Un increíble rescate en el Continente Blanco

El próximo jueves se cumple un nuevo aniversario de la proeza de los tripulantes de la Corbeta Uruguay en la Antártida. El 8 de noviembre de 1903, comandados por el Almirante Irizar lograron traer de vuelta sanos y salvos a un grupo de expedicionarios perdidos, entre los que se encontraba el primer argentino que en forma oficial llegó a suelo antártico, José María Sobral.

Ya en pleno desarrollo del siglo XXI, la Antártida sigue siendo sinónimo de inclemencia y misterios. Es un lugar con clima extremadamente inhóspito por momentos, con hielos eternos que siempre dificultan la vida y la navegación.

Por eso, pensar que más de cien años atrás un grupo de marinos argentinos navegando sin mapas y valiéndose solo de la intuición y la memoria, con elementos muy lejanos a la tecnología de hoy logró el rescate de científicos que llevaban más de un año en el continente blanco, parece remitir más a un cuento de ficción que de realidad.

Sin embargo, el hecho ocurrió. Así lo señalan a La Prensa el Comodoro de Marina Marcelo Tarapow y el geólogo Claudio Parica, dispuestos a rescatar la increíble historia que tuvo como protagonistas a la Corbeta Uruguay, convertida hoy en museo; Julian Irízar, el almirante que comandó el rescate; y un grupo de científicos y navegantes, entre los que estuvo José María Sobral, el primer tripulante que en forma oficial llegó a la Antártida y que años despúes se convertiría en el primer geólogo del país.

La Expedición a la Antártida tiene su origen en el Congreso Internacional de Geografía en 1895, en cuyas conclusiones declara que "las regiones antárticas eran el punto de interés geográfico más importante que quedaba por emprender". 

Es así como se inician una serie de expediciones de varias naciones hacia el continente blanco. Entre estas llega a Buenos Aires en diciembre de 1901 la del científico sueco Otto Gustav Nordenksjöld, en el buque Antartic, que era comandado por el noruego Carl Larsen.

- ¿Y cómo llega el argentino Sobral a subirse al Antartic?

Tarapow:- El presidente que en ese momento era Roca pide si podía ser parte de la expedición un argentino. El científico pone algunos reparos, y finalmente como Argentina le ofrece apoyo tanto en Buenos Aires como en Ushuaia se convence cuando le presentan a Sobral. La energía que tenía lo decidió. En el primer momento que conoce a Sobral dice "lo llevamos". Y reconoce que fue el gran acierto de su vida, ya que cuando se perdió la expedición el tener un argentino motivó un compromiso de ir a rescatarlo. Cuando lo aceptan en la expedición tuvo tres días para prepararse. Ubiquémonos que era diciembre de 1901. Salió a comprar lo que podía, y lo mejor que compró fue la ropa interior, pero el abrigo no le sirvió porque se inclinó por la lana. Y la lana tomaba la humedad, se hacía pesada y no lo aislaba del frío. El reconoce que la mejor ropa de abrigo se la dio Nordenskjold, y después la completó con piel de foca.

EL DESEMBARCO

- ¿Que ocurre después con la expedición?

- Tarapow: El buque zarpa de Buenos Aires hacia la Antártida. En Malvinas cargan perros porque los que traían habían muerto por el calor, y en Ushuaia cargan carbón y se van para la Antártida. Con Larsen hacen una vuelta por el lugar que había expedicionado el belga Adrián De Gerlache buscando ver si había un canal que pasara del lado oeste de la península antártica al lado este. No lo encontraron y el científico sueco pide a Larsen que lo llevara donde había visto fósiles varios años atrás. Navegaron, dejaron la isla Trinidad y llegan a proximidades de la isla Seymour hoy más conocida como Marambio. La siguen navegando, van más al sur y cuando cruzan la isla Cerro nevado, el buque queda aprisionado y entonces los deja a Nordenksjold y su gente, entre ellos Sobral en Cerro Nevado. Bajan a media los pertrechos y arman el laboratorio. Al día siguiente arman la casa y a los dos días se va el Antartic, con la indicación de que el buque los pase a buscar a más tardar en Abril de 1903. Ese era el límite porque se cierra el hielo y después ya no se puede pasar.

