Exportaciones, un tema clave­

Venderle al mundo productos primarios y con agregado de valor es relevante para el desarrollo del país. Las provincias deben ejecutar estrategias de nicho. China y Brasil, dos socios de peso. El rol de las pymes en el esquema exportador.­

POR EDUARDO L. FRACCHIA *­

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No vamos a ver seguramente nunca banderas por las calles con encapuchados marcando con aerosol las paredes de los edificios que rodean la plaza de Mayo poniendo ¡Arriba las exportaciones! Sin embargo, es un tema bien relevante para el desarrollo del país.

El Ministro de la Producción, Dante Sica, propone triplicar las ventas externas en 2030 o sea llegar a casi 200.000 millones de dólares. Meta motivante. En los últimos cinco años por el retraso cambiario y la baja productividad las exportaciones han caído. Ultimamente el estancamiento de Brasil influyó también en las manufacturas de origen industrial que tuvieron un desempeño exportador pobre.

Se trata de un tema que se sabe tiene una repercusión directa en la competitividad y está en manos de los empresarios, economistas y políticos siempre con una visión de largo plazo. Las economías pequeñas como la nuestra se juegan su entrada más definitiva en la globalización con una mayor inserción externa. El futuro económico de muchas provincias, hoy con poca base exportadora, tiene mucho que ver con desarrollar sectores en el marco de una coordinación público privada que sea exitosa.

El panorama de la economía internacional es promisorio para 2019. El mercado internacional tira. Para más adelante es difícil hacer pronósticos en un sistema económico mundial que posee desequilibrios importantes que se resumen en los déficit gemelos americanos y en las amenazas y acciones de proteccionismo de Trump.

Si bien la dinámica de crecimiento sostenido de China es una buena señal para los bienes transables de la región cabe señalar que estamos atravesando en América Latina un desempeño macroeconómico modesto y heterogéneo. Los déficit fiscales acotados, baja inflación y ortodoxia de políticas son buenos datos para la región pero el crecimiento todavía es exiguo.

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CRECIMIENTO­

Desde 2000 a 2008 la tasa de crecimiento de las exportaciones argentinas estuvo en el 12% anual en términos de valor en buena medida sostenido por un ciclo de precios de materias primas y de insumos industriales de uso difundido muy favorable. En este sentido crecer al 10% en valor de exportaciones no es ninguna meta ambiciosa para la próxima gestión presidencial en Argentina. Es lo mínimo a lo que se podría aspirar para aprovechar la coyuntura internacional.

Argentina tiene sus exportaciones bastante diversificadas en cuanto a destinos geográficos. En los últimos años se redujo la participación de Brasil en el comercio. Había llegado a ser de 30% en el mejor momento y luego disminuyó. Una vez más se ha vuelto a comprobar con Brasil que lo que define el balance comercial no es el nivel del tipo de cambio bilateral sino por el contrario el diferencial del PIB entre países.

Brasil se destaca en los últimos años por una política de impulso a las exportaciones que junto con la propia dinámica del sector privado han logrado superar en 2018 metas ambiciosas de comercio. No obstante, hay un panorama de cierto optimismo respecto a las perspectivas de la economía doméstica y la futura capacidad exportadora luego de la cumbre G20.

Los acuerdos a nivel bilateral que firmó nuestro país, sin dudas, conforman factores positivos en relación al comercio. Uno de los casos que se destaca es el firmado con la República Popular de China, son 30 acuerdos de comercio e inversiones, y la ampliación del swap entre las autoridades monetarias. Estos representan inversiones por más de 5.000 millones de dólares en ferrocarriles, energía y obras viales.

Se agregan las cartas de intención y cooperación de Japón, Rusia, Estados Unidos y Francia respecto a la exportación de carne, de actividad pesquera y financiamiento sobre la infraestructura y el control marítimo, respectivamente.

El swap monetario con China, firmado entre los banco centrales, agregan 8.700 millones a los que ya se habían acordado en julio de 2017 totalizando algo más de 18.000 millones de dólares. El objetivo es promover, esencialmente del lado de nuestro país, mayor estabilidad financiera y afianzar la relación comercial entre ambos entre ambos países.

Este aspecto no es menor dado los últimos eventos de salida de capitales y saltos abruptos del tipo de cambio que profundizaron la recesión y el aumento de la tasa de interés. En ese sentido, las autoridades nacionales esperan al menos un nuevo aire para los próximos meses de gestión.

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LAS PYMES­

Haremos ahora una referencia al rol de las pymes en este proceso de inserción externa. La iniciativa de las pymes merece destacarse en el comportamiento exportador posconvertibilidad. Luego de los primeros años del kirchnerismo esta dinámica se amesetó. Las pymes son las empresas más vulnerables a permanecer en el panel de firmas que exportan y su conducta proactiva de ingreso como exportadoras activas se ha detenido.

Para facilitar la inserción de las pymes cabe destacar las iniciativas de asociación que han tenido tan buen desempeño en países centrales y en otros del sudeste asiático. La modalidad por la cual las pymes se pueden integrar en Argentina a un mundo cada vez más globalizado pasa por competir de modo individual con una estrategia de nicho.

Convertirse en proveedores de grandes corporaciones es un objetivo deseable. Finalmente pueden apalancar sus capacidades en asociación con otras firmas de tamaño pyme.

Por otra parte, como patrón de inserción externa en el ranking de firmas exportadoras surge claramente nuestra matriz asociada a los recursos naturales. Es una situación similar a países de base agroindustrial. El desafío de nuestra estructura de exportaciones está en agregar más valor con el objetivo de generar empleos de calidad superior y también de disminuir la volatilidad que está asociada a la dependencia de commodities.

Hay muchas preguntas presentes al indagar sobre el futuro exportador argentino. Entre ellas podemos mencionar las siguientes: ¿superaremos dentro de poco la meta de exportar 100.000 millones de dólares? ¿Es necesario disponer de un Banco de inversión específico que ayude a fomentar las exportaciones con la dinámica de instituciones como el BNDES de Brasil? ¿Cuáles son las restricciones en el campo de la infraestructura que influyen en los saldos exportables?­

Se refiere a cómo se está preparando el país para poder comercializar a mediano plazo una cosecha de 180 millones de toneladas. En lo que atañe al costo argentino aparecen una serie de distorsiones asociadas a la burocracia, a los sobrecostos y en particular al impuesto a las exportaciones que supone una de las limitantes principales en el mediano plazo para el conjunto del sector.

¿Cuál es el esquema de incentivos desde el Estado para que más empresas tengan su bautismo comenzando la primera fase de internacionalización que es la exportación? ¿Tiene sentido promover sectores específicos para que exporten con algún sistema de subsidios?­

Normalmente se destaca en el proceso de internacionalización la exportación con canales propios de distribución hasta llegar a la fase de inversión externa directa. ¿Cómo está este proceso? En definitiva es clave repensar la dinámica de las exportaciones en el país como vector de posicionamiento internacional y generador de nuevos yacimientos de empleo.

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* Economista. Investigador Senior del IAE Business School de la Universidad Austral.­

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