Mientras Macri lucha contra la crisis, el PJ va por la Justicia

Siete días de política. Datos llamativos: con 48% de inflación, caída de la actividad y del consumo el gobierno retiene el 35% de apoyo. En el Senado el presupuesto "del FMI" ganó 45 a 24. Massa aliado con CFK.

Cada actor político atiende su juego. El gobierno trata de salir de la crisis con un plan que está empezando a funcionar. El peronismo, en tanto, sigue sin generar un líder de reemplazo de Cristina Kirchner. Pero eso no lo preocupa porque tiene otro objetivo: retomar el control de la justicia federal desde el Consejo de la Magistratura. Suena lógico: Macri va por la reelección; los peronistas sólo buscan no ir presos. A eso se ha reducido su política. A eso se ha reducido la política.

La dupla Dujovne-Sandleris carecerá del relumbrón de un Prat Gay o un "Toto" Caputo, pero consiguió algo impensable hace dos meses: que el dólar retroceda. Después comenzó gradualmente a bajar la tasa de interés. La situación es precaria, pero le dio un respiro a Macri.

Los que decían hace apenas 60 días que a Dujovne no le daba el "piné" para enfrentar una crisis como la del dólar en la montaña rusa ahora permenecen mudos. La inflación sigue alta, pero la mayoría de los analistas prevén un sendero descendente y un proceso de recuperación de las variables macro para fines del primer trimestre del año electoral. Si en este marco todas las encuestas le dan a Macri no menos de 35% de apoyo, no es descabellado suponer que con una recuperación de la economía en 2019 volverá a ser competitivo.

Sin enbargo la destreza del "team" Hacienda-Banco Central es en el mejor de los casos económica. En política sus habilidades son nulas. Sólo así puede admitirse que Dujovne haya dicho públicamente que crisis de la magnitud de la actual solían derrumbar al gobierno que las padecía.

Esas palabras imprudentes resonaron en el Senado durante el debate del presupuesto. Las citaron los peronistas que tenían que votar a favor del proyecto y recordaban épocas en que esos errores resultaban fatales para gobiernos no peronistas y doradas oportunidades para el peronismo.

Más allá de las palabras, que son gratuitas, el presupuesto "del ajuste" y "del FMI" fue aprobado por 45 votos, 19 de ellos peronistas. En contra se pronunciaron los sectores "nac & pop". ¿Por qué ocurrió esto? Porque el Ejecutivo fue generoso con las provincias. Para que pudiera salir aprobado el presupuesto del Congreso le agregó 24 mil millones de gastos y permitió a los gobernadores seguir cobrando impuestos que debían ser reducidos o eliminados.

Las provincias votaron porque se llevaron el grueso de los nuevos recursos. Tienen necesidades que pesan más que los alineamientos políticos. El recorte real que significó la devaluación en los ingresos de los estatales fue calculado en el 0,5% del PBI, eso es un 20% de la disminución total del déficit fiscal, el equivalente de unos 3 mil millones de dólares.

El empleo público ha crecido de manera monumental desde el establecimiento de la democracia. Es el famoso "gasto político" cada vez más difícil de soportar por el sector productivo de la economía. En especial de 2003 a 2015 la planta estatal creció verticalmente. Con Macri el fenómeno se moderó, pero no cambió de dirección. Cuando Cambiemos llegó al poder un poco menos de la mitad de los asalariados pertenecían al Estado. Hoy, un poco más. El 70% de los estatales pertenecen a las provincias.

El "empleo" público (que en muchos casos funciona como un seguro de desempleo) es un barril sin fondo como hasta los 80 fueron las empresas de servicios públicos y en los últimos años los subsidios, los "planes" o las jubilaciones sin aportes.

Pero la preocupación por la eliminación del déficit fiscal es exclusiva de Mauricio Macri. El peronismo tiene otras inquietudes y trabaja para ponerles fin. Prestó sus votos para el presupuesto en el Senado, pero obtuvo dos de los tres lugares que corresponden a ese cuerpo en el Consejo de la Magistratura, organismo que selecciona y destituye jueces.

En una sorpresiva maniobra también consiguió dos de los tres que corresponden a la Cámara de Diputados. Lo hizo gracias a una alianza de Sergio Massa con Cristina Kirchner a la que se sumaron peronistas federales. Como consejeros irán el camporista "Wado" de Pedro, investigado por coimas y Graciela Camaño, mujer de Luis Barrionuevo a quien Cristina quiso expulsar del Senado en 2003. Pero la clave es el acuerdo Massa-Cristina que significa el adiós a la ancha avenida del medio.

Acierta Macri al concentrarse en la economía. En política el peronismo trabaja todos los días para él.