Jóvenes inventores por un futuro mejor

Chicos de varias provincias ganaron un concurso con ideas que ayudan a mejorar el día a día de su comunidad. Un grupo de estudiantes de una escuela técnica de Bahía Blanca ganó el certamen de inovación al crear un sistema que reemplaza el yeso tradicional por férulas de plástico impresas en 3D.

Una app con un mapa interactivo de la villa 31 para que los bomberos puedan llegar a apagar incendios, un software educativo que permite enseñar lenguaje de señas a chicos sordos, una férula de plástico impreso en 3D que busca reemplazar al yeso tradicional, un sistema eléctrico para que los ciegos puedan tomar colectivos de forma independiente y un biocombustible que elimina la leña y permite calefaccionar un barrio entero de forma casi gratuita. Todas son ideas de chicos de escuelas secundarias públicas de Buenos Aires, Neuquén, Bahía Blanca, Mendoza y Córdoba.

Todos son inventos que llegaron a la final del concurso "Soluciones para el Futuro", organizado por la empresa de tecnología Samsung con el fin de desplegar en el país el talento creativo y el compromiso social a través del uso de la ciencia y la tecnología.

"Soluciones para el Futuro" es una plataforma de innovación joven, para chicos de 12 a 19 años, que sirve para para motivarlos y estimular su talento creativo -contó Cynthia Giolito, Senior Manager de Ciudadanía Corporativa de Samsung-. Nos encontramos que alentando a los chicos de secundaria a buscar soluciones a problemas de su comunidad, despertamos vocaciones científicas y tecnológicas". 

El concurso tiene tres etapas: la ideación -este año subieron a la plataforma más de 400 proyectos de alumnos argentinos-, la co-creación -donde le van dando forma al prototipo, ayudados por mentores que los desafían a pensar- y la consolidación, que se realizó la semana pasada con los cinco finalistas en un campamento de innovación, donde recibieron consejos, orientación y conocimiento por parte de expertos en tecnología, innovación e impacto social.

"Lo que se busca es que ellos sean a futuros técnicos, ingenieros, especialistas e innovadores. Los chicos tienen la posibilidad de vivir una metodología innovadora que se llevan a su comunidad", expresó Giolito.

LOS GANADORES

Los ganadores del certamen fueron cinco alumnos de la Escuela Técnica Nº 1 de Ingeniero White, en Bahía Blanca, que le encontraron la vuelta a un problema común del puerto en donde viven: una muy alta tasa de fracturas.

"Vivimos en uno de los polos petroquímicos más importantes de América latina y hay muchos casos de accidentes de trabajo. Además somos la Capital de Basquet y está lleno de deportistas que se lesionan. Por eso, nos propusimos dar una solución tecnológica al yeso", explicó Tadeo Camperi, uno de los integrantes del equipo ganador.

"Las Férulas 3D es un prototipo que busca reemplazar la forma convencional de tratar lesiones a través de un molde de plástico reciclable hecho con una impresora. Se realizan a la medida del paciente gracias a un escáner y permiten mayor movilidad, comodidad y son resistentes al agua. Te podés bañar tranquilo, salir a correr y que la piel transpire sin generar lesiones o malos olores", dijo Camperi.

Según el estudiante, la realización de la idea fue posible gracias a dos espacios alternativos de educación: "Conocimos la impresión 3D en un curso de "Infinito por Descubrir", un espacio de innovación montado por el Ministerio de Educación en Bahía Blanca, y pudimos manejar un escáner gracias al espacio de formación "Bahía Emprende", contó.

"Con ese conocimiento nos hicimos "embajadores" del emprendedor Gino Tubaro, que hace prótesis de mano gratis para chicos de bajos recursos. De ahí surgió la idea de producir férulas para reemplazar los yesos, pero recién la pudimos concretar cuando a principio de año trajeron una impresora 3D a la escuela", explicó Camperi.

"Para recibirnos, tenemos que hacer una tesis final y desarrollamos este proyecto utilizando la impresión 3D", contó Tadeo, y agregó: "Empezamos a buscar quién más en el mundo hacía algo parecido y encontramos sólo una empresa española, Fiixit, de donde sacamos la idea de hacer el molde con un escáner digital".

"Uno de los principales problemas que tuvimos fue el diseño, porque no teníamos los conocimientos. Mandar a hacerlo costaba una fortuna, así que nos pusimos a aprender. En tres meses, de prueba y error, logramos el primer prototipo -recordó Camperi-. Trabajamos sin parar desde la mañana a la noche. Ideas tenemos todos, pero llevarlas a la realidad, requiere esfuerzo, trabajo y paciencia".

Tras la experiencia de Soluciones para el Futuro, las férulas 3D están hoy en proceso de validación médica. "Contamos con el aval y asesoramiento del traumatólogo Emilio Corinaldesi, del Hospital Municipal de Bahía Blanca, que nos asesoró en el proceso de co-creación y nos aseguró que la idea es factible y funcional", dijo.

"A fin de año nos recibimos, pero seguiremos trabajando en y con la escuela, para pasar el conocimiento y las ganas para que otros chicos tomen la posta del laboratorio de impresión 3D. Queremos que esta experiencia sirva como ejemplo de que si uno tiene ganas de hacer algo, y le pone ganas, logra cosas muy lindas", cerró el joven que ya sueña con una carrera de ingeniero electrónico y un emprendimiento de impresiones 3D en Bahía.