El freno de mano funcionó Ahora viene lo difícil, la sintonía fina

Por Christian Reos *

 
En Estados Unidos las elecciones de medio término no generaron sorpresa (los republicanos perdieron la mayoría en la Cámara de Diputados). El mercado bursátil, luego de la toma de ganancias a principios de octubre, parecía listo para rebotar y encarar el rally de fin de año, pero mientras escribimos, el S&P volvió a cortar a la baja la media móvil de 200 días (señal bajista), mientras el dólar volvía a apreciarse respecto al resto de las monedas. De esta manera, ni los activos emergentes ni los commodities encuentran un piso firme.

Por otro lado, los resultados corporativos en Estados Unidos continuaron creciendo durante el tercer trimestre de 2018, por lo que en definitiva, la baja del S&P el mes pasado deja las valuaciones con ratios muy razonables (P/E forward menor a 16x); el temor de los inversores es que a partir de ahora el crecimiento sea más moderado.

MAS INCERTIDUMBRE

La política en distintas partes del globo continúa agregando incertidumbre. A la disputa comercial entre Estados Unidos y China, se suman problemas en Europa: la dificultad del Reino Unido para llegar a un acuerdo por el Brexit (el tiempo se acaba y hasta se habla de un nuevo referéndum), y el plan de Italia para incrementar su déficit más alla de lo admitido por la Comunidad Europea.
En América Latina, no nos quedamos atrás. A punto de asumir los recientemente electos presidentes de México y Brasil, cada uno busca diferenciarse con sus posturas extremas, dadas también las diferentes realidades con las que les toca lidiar. 

En México, Lopez Obrador tiene que negociar con un duro Trump, por lo que amenaza con una postura en el extremo opuesto (la realidad se verá una vez que asuma). En Brasil, por el contrario, Bolsonaro busca parecerse y alinearse a Trump, para diferenciarse del PT, pero no le será fácil lidiar internamente con la alta fragmentación del Congreso.

UN RESPIRO

En la Argentina, el nuevo plan económico consensuado con el FMI logró su primer cometido: frenar la suba del dólar a costa de absorber pesos poniendo las tasas por las nubes. En las últimas semanas, la tasa de referencia del Banco Central ha bajado de 74% a 66% anual, y el peso continúa apreciándose, a diferencia de lo que ocurre en el mundo. 

Al observarse una desaceleración en la inflación, vendrá luego una más difícil sintonía fina, ya que habrá que generar una baja en las tasas para que la actividad económica tenga un respiro. Luego de haber generalizado un impuesto a las exportaciones que es creciente a medida que baja el dólar, y con la inflación de estos meses, el tipo de cambio perdió buena parte de la competitividad ganada, por lo que no vemos más espacio para que continúe apreciándose en términos reales.

Queda por delante al Gobierno meses arduos, ya que habrá que pasar el verano buscando el piso de la recesión, cruzando los dedos para que la cosecha de trigo y luego de soja sean buenas, permitiendo un rebote económico a partir del segundo trimestre, que no será parejo para todos los sectores (y si un mes en la Argentina parece mucho, cinco meses son una eternidad).
Mientras tanto, como si fuera poco, tendrán que ir mostrando que se están haciendo los deberes en el frente fiscal, condición básica para que la deuda sea sustentable en el tiempo. 

Con la aprobación del presupuesto 2019 en Diputados (show mediático de por medio, como nos tienen acostumbrados nuestros representantes), el Gobierno tiene chances de lograr un histórico equilibrio fiscal primario en 2019, ya que gran parte de la mejora fiscal se generará por aumento de impuestos (el mes pasado le tocó a bienes personales, luego vendrá la revaluación de inmuebles, etc). 

Quedará para el próximo Gobierno ingeniárselas en conseguir superávit primario, para contrarrestar un déficit financiero que será mayor al 3% anual y es principalmente en dólares, sin contar con la posibilidad de seguir subiendo impuestos, ya que de lo contrario se ahogará cualquier rebote económico.

Por último, pero no menos importante, los políticos empiezan a perfilarse de cara a las elecciones presidenciales de 2019. Si bien es un poco temprano como para andar analizando encuestas, la dinámica parece ser mostrarse como el menos peor, ya que ningún candidato tiene actualmente una imagen positiva como para resaltar. A medida que avance 2019, la política será un factor adicional de volatilidad con la que el gobierno tendrá que lidiar.
 
BONOS

En renta fija, continuamos prefiriendo una exposición limitada al país, con instrumentos en dólares con duration muy acotada, o bonos corporativos con ingresos en dólares. El mes pasado recomendamos para posiciones de mayor riesgo, una inversión puntual en Lecap en pesos. Luego de la apreciación de la moneda, y por lo comentado anteriormente, volvemos a dolarizar totalmente las carteras recomendadas.

Por otra parte, sugerimos salir de AY24 y AA26 e ingresar al AO20, ya que la curva es flat a partir de 2020, y creemos que no justifica mantener una duration más alta en un año de volatilidad por las elecciones y por la suba de tasas en Estados Unidos. Además, esperamos que a medida que aumente la liquidez (por desembolsos del FMI y el swap chino), el precio del bono AO20 suba más que el de los otros bonos, tal como sucedió con el bono AA19 los últimos meses.

Para la cartera de riesgo alto, sugerimos salir de los cupones atados al crecimiento, ya que empeoraron las perspectivas de crecimiento para los próximos años. Además, la experiencia empírica indica que los países que tomaron préstamos SBA del FMI, y para reducir el déficit fiscal aumentaron los impuestos (como Argentina), tuvieron problemas para crecer sostenidamente. En esta cartera aumentamos la porción de bonos provinciales, ya que tienen spreads máximos respecto al soberano.

ACCIONES

En el mercado accionario, ya puede diferenciarse claramente cuáles empresas están afectadas por la devaluación y la recesión, y cuáles no. Hay muchas compañías en el mercado local con baja o nula deuda financiera, con capacidad de atravesar la actual recesión generando caja gracias a saludables márgenes operativos.

Preferimos: en materiales a Ternium Argentina y su controlante; en servicios públicos a TGS, Transener, TGN y Pampa; en bancos a Macro y Supervielle; en petróleo a YPF.
 
* Gerente de Research Allaria.