Parica:- la instrucción que habían dejado en Buenos Aires era que si para mayo no tenían noticias fueran a buscarlos.

Tarapow:- Larsen se va a Malvinas, hace caza y cuando se está por cumplir el año se dirige al punto de encuentro, pero encuentra hielo en el estrecho y no puede avanzar. Entonces toma una decisión: baja temprano era principios de 1903, deja tres hombres y les pide que vayan por hielo hasta Cerro Nevado, unos 100 kilómetros, y avisen que estaban tratando de llegar. Estos hombres empiezan a cruzar con esquíes, llegan a una Bahía pero ya no había hielo sino agua también. Entonces no pueden avanzar para avisar. Se vuelven a la bahía donde los había dejado el buque y construyen una casa de piedra, y estuvieron ocho meses los tres solos. Paralelamente a esto el buque quiere llegar y no pudo. El hielo lo aprisionó, le partió el casco y salvaron los botes y se fueron a la isla Paulet que Larsen ya conocía de antes. Sabía que tenía una laguna de agua y una pingüinera, es decir comida y agua para sobrevivir.

EL RESCATE

- La inteligencia de saber donde abastecerse

Tarapow: - Claro. Larsen dijo perdí el buque, rescaté lo que pude y tenemos agua y comida. Armaron otra casa de piedra y se quedaron a vivir ahí esperando que los buscaran. Pasa el tiempo, abril, mayo y no hay noticias. Suecia pide ayuda para un rescate. Como Argentina también tenía una persona, Sobral, se decide preparar un buque ya que no contábamos con un rompehielos. Toman entonces la corbeta Uruguay que fue construida en el Reino Unido en 1874 como parte de la famosa escuadra de Sarmiento. En ese tiempo como presidente Sarmiento hizo una gran inversión en las fuerzas armadas, buscó profesionalizarlas. Fundó en 1870 el colegio militar de la Nación y en 1872 la escuela naval. Esta corbeta llegó en 1874, cumplió una serie de servicios y quedó como buque de reserva. La Armada le reforzó el casco, le cambió el motor, le amplió la capacidad para tener más carbón y más agua, le cubrió la proa y la popa con una protección para evitar que las olas castigue mucho al barco, le cambio los palos, aparejos, la reforzó y el ocho de octubre zarpa de darsena norte hacia la Antártida. En las instrucciones que le dan a Irizar tenían que esperar la llegada de otras expediciones para coordinar la expedición. Pero en Ushuaia esperan y no llega nadie. Irizar decide entonces ir a la Antártida. El ocho de noviembre llegan a la Isla Seymour y desembarcan dos personas, pero al mismo tiempo lo que había ocurrido es que los hombres que estaban esperando habían alcanzado con esquíes ese lugar. Se encuentra Irizar con el resto de la expedición y Otto Nordenksjold. Pero tras la alegría toman conciencia de que no se sabía que había pasado con Larsen y los otros tripulantes. Nadie sabía que estaban en isla Paulet y si estaban vivos. Al llegar la hora de la noche esuchan unos ruidos extraños y gente vociferando y cuando salen se encuentran a Larsen con 5 hombres que el 31 de octubre zarparon con una ballenera, remaron como veinte horas por día y llegaron a Cerro Nevado el 8 de noviembre. Larsen comunica que están en la isla Paulet todos vivos salvo un marinero que murió por un infarto. Lo increíble es que coincidieron justo esos tiempos sino nunca habrían sabido donde estaba la gente de Larsen.

EL REGRESO

- ¿Y que pasa con Sobral?

