Por un mundo sin drogas

La trata de personas o la migración forzada

Por Federico de Arcos


En el amplio espectro de lo que las Naciones Unidas define como "delincuencia organizada transnacional", el informe de su Oficina Contra la Droga y el Delito -Unodc- explica que "la trata de personas es realmente un fenómeno de carácter mundial y que se detectaron víctimas en por lo menos 127 países y que 137 países notificaron que habían detectado víctimas, y que si bien pueden admitirse pequeños matices en las cifras, las dos terceras partes de éstas eran mujeres y que el 79% fueron objeto de explotación sexual". Agrega que la Unión Europea tiene una de las bases de datos más completas de víctimas de la trata con fines de explotación sexual con la mayor variedad de nacionalidades (por lo menos 95) que cualquier otra parte del mundo. Ese mercado es un tema muy especial de un análisis sobre las corrientes de la trata.

 Al referirse específicamente a Europa como destino de estas mujeres víctimas, explica que al finalizar la guerra fría muchos trabajadores de todo tipo se desplazaron de Europa Oriental a Europa Occidental y que algunos de ellos eran ya o terminaron siendo trabajadores sexuales y que no todos se trasladaron voluntariamente. Una interpretación que mucho se discutió, fue que quienes resultaron víctimas de la trata en realidad se prestaron a este inhumano juego para dejar países donde eran rehenes o martirizados seres y tener así otras fronteras menos duras, aun cuando eran sometidas a una prostitución no elegida por convicción sino por la necesidad de sobrevivir con la posibilidad también de ganar un dinero aunque de triste trámite.

 En el bienio 2005/2006, el 51% de las víctimas detectadas en Europa provenían de los Balcanes o de la ex Unión Soviética, en particular de Rumania, Bulgaria, Ucrania, la Federación de Rusia y de la República de Moldovia. Sin embargo -dice el informe- esto parece estar cambiando, ya que está aumentando el número de mujeres víctimas de la trata procedentes de otras partes del mundo. Con referencia exclusiva a la Europa occidental y central, en los años citados se registraron estos porcentajes: Asia Oriental 3%; Africa 5%; América del Sur 13%; ex Unión Soviética 19%; Balcanes 32%; de otros países el 21%. A los datos de la Unodc han sido agregados los de la Iniciativa Mundial de las Naciones Unidas para Luchar contra la Trata de Personas (UN.GIFT).
 En muchos casos, algunas de las mujeres de la cuales podrían haber sido víctimas de la trata desempeñan un papel importante en la explotación de las víctimas. Con frecuencia los traficantes son de la misma nacionalidad que la víctima. 

 Las técnicas utilizadas para seleccionar víctimas parecen variar según el país de origen, y así, a manera de ejemplo, en Europa del Oeste las víctimas pueden encontrarse por medio de agencias de empleo, mientras que en Africa occidental se utilizan redes familiares y sociales. Por lo general, los grupos que se dedican a la trata con motivos de explotación sexual son pequeños, aunque se conocen excepciones importantes.

Se estima que en Europa hay 140.000 víctimas de la trata, lo que genera un ingreso bruto anual de 3.000 millones de dólares para los explotadores. Si se supone un período medio de explotación de dos años, esto parece sugerir que hay más de 70.000 nuevas víctimas por año, y lo más preocupante, es que estos datos reflejan una tendencia estable, y tenemos para ello una explicación que bien le cabe a todo el mundo, aclarando que saliéndonos del informe de las Naciones Unidas.

MAFIAS EN EL MUNDO
 En esta columna explicamos, en oportunidad de desarrollar una serie de notas sobre "las mafias en el mundo", que de las tres actividades ilícitas internacionales, como son tráficos de drogas, de armas y de personas, éste último resultaba ser el más rentable para las organizaciones criminales, y por dos razones de fácil comprensión: porque en la trata existe una inevitable relación entre el secuestro de la persona, su venta a una organización y su posterior explotación. Son tres delitos "comunicados e indisolubles", pero que sus autores consideran independientes. Cada cual fija los valores del mercado y sus necesidades, pero sin exageraciones en la relación precio-ganancia para no exponer conflictivamente el gran negocio.

 Tengamos en cuenta que quien trafica drogas tiene compradores y que debe deshacerse o entregar su mercadería para obtener los dólares o euros que mantendrán su actividad y alimentarán sus sucios beneficios. Exactamente lo mismo ocurre con el traficante de armas. Pero quien compra una mujer -último paso de la "trata"-, sí debe entregar un dinero pero luego no deshace ni entrega a la persona, sino que la posee en propiedad y la explota por un largo tiempo cuando se dan distintas circunstancias, teniéndose en cuenta edad, salud, adaptación o no -llegándose muchas veces hasta el suicidio, y lo que podríamos denominar "desarrollo de una actividad promisoria" -lo que no significa una irrespetuosa ironía hacia la persona- porque muchas mujeres llegadas a cierta edad forman sus propias organizaciones con el dinero ahorrado de sus servicios sexuales -el porcentaje que le destina como ganancia el delincuente-, que desarrollan pero sin independencia ni libertad, porque serán supervisadas por quienes antes las explotaron.

 Pero bien vale ahora una aclaración: de los tres delitos ilícitos tratados, la droga encabeza el ranking con unos 900 mil millones de dólares movidos anualmente, seguido de las armas y la trata de personas.