"El evento expositivo del año"

Homenajean los museos vaticanos a Johann Winckelmann, precursor de los historiadores del arte. La muestra está dedicada al padre de la arqueología moderna, en el 250 aniversario de su muerte. Presenta cincuenta obras maestras, de la antigüedad egipcia al Renacimiento, que influyeron en sus estudios y teorías.

Los miles de turistas que visitan cada día los Museos Vaticanos pueden disfrutar en estos días de una singular muestra que rinde homenaje a Johann Joachim Winckelmann (Stendal 1717-Trieste 1768), padre de la arqueología moderna y precursor de los historiadores del arte.

Al cumplirse 300 años de su nacimiento y 250 años de su trágica muerte, "el evento expositivo del año", en palabras de la directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta, pretende demostrar el papel primordial que tuvieron las colecciones vaticanas para los estudios, las teorías y los escritos del arqueólogo alemán.

Más que una muestra, Winckelmann. Obras maestras repartidas en los Museos Vaticanos es un itinerario que el espectador puede seguir por las salas habituales de los Museos Vaticanos hasta el 9 de marzo de 2019.

El portal de noticias Vatican News lo define como una búsqueda del tesoro en cincuenta etapas, a través de las salas y los corredores. El recorrido transcurre por 21 espacios y presenta 50 obras ya expuestas en los museos pero que en esta ocasión estarán acompañadas de las reflexiones y las intuiciones de Winckelmann, que se vio influenciado por ellas de una forma u otra.

EN ROMA

Todo esto sucedió durante los años de su estancia en Roma (1755-1768), que a priori tenía que ser "breve y un paréntesis en su formación", según Claudia Valeri, curadora de la exposición. Sin embargo, esta etapa se alargó y Roma terminó teniendo "un impacto fundamental para Winckelmann".

"Las antigüedades de la ciudad lo impresionan y, aunque no existían los Museos Vaticanos como hoy, él ya solía visitar el Patio de Belvedere, adonde iba con frecuencia para admirar las estatuas que allí se conservaban", explicó Valeri.

En Roma empezó a estudiar y a clasificar obras de todas las temáticas que iba encontrando durante sus visitas a monumentos y colecciones de la ciudad.

Su influencia no fue menor, ya que fue gracias a sus opiniones que los Pontífices adquirieron muchas de las obras presentes hoy en los Museos Vaticanos y que figuran en este recorrido de homenaje.

Pero las obras no pertenecen a un solo estilo. El itinerario se desplaza transversalmente por todos los sectores de los Museos Vaticanos, especialmente por las secciones dedicadas a la escultura antigua, ya sea egipcia, griega o romana, pero llegan a la pintura del Renacimiento, y por lo tanto a Rafael, al Barroco, Tiziano y al mismo Caravagio. Obras, todas, que tanto capturaron los intereses del intelectual alemán.

EL MAXIMO IDEAL

El famoso Apolo de Belvedere, por ejemplo, forma parte del itinerario. En esta escultura, Winckelmann ve el punto más alto del Arte con mayúsculas, aquello que más se acerca al ideal de belleza.
También figuran en el recorrido la pintura La escuela de Atenas, de Rafael, o la escultura de Ptolomeo II, Rey de Egipto.

De esta última obra, Winckelmann analiza y comenta el material con que se ha elaborado, algo sin precedentes hasta la fecha y que para Guido Cornini, también curador de la muestra, evidencia cómo el alemán fue precursor de los historiadores del arte.

"El empieza a clasificar todas las obras que ve y es el primero que habla de los estilos atendiendo a muchos factores, como el clima o el material, que antes no se tenían en cuenta", justificó Cornini.
Barbara Jatta explica que este homenaje a Winckelmann busca también reconocer la importancia que su pensamiento estético tuvo en la formación de los Museos Vaticanos en cuanto se entienden en la modernidad, como hoy los visitamos.

Guido Cornini, curador de la muestra sobre Winckelmann, y director del reparto para el arte de los siglos XV y XVI de los Museos Vaticanos, explica que esta exposición "busca celebrar a la gran figura del historiador del arte y arqueólogo, el primer arqueólogo que podemos definir como tal, que ha signado como un gigante la cultura de su tiempo y de los que seguirían, Johann Joachim Winckelmann".

El arte greco-romano constituye, recuerda Cornini, "el objeto principal de atención de Winckelmann, gracias a la cual logra imaginar una periodicidad, sobre la base de la cual fue posible después construir un andamiaje de la histora del arte de las épocas sucesivas. Por lo tanto, más que un arqueólogo, es el fundador de la historia del arte como la conocemos hoy".

Pero más allá de las obras que influyeron en Winckelmann o que fueron influenciadas por él, la muestra también recorre su vida y su época en la Sala XVII de la Pinacoteca de los Museos Vaticanos.
En este espacio, el espectador encontrará alguno de sus escritos, un documento inédito y un documental para entender el ambiente y el clima cultural que se vivía en la Roma del siglo XVIII.

Una ciudad en la que Winckelmann tenía que permanecer un breve período pero donde finalmente pasó el resto de su vida conquistado por la gran belleza de la antigüedad.