Tarapow:- Sobral se emociona hasta las lágrimas porque ve a la corbeta con el pabellón argentino, y le hablan en español. Saluda a Irizar y dispuesto a cumplir con su deber se va 25 kilómetros en esquí para buscar las muestras que recolectó. Lo pesado era cargar las piedras hasta la corbeta. Pasan por isla Paulet y recogen a la gente de Larsen. Cuando empiezan a volver les agarra un terrible temporal que le parte los dos palos y llegan a Santa Cruz. Ahí logran cruzar un cable telegráfico avisando que rescataron las expediciones, y la noticia recorre el mundo. La corbeta Uruguay llega el 2 de diciembre de 1903.

Parica:- El otro dato importante es que Sobral fue en calidad de corresponsal para La Prensa. Cuando estaba entrando el 2 de diciembre al puerto La Prensa hizo sonar su sirena como saludo a la expedición que había retornado con todo éxito. Tras la expedición lo ascienden a Alferez de navío. Y se entusiasma con estudiar geología. Pero la Armada en ese momento no concebía tener un oficial de carrera geólogo.

Tarapow:- Cuando Sobral pide permiso para estudiar geología invitado por Nordenskjold, la Armada le dice que no, que el era un marino. Entonces pide la baja, se va de la Armada a estudiar. Era muy joven, tenía solo 21 años.

Parica: va a Suecia y se recibe en Upsala como geólogo. Incluso encontró un mineral que fue bautizado como sobralita. Se queda a vivir allá se casa y vuelve a la Argentina. Y se convierte en el primer geólogo argentino.

Los recuerdos de unas travesías inolvidables

Tanto Parica como Tarapow estuvieron varias veces en la Antártida. El geólogo realizó veinte expediciones y el marino hizo más de una decena de incursiones en el continente blanco. Los dos coinciden en la fascinación que despierta en ellos cada viaje, investigación realizada allí.

"Mi primera campaña fue en la isla Decepción, abrimos una base que había estado cerrada unos 18 años por una erupción que hubo. Fue entrar a pico, pala, hacha, para romper el pie de hielo que había en la puerta, en 1985. Fue empezar a encontrarme con un paisaje, un ambiente desconocido y el desafío de empezar a conocer. La antártida por más que haya trabajo, sigue siendo un continente desconocido aún", relata Parica.

El geólogo rescata una frase de Carlos Rinaldi, quien fue el primer director civil y científico del Instituto Antártico: "soberanía es conocimiento".

"Bajo esa premisa se impulsó la investigación en la Antártida. No había desafío que no quisiéramos llevar adelante. Tres veces fui jefe civil de una base con dotación militar, la base Cámara".

El geólogo cuenta que allí, en 1991 una tarde de lluvia y nieve vivió una experiencia que nunca olvidó. "Desde un buque nos llamaron y piden permiso para bajar a la isla. Vuelven a llamar desde el buque y piden visitar la base".

"Empiezan a subir, la base está a 22 metros de altura. Era gente mayor, había mujeres con tapados de piel. Era un viaje de los históricos del British Antartic Survey, Instituto de Investigación del Reino Unido en la Antártida. Cuando llegan uno de ellos nos dice es "lo último que hubiéramos esperado es que nos iban a recibir argentinos". No los dejaron bajar a una base inglesa y otra chilena. Nosostros los ayudamos a secarse, le dimos calefacción. Compartimos. El continente invita a romper las barreras. Terminamos todos llorando".

Tarapow, en tanto, señala que lo primero que recuerda de la Antártida es que creció en la escuela "calcando los mapas de la República Argentina con el sector antártico. Yo incorporé el sentimiento de chico de que esa porción marcada como sector antártico argentino era de la Argentina y crecí con eso".

"Por otro lado -continúa- tengo el recuerdo de navegar los mares como marino. Son cosas que están en el corazón de uno. Está ese afecto y sensación de aportar un granito de arena en lo que es la República Argentina, sus derechos, su proyección, sus estudios científicos, apoyando logísticamente al desarrollo de la ciencia".