China vislumbra a la atribulada Europa como una gran oportunidad

Por Alejandro Laurnagaray de Urquiza * 

ESPECIAL PARA LA PRENSA

Todavía hoy se discute en Occidente si la palabra crisis en idioma chino significa crisis + oportunidad o si la interpretación es forzada, poniendo en debate dicho concepto que fuera inmortalizado por JF Kennedy en un discurso de 1959. 

Dejando a un lado la controversia idiomática, lo concreto es que desde el estallido de la crisis financiera internacional en 2008, fue el gigante asiático quien vio la oportunidad en una Unión Europea con graves problemas internos -de diversa índole- y llevó a cabo una verdaderainvasión económica con más de u$s 318.000 millones de inversión en el Viejo Continente (según Bloomberg), superando a Estados Unidos en ese período y obteniendo un notable éxito económico, transferencia tecnológica hacia empresas chinas, además de adquirir una creciente influencia en la región mediante una estrategia geopolítica finamente elaborada, que busca consolidar con el Cinturón y Ruta de la Seda.

WIN-WIN

En medio de la disputa con Estados Unidos por la hegemonía global, China viene afianzando su alianza con la UE mediante una estrategia win-win (ambos ganan) -aprovechando el quiebre dentro de la que Samuel Huntington denominara la Civilización Occidental en su Choque de Civilizaciones (Norteamérica-Europa occidental-Oceanía), ruptura claramente representada por el Trumpismo, la crisis financiera y algunos movimientos internos europeos. 

En primer lugar, estamos observando que si bien evita tomar partido por uno u otro, la UE sostiene una posición más cercana a Pekín y se distancia de Trump en la guerra comercial impulsada por Washington, ya que también se considera víctima de ella. Pero a pesar de la actitud del magnate, Europa se mantiene cautelosa ya que la relación con Estados Unidos como entidad es aún prioritaria. Pero China se acerca, suma cada vez más puntos.

Xi Jinping logró coincidir con Bruselas en temas fundamentales de la política global: multilateralismo, cambio climático, libre comercio y reforma de la OMC, acuerdo con Irán, estabilidad en Turquía y otros. Hace poco tiempo, dentro de la UE no se pudo consensuar un reclamo hacia Pekín en torno a los derechos humanos porque, principalmente, Grecia y Hungría se negaron. El detalle: la compañía pública china Cosco compró el puerto del Pireo cuando los griegos tuvieron que rifarlo para afrontar la crisis.

EJE FUNDAMENTAL

La profundización de las relaciones políticas, económicas y culturales con Europa conforma un eje fundamental de la política exterior de la segunda potencia mundial, y a diferencia de su estrategia en América Latina y Africa, tanto en Estados Unidos como en el Viejo Continente busca especialmente absorber know-how y tecnología (en lo que obtuvo notable éxito). 

Y claro, mercados de consumo, para productos que ya no se limitan a las baratijas que conocemos, sino que exporta cada vez más containers repletos de alto valor agregado.

Como se mencionó, desde 2008 China invirtió más de u$s 318.000 millones en el Viejo Continente, adquiriendo más de 360 compañías (infraestructura, tecnología de punta, química, energía, inmobiliaria, deporte, y servicios) además de concretar 700 acuerdos con 30 países. 
El comercio bilateral se triplicó desde principios del siglo XXI. Detrás de Estados Unidos, China es el principal socio comercial de la Unión, y se está ganando día a día a Europa Central y del Este con grandes planes de inversión (Las Cumbres China-UE y las cumbre 16+1 -con 11 de la UE y 5 de los Balcanes)- vienen profundizando las relaciones.

Algunas de las empresas europeas que fueron adquiridas en forma total o parcialpor compañías públicas o privadas de China: aeropuertos de Toulouse, Frankfurt-hahn, Club Med, Puerto del Pireo y de Valencia, la fábrica alemana de robots Kuka, el conglomerado empresario británico Río Tinto (principal productora de carbón del mundo). Neumáticos Pirelli, Daimler -Mercedes Benz-, Volvo, Lotus, la London Taxi Company, PSA (Peugeot y Citroën), la suiza Addax Petroleum, la Tower Place y el edificio Lloyds en la City londinense, la química suiza Sygenta, la irlandesa Avolon Holdings, Krauss-Maffei (fabricaciones militares de Alemania), Energías de Portugal (EDP), clubes de fútbol como el Inter, Atlético de Madrid, Manchester City, y cientos de compañías más.

GRANDES RIESGOS

Por ello mismo, al igual que Estados Unidos, la Unión Europea -sobre todo Alemania, Francia e Italia- alertan, aunque tarde, sobre los riesgos de ese avance chino y la pérdida de competitividad frente a empresas asiáticas potenciadas con tecnología europea. Y Bruselas le reclama a Xi Jinping una mayor apertura al comercio y a la inversión, que consideran insuficiente y con diversas trabas. En la UE han comenzado a poner impedimentos a nuevas adquisiciones, aunque Pekín también tuvo que poner un freno debido al excesivo endeudamiento de las propias empresas chinas para costear las compras en el exterior.

Pero ojo, Estados Unidos es aún demasiado importante para la UE, tanto en términos económicos como de seguridad, aunque el nuevo Cinturón y Ruta de la Seda sigue avanzando y va de manera directa hacia el corazón de la Unión Europea, en realidad abarca todo el espectro euroasiático, más Medio Oriente, apuntando -en asociación con Rusia- a la Isla Mundial completa, aquella planteada por el geopolítico inglés H. Mackinder como eje del dominio mundial hace cerca de un siglo.

SISMOS

Seguirán las tensiones, alianzas y rupturas. El mundo está más agitado que nunca y en pleno reacomodamiento tectónico. No olvidemos el rol de la India, Israel, Turquía, Japón, etc. La elección de medio término en Estados Unidos es clave, ya que según el resultado puedan cambiar algunas políticas de Washington. 

China invirtió fuerte en Norteamérica y es gran acreedor. Nada es seguro, y menos hoy. Los globalistas y nacionalistas experimentan allí una dura pulseada. Mientras que los líderes europeos profundizarán la alianza con Xi Jinping buscando resguardar lo que puedan de autonomía del Bloque, lidiando con los extremismos, crisis de refugiados y otros conflictos. 

El mes que viene veremos todo en primer plano, cuando Buenos Aires sea escenario y vidriera de esas pujas, donde cada líder mostrará sus cartas en la decimotercera cumbre del G20.

* Consultor y analista Internacional.