Perú: ¡Llamen a los bomberos!

POR WALTER MOLANO *

¡Perú es un desastre! Se espera que la economía crezca solo un 4% este año. La inflación está por debajo del 2%. El sol se devaluó 1.8% durante los primeros 10 meses del año. Se espera que el déficit de la cuenta corriente cierre el año en aproximadamente el 1,5% del PBI, y el Banco Central tiene reservas internacionales de alrededor de u$s 60 mil millones. Esto es para una economía de u$s 190 mil millones.

Para poner las cosas en contexto, Argentina tiene reservas de u$s 50 mil millones. Esto es para cubrir un PBI de u$s 545 mil millones. Sin embargo, las cifras confirman el completo desastre económico que reina en el Perú. Bueno en realidad no. Sin embargo, si escuchas a la mayoría de los peruanos, pensarías que estaban describiendo una situación similar a la de Irak. 

Claro está, tal nivel de autocrítica puede ser una característica de algunas de las economías con mejor desempeño en América Latina. Al igual que Panamá, la economía peruana se ha desacelerado desde el ritmo vertiginoso de la última década. Sin embargo, está lejos de estar en crisis. En la actualidad, el Perú es una de las economías mejor administradas de América Latina. 

Al igual que sus dos países andinos, vecinos, Chile y Colombia, es un ejemplo de prudencia y sobriedad macroeconómica. Los presidentes pueden ir y venir. Una gran cantidad de conversaciones telefónicas, implicando a jueces y políticos, pueden ser divulgadas. Una disputa familiar puede convertir a una de las familias políticas más famosas del Perú en el hazmerreír del continente, pero la economía peruana avanza, impasible a los dramas diarios de su clase política.

QUE CRISIS

Al igual que los niños con un rendimiento excesivo, que experimentan ataques de pánico cuando obtienen un 7 en un examen, los peruanos y los panameños hacen que parezca que están en medio de una crisis económica. Sin embargo, están atravesando una saludable desaceleración de la actividad que les permitirá consolidar sus ganancias económicas, permitiéndoles posicionarse para su próxima fase de expansión. 

Una de las cosas que le permitió a Perú alcanzar su ritmo constante de expansión económica ha sido la independencia de sus instituciones financieras y reguladoras. Tiene uno de los bancos centrales más independientes de la región. Esto le ha permitido gestionar los agregados monetarios con prudencia. Al mismo tiempo, un alto grado de dolarización en el sistema financiero ha impregnado a la moneda de una gran estabilidad. 

Por ejemplo, Colombia no permite depósitos de dólares en el sistema financiero. Por lo tanto, cualquier ingreso de moneda extranjera debe ser convertido inmediatamente en pesos colombianos. Eso significa que una gran afluencia de inversión extranjera directa puede ejercer una gran presión alcista sobre la moneda. Lo contrario sucede cuando hay grandes salidas. 

Sin embargo, este no es el caso en el Perú. Se permiten depósitos en dólares. Eso significa que los inversores extranjeros pueden traer y sacar fondos, sin alterar el tipo de cambio. Además, los inversores extranjeros pueden incluso realizar transacciones locales en moneda extranjera, como la compra de terrenos y equipos, sin tener que tocar los mercados de tipo de cambio. Esta es una de las razones por las que el sol peruano ha sido tan estable, a pesar de los cambios bruscos en la mayoría de las monedas de los mercados emergentes. 

Perú también tiene un marco regulatorio fuerte, particularmente en el sector financiero. Por último, cuenta con un gran sistema de fondos de pensiones privados que proporciona a las empresas locales y al gobierno un amplio capital para satisfacer sus necesidades de inversión y operación. Todos estos factores son esenciales para crear la estabilidad que caracteriza al Perú moderno.

EFECTO ODEBRECHT

Sin embargo, hay algunas preocupaciones legítimas sobre las próximas elecciones generales, en menos de dos años. El escándalo de corrupción de Odebrecht ha devastado a la clase política: fue encarcelado un ex presidente, destituido otro y se inculpó a un tercero. Ahora, el sistema judicial ha caído en la telaraña de corrupción y enredos. 

Los partidos políticos tradicionales de Perú se derrumbaron durante las crisis económicas de la década de 1980 y nunca se recuperaron. Sin embargo, los escándalos de corrupción de Odebrecht están socavando la confianza del público en las instituciones políticas tradicionales, como el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. 

Este es un fenómeno que está barriendo el planeta. En particular, a raíz de la crisis financiera mundial de 2010, muchos electorados renunciaron a la clase política tradicional y optaron por los independientes que cantan canciones de sirena, ofreciendo soluciones fáciles y promesas vacuas. 
Hoy en día, una ola de autoritarismo se está extendiendo, ya que estos populistas descontrolados se transforman en dictadores y tiranos. Perú corre un riesgo similar. Hasta ahora, el panorama electoral está vacío y no hay candidatos para la próxima carrera presidencial. 

Sin embargo, pronto surgirá una ola de independientes, y corren el riesgo de llevar al país a una dirección completamente nueva. Por lo tanto, la economía peruana puede estar bien, pero desafortunadamente, existe una gran incertidumbre legítima sobre las próximas elecciones presidenciales en 2020.

* Analista del BCP Securities.