"El ajuste no es el único camino"

Redrado cuestiona la política económica y enfatiza que hay que plasmar estrategias de crecimiento. Hay que esperar 30 días para comprobar si el plan para frenar al dólar tuvo efecto, explica el ex presidente del Banco Central. El Gobierno subestimó a la inflación. La emisión cero es antinatural.

 

POR HERNAN KLOOSTERMAN 

Martín Redrado no oculta sus críticas al rumbo económico actual. Sentado en el NH Gran Hotel Provincial, con la postal del mar de fondo, el ex presidente del Banco Central aseguró que el Gobierno "cree que solamente con ajuste fiscal se arreglan los problemas de Argentina"".
Luego de participar del cierre de las Jornadas Farmacéuticas, Redrado analizó la actualidad económica y expresó preocupación de cara al futuro ya que ""todos hablan de ajuste y nadie habla de crecimiento"
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-¿Lo peor pasó, está pasando o va a pasar?
-Lamentablemente el esquema que ha planteado el Gobierno con el acuerdo del Fondo, es un programa muy recesivo donde recién estamos viendo la punta del iceberg. Recién ahora podemos hablar de dos semanas de tranquilidad cambiaria. Venimos de meses en los que una mal llevada política cambiaria, ha llevado a una devaluación permanente. Pero esta incipiente tranquilidad cambiaria se está haciendo a costa de una exorbitante e impagable tasa de interés. Con lo cual, está claro que hemos ingresado en una fase todavía más recesiva.

-¿Qué opina del nuevo acuerdo con el FMI?
-El nuevo programa con el FMI lo podría sintetizar en tres puntos. Nos ha dado certidumbre financiera ya que está claro que Argentina no va a caer en cesación de pagos; nos ha traído incertidumbre cambiaría ya que a mi juicio está política de bandas es confusa. Y nos ha traído más recesión.

EL DOLAR
-¿Qué lectura hay que hacer de la baja del dólar en la última semana?
-Me tocó lidiar con cuatro corridas financieras y es muy importante que pasen 30 días. Recién estamos en la mitad del río como para decir que se ha consolidado esto. A mi juicio, hay que dejar pasar 30 días para decir si se estabilizó el tipo de cambio. Pero el costo de esto es altísimo. La tasa de interés del Banco Central, en los últimos tres meses subió del 45 al 60% y ahora al 72 o 73%. Lo que más preocupa de esta incipiente estabilidad es el costo. Porque podríamos decir que la batalla cambiaria se ha ganado, si las tasas de interés estuvieran 20 puntos menos.

-¿Cuánto tiempo más puede estar la tasa en el actual nivel?
-No veo que antes de noviembre o diciembre pueda bajar. Y cuando lo haga, va empezar a hacerlo en un proceso de prueba y error. De a uno o dos puntos para ver como reacciona el dólar. No veo una baja agresiva de la tasa de interés con lo cual, me preocupa mucho el sector real de la economía.

-¿Qué rol van a jugar las elecciones del año que viene en la economía?
-Espero que tengamos una discusión más rica que la del futuro y el pasado. Mi visión es que no hay un solo camino, como plantea el Gobierno, que es el del ajuste. Argentina debe plantear alternativas superadoras que tengan ideas nuevas sobre la mesa. Nadie está discutiendo una verdadera reforma impositiva que baje impuestos y amplíe la capacidad contributiva. Argentina tiene todavía más de un 30% de trabajadores en la informalidad. El otro camino central es el de una verdadera revolución exportadora. Argentina tiene que empezar a depender más de los dólares de producción y menos de los financieros. Con lo cual espero que no terminemos votando por el menos malo sino que haya alternativas superadoras. A mí lo que me preocupa es que nadie habla de crecimiento: todos hablan de ajuste y estabilización. Está claro que no se puede gastar más de la cuenta pero también que se necesita un programa que nos plantee un crecimiento económico y no lo veo eso en el debate.

