Celebra el hombre que pintó con música a Latinoamérica

Creador de temas inolvidables como la "Canción con todos", subirá al escenario acompañado por Antonio Tarragó Ros y Los Fronterizos, entre otros invitados. Anécdotas de un recorrido de más de seis décadas.

 

El mismo día en que celebra sus ochenta años de vida, César Isella volverá a entonar las composiciones que lo han convertido en una figura medular de la canción latinoamericana. Será mañana, a las 21, en el Auditorio de La Usina del Arte (Caffarena 1, La Boca). ""Me prometí hace un tiempo que si llegaba a los ochenta iba a armar una linda fiesta. Y acá estamos, casi listos, la estamos organizando. En un lugar hermoso como La Usina del Arte, y con algo que es más bello aún para las familias: que es con entrada gratis, lo cual es una ventaja grande en estos tiempos"", señala el cantautor salteño en diálogo con La Prensa. "La vamos a pasar lindo seguramente, y habrá buenos invitados: la "Negra" Chagra, Antonio Tarragó Ros. Luis Landriscina me prometió pasar a saludar. Van a estar Los Fronterizos y varios chicos nuevos".

-Ha cosechado muchas amistades en tantos años sobre los escenarios, imagino.
-Yo he sido siempre de compartir. La palabra que más me gusta es compartir. Desde que dejé Los Fronterizos, en el "65, he compartido escenarios y grabaciones con una cantidad enorme de conjuntos. Mi primera producción la hice en el "67 y, a pedido del "Cuchi" Leguizamón, fue la del Dúo Salteño. Después produje a Los Tucu Tucu, Las Voces Blancas y un montón de artistas jóvenes que no era fácil que tuvieran la oportunidad de actuar y de grabar un disco.
-Intuyo que no faltarán en el recital composiciones memorables como la "Canción de las simples cosas" o "El padre del carnaval".
-¿Sabe qué es lo mejor de esos temas? Le digo: que todos tienen una historia detrás. Todos, todos.

-Son más de sesenta años con la canción...
-Sesenta y tres para ser exacto. Apenitas...(risas). Cuando empecé, a los diecisiete, con Los Fronterizos, era un chango. Mi primera actuación fue en una radio del Uruguay. Y el segundo viaje fue a Moscú, con Los Fronterizos, Ariel Ramírez, Horacio Guarany y un grupo grande de artistas latinoamericanos. Era el año 1957 y yo estaba en la ex Unión Soviética. Creo que aquel fue el primer núcleo artístico latinoamericano que ingresó a la Unión Soviética.

NUEVO CANCIONERO
-Su acercamiento al Movimiento del Nuevo Cancionero fue una bisagra en su historia personal.
-Así es. Conocer a Mercedes Sosa, Armando Tejada Gómez, Tito Francia, Oscar Matus...Le diría que ahí nació el destino mío como solista: empecé a componer con el Armando, recorrí el continente. Para entonces ya había musicalizado a Nicolás Guillén, cubano; a Pablo Neruda, chileno; al peruano César Vallejo. Andar Latinoamérica me hizo mucho bien en encontrarme a mí mismo como compositor. Grabé con muchos grupos latinoamericanos y después edité los discos "América joven" 1, 2 y 3. Traía la música de ellos, pero a la vez llevaba la nuestra. Así nació mi amistad con Pablo Milanés y Silvio Rodríguez. He sido muy andariego, traté siempre de testimoniar mi vida con la gente, con los poetas, con los músicos. De ahí nace el espíritu de "Canción con todos", un tema que surge después del "Cordobazo".

-¿Cómo fue?
-Aquel acontecimiento social, político, gremial y estudiantil fue muy fuerte, y yo lo viví estando en Córdoba, el 29 de mayo de 1969. El 3 de julio comenzaba una gira por América latina: República Dominicana, Panamá, México, y ahí me fue saliendo la melodía de "Canción con todos". Hasta que regresé a Buenos Aires y Armando se enamoró de esa melodía. El inconsciente viene un día a las siete de la mañana a tocarme el portero eléctrico y me dice, con esa voz tan particular que tenía: "poeta a domicilio", y me entrega la letra de esa canción que a la semana ya la estaba grabando con el Quinteto Tiempo y que poco tiempo después la grabó Mercedes.

-Y se convirtió en un himno.
-Es que todo lo que grababa Mercedes se universalizaba, y así fue nomás. Mercedes nos grabó catorce obras a Armando y a mí. Guardo un recuerdo imborrable.