo, altas tasas de interés que impactan en el nivel de la actividad. No veníamos bien y ahora estamos peor, justo en un año electoral. Creo que el plan puede dar resultado para bajar la inflación, pero desgraciadamente existe un lado negativo y es el impacto en el sector productivo. También estuvo mal que el Banco Central emitiera pesos para comprar dólares. Eso no ayudó a bajar la inflación, más pesos en la economía no es lo que necesitamos en estos momentos.

-¿El Gobierno ha instalado una visión de camino único?

-No lo creo. De hecho, el Gobierno ha ido cambiando sobre la marcha. Lo que dicen y lo que luego hacen no siempre es lo mismo. Por ejemplo, tuvimos metas de inflación y ya no las tenemos. El aumento de tarifas se dio con gran velocidad, pero luego retrocedieron. Este camino está marcado por las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. A partir del acuerdo firmado el poder de decisión, el grado de independencia, es más limitado.

EL FONDO

-¿Cuál es su visión del acuerdo firmado con el FMI? ¿Era un camino inevitable?

-En el momento por ahí fue una medida algo apresurada, pero luego como se terminaron desencadenando las cosas ya no había otra opción. La relación con el organismo de ahora en más dependerá de si cumplimos o no lo pactado. Tuvimos que repactar el primer acuerdo porque se cayó. Ese no fue un buen inicio. Políticamente el FMI está muy jugado a que esto resulte en Argentina. De hecho, la concreción del segundo acuerdo fue más de orden político que económico, porque los números no nos daban.

-El Fondo considera que el programa económico es sustentable, pero pone puntos suspensivos.

-Obviamente depende de que nosotros hagamos los deberes. Todo depende de que cumplamos con lo pactado. Es el momento al que llegamos, lamentablemente. Dos años de errores económicos nos llevaron a esto. El Gobierno tuvo el apoyo social y de los mercados internacionales para evitarlo, pero no fue capaz de hacerlo.

-¿Qué opina del esquema de bandas de flotación cambiaria? ¿Servirá para mantener calmo al dólar?

-Este esquema se aplicó para parar la corrida cambiaria. En base a ese contexto me pareció correcto. La tasa de actualización también era la adecuada. Había que poner el techo de la banda bien lejos para poder llegar. Lo que sí me parece es que el error fue aplicar en este trimestre una tasa del 2%, alta y cara. Eso hizo que el Banco Central compre dólares y emita pesos. Según el diseño del esquema, era una posibilidad comprar divisas por debajo de la banda, pero no una obligación.

LA PLAZA

-¿A qué atribuye la calma de los mercados a comienzos del año?

-Ha sido un muy buen arranque de año para los mercados. Esto se dio producto del contexto internacional. Hubo resultados positivos para todos los mercados, no sólo para nosotros. Tuvimos también el impacto de la asunción en Brasil de Jair Bolsonaro, con una expectativa positiva muy fuerte por parte de los mercados. La plaza local había caído muy duro en 2018 y era lógico que algunos fondos vieran la oportunidad para comprar activos a bajo precio. Ahora el desafío es sostener este crecimiento.

-¿Lo sorprendió la súbita caída del riesgo país desde los 800 puntos de fin de año?

-Aquel era un momento tormentoso. La situación argentina es complicada, pero no se justificaba que el riesgo país estuviera en los 850 puntos básicos a fin de año. El nivel actual, en torno a los 600 puntos, está más acorde con nuestra realidad. Este no será un año sencillo, pero se está colocando deuda en el mercado local sin problemas. Es más lógico este riesgo país que hoy luce la Argentina.

-En un par de años se multiplican los intereses de la deuda. ¿Podremos volver a los mercados para financiar los vencimientos?

-Esto sólo cierra si Argentina puede abrir nuevamente el acceso a los mercados internacionales antes de que se termine la plata del Fondo Monetario Internacional.

-Pero ese dinero se termina este año.

-Si se consumen estos fondos y no volvemos al mercado estaremos complicados. Este año estaremos bien, sin problemas para cubrir vencimientos. El año que viene, con nueva gestión presidencial, del mismo partido o de uno contrario, ya el tema cambia. Es necesario lograr abrir el mercado voluntario de deuda.