-Se habló mucho de shock o gradualismo. ¿Es un tema central o la realidad va por otro lado?
-La realidad terminó desvirtuando eso. Más que esa discusión, debería ser parcial o integralidad. Es decir, si atacamos los problemas económicos en conjunto. Uno no puede decir voy a resolver el cepo cambiario y no tener idea de un programa antiinflacionario. Acá lo que ha habido es un enfoque de ir a lo Mostaza Merlo: Paso a paso. Y los problemas socioeconómicos son problemas que están interconectados. Lo que se necesita es que haya más integralidad en la política económica. Alguien que esté trabajando en conjunto en un reforma impositiva, en cómo mejorar la inversión o las exportaciones. Por quedarnos en la discusión shock o gradualismo, se perdió de vista el poder tener un programa económico que plante un horizonte.

INFLACION
-¿El Gobierno subestimó el problema de la inflación?
- Sí, sin dudas. Y no tuvo un programa antiinflacionario. Los economistas que estuvieron en la primera etapa decían que todos los precios estaban al dólar informal. En ese momento era 9,50 el oficial y estaba en 14 o 15 el paralelo. Eso fue un desconocimiento de lo que era la economía real. No tuvieron visión de la integración de cadena de valor. Quizás fue un esquema muy financiero y muy poco productivo. Allí hubo un error central, después agravado por atrasar el tipo de cambio. La punta del ovillo de lo que pasó este año fue una política equivocada por parte del Banco Central de pensar que con un esquema de metas de inflación, subiendo la tasa de interés ibas a acotar las expectativas de inflación. Y lo que se logró subiendo la tasa, es atraer capitales golondrinas, planchar el tipo de cambio y lograr que vengan muchos dólares financieros. Si la gente veranea más en Miami que en Mar del Plata tenemos un problema cambiario. Y no hace falta tener un cráneo en economía para darse cuenta de esto.

-Se cuestionó la falta de un ministro de Economía fuerte. ¿Es necesario?
-Cada presidente tiene su esquema y su organigrama. Lo que sí está claro es que en algún lugar se necesita coordinación. Alguien que tenga todas las fichas de la baraja. La política cambiaria, la fiscal, monetaria, la de ingreso al sector público, son aspectos que tienen que moverse en la misma dirección. Se debería haber logrado más coordinación y más convergencia. Si eso lo pueden lograr una persona o varias, es una decisión de quien conduce.

-A pesar de los traspiés de la economía, el Gobierno ratifica el modelo económico. ¿Cree que lo hacen desde el convencimiento?
-Mi visión es que el Gobierno cree que solamente con ajuste fiscal se arreglan los problemas de Argentina. Cualquiera sabe que no se puede gastar más de lo que ingresa. Ahora, uno puede gastar más o no. Otro camino es que ampliemos la base de tributación para que haya más argentinos que paguen menos impuestos. Ellos plantean un ajuste y un ajuste sobre el sector privado. Es una salida poco creativa y bastante mediocre.

-¿Cómo evalúa al nuevo presidente del Banco Central?
-Es un excelente técnico, un excelente profesor de macroeconomía y tiene un gran trayectoria académica. La hoja está en blanco como hacedor de políticas públicas. Es muy temprano para hacer un juicio en términos de sus políticas. Lo que sí veo es una sobrerreacción para poder ganar credibilidad. Emisión monetaria cero es una política antinatural. ¿Qué es lo que tiene que hacer un Banco Central? Emitir de acuerdo a la proyección de la demanda de dinero. Y no es cierto que la demanda de dinero está en cero. Uno puede tener una política más restrictiva. La emisión cero es tratar de dar credibilidad sobrerreaccionando y esto tiene un costo recesivo.

-¿Los mercados le fallaron al Gobierno?
-No creo que le hayan fallado. En todo caso, el Gobierno falló en generar confianza. Mi visión es que el Gobierno debe mirarse hacia adentro más que echar culpas a los de afuera. Sin duda lo que hay que decir es que el Gobierno cosechó un buen apoyo político internacional, pero no de los mercados. Aún con dos acuerdos con el Fondo, no se ha generado confianza en los mercados.

-¿Lo llamaron del Gobierno?
-No, y tampoco tengo ninguna intención. Estoy trabajando muy bien en el sector privado. Uno puede ayudar a la Argentina también desde el sector privado, uno puede hacer aportes ayudando a que algunos sectores puedan crecer y tener perspectiva mundial.