El pintor de los gauchos

Umbrales del tiempo

Florencio de los Angeles Molina Campos murió hace 59 años, su obra entre naif y caricaturesca, con un toque de humor y algo de melancolía se ha convertido en un hito esencial de estética nacional y la cultura gauchesca, gracias a la difusión mundial de su obra.

Era Florencio descendiente de los hermanos Campos, oficiales que defendieron al país durante la Guerra del Paraguay y la Conquista del Desierto.

Desde chico conoció las costumbres gauchescas en estancias de la familia, cuando los criollos aun cultivaban sus costumbres. Marcelo T. de Alvear fue su promotor, en una época donde el presidente asistía al teatro, escuchaba ópera (una de sus debilidades) y asistía a los vernissage.
Impresionado por la obra de Molina Campos, lo nombró profesor del Colegio Nacional de Avellaneda.

MOMENTO DORADO

Era un momento dorado de la cultura nacional. Güiraldes publicaba Don Segundo Sombra, y Roberto Arlt Juguete rabioso. Horacio Quiroga escribió Los desterrados. Fader se consagraba exponiendo su obra y aparecía este joven que retrataba paisanos con un humor casi inocente. 
Su obra culmina con la publicación del almanaque de Alpargatas, en 1931, cuando sus retratos campestres se hace accesible al gran público. No hay almacén, ni estancia donde falten las imágenes de esos gauchos de bigotes machazos, narices coloradas, rastras vistosas y caballos enjaezados, llevando adelante tareas rurales o simplemente, aprovechando para descansar la osamenta del diario trajinar.

La popularidad de Florencio lo llevó a tentar suerte en otras latitudes, especialmente los Estados Unidos, donde de la mano de Walt Disney, difundió las costumbres nuestras a través de dibujos animados (El gaucho volador, Goofy se hace gaucho, El gaucho reidor y Los tres amigos). 
Curiosamente, cuando Walt Disney vino a la Argentina para contratar a Florencio, éste estaba en Estados Unidos. Eso no privó a Disney de visitar el campo de Florencio en Moreno, ni comer un asado con su esposa, ni ensayar los pasos de una chacarera. Molina Campos también colaboró en la elaboración de Bambi, mientras exponía sus obras en New York.

Si bien tenía un contrato con Disney para filmar tres películas, Molina Campos no estaba de acuerdo en el tono que le querían imprimir a las costumbres gauchescas, de hecho renunció y Disney decidió convertir a las tres películas en una sola, conocida como Salud amigos.

También en Estados Unidos rehízo su vida sentimental después del divorcio de su primera esposa, Hortensia Palacios Avellaneda. Años más tarde, unió su destino a María Elvira Ponce Aguirre casándose en Uruguay primero, Estados Unidos después y finalmente en Argentina el 9 de marzo del "56, apenas tres años antes de su muerte.

Si bien fue enterrado en La Recoleta junto a sus ilustres antepasados, Florencio fue trasladado en los "70 al Cementerio de Moreno, para estar junto a su esposa.

Fue Molina Campos un argentino simpático, entrador, audaz, buen bailarín, con un carácter fuerte, que podía rozar el mal humor. Sus obras reflejan su aguda capacidad de observación, una memoria cuasi fotográfica y un amor profundo por las costumbres nacionales, que difundió por el mundo.