Claves castrenses

Las limitaciones militares

Por José M. García Rozado *


Con la firme intención de mantener en pie el plan de reconversión militar que impulsó el presidente Mauricio Macri y darle a las Fuerzas Armadas un margen de operatividad funcional razonable para el año que viene, el Gobierno acaba de definir un presupuesto para el Ministerio de Defensa que se sustentará en tres variables: un fuerte recorte de gastos de personal, una reingeniería administrativa y el ingreso de fondos por la venta de tierras militares, o sea otro negocio inmobiliario de los que ya nos tienen acostumbrados.
El ministro de Defensa, Oscar Aguad, se reunió con su par de Hacienda, Nicolás Dujovne y terminó de pulir el proyecto de presupuesto 2019 para las Fuerzas Armadas. Será ""coherente con la crisis que transita la Argentina pero permitirá que no se paralicen los planes para los militares"", según refirió a los medios una calificada fuente del Gobierno. En la práctica, el presupuesto global para Defensa del año que viene será de 151.000 millones de pesos, lo que implicará un aumento nominal respecto de este año de un 24,7 por ciento, cuando la devaluación fue del 50 y la inflación rondará ese mismo guarismo, por lo que perderán no menos de un 25 por ciento.
De esta manera, se contemplará un presupuesto militar que apunta a sustentar en gran medida los gastos mínimos e indispensables -según el macrismo y que genera una enorme duda en oficiales y suboficiales en actividad y en retiro- de operatividad de las Fuerzas Armadas y establecer un mínimo margen de fondos para el reequipamiento militar.
Es que en rigor el 80 por ciento del presupuesto del Ministerio de Defensa se destina a los gastos salariales de los uniformados, por lo que al perder un 25 por ciento del presupuesto vemos que es casi imposible hablar de reequipar ni siquiera en lo mínimo e indispensable para mantenerlas operativas. Entre las variables más novedosas que trae el presupuesto de las Fuerzas Armadas en el 2019, para poder lograr el incremento deseado Aguad y Dujovne elaboraron una ingeniería financiera que contemplará un ingreso extra. Así, mediante una resolución interna del Ministerio de Defensa para seguir sustentando el funcionamiento operacional de las Fuerzas Armadas se dispondrá que el Instituto de Ayuda Financiera para el Pago de Retiros y Pensiones Militares (IAF) eleve su participación al 56% en lo que hace al pago de retiros, indemnizatorios y pensiones de sus beneficiarios. De esta manera, la Anses pagará el 44% restante. Actualmente, el IAF paga el 46%, y la Anses el 54% restante. Lamentable si esto es una propuesta de ingeniería financiera cierta. 
Con esta ingeniería administrativa el ministro de Defensa logrará sólo por el año 2019 un ingreso extra de 3.700 millones de pesos que le permitirán sortear la crisis y los problemas presupuestarios. Para el año que viene se contempla que el Ministerio de Defensa tendrá 9.000 sueldos menos por retiros voluntarios -y no voluntarios por jubilaciones cuando el personal cumpla 35 años de servicios- y la no renovación de contratos.
Según confiaron altas fuentes del Ministerio de Defensa también se contempla en este recorte una ""profunda reestructuración"" del actual esquema de agregadurías militares en todo el mundo. De esta manera, se prevé reducir al máximo el asesoramiento militar en las embajadas argentinas. 
Por otra parte, se contempla una reducción -cuando nuestros vecinos con mentalidades expansionistas aumentan fuertemente sus arsenales militares- paulatina de los regimientos del Ejército distribuidos a lo largo del país. Esto se hará en línea con el nuevo plan de reconversión militar pero aun no está disponible la nómina de los regimientos que se darán de baja porque ello tendrá el lapso de unos cinco años. Con la firme intención de sumar fondos al presupuesto 2019, el Ministerio de Defensa tiene previsto el ingreso de unos 8.000 millones de pesos por la venta de tierras militares que están distribuidas en todo el país -y que fue el detonante de mi renuncia en 1993 a la Subsecretaria luego de que se dispusiera cerrar la Comisión Especial de Tierras Fiscales- del Ministerio porque privatizar tierras militares es simplemente negociados inmobiliarios y no política de Defensa- y que hoy la Agencia de Administración de Bienes del Estado se está encargando de vender; una verdadera vergüenza que no haya generado reacción alguna en las jefaturas de Estado Mayor de las armas. Según relataron allegados al ministro Aguad, con lo obtenido por esa venta de tierras las Fuerzas Armadas serán reequipadas y Fadea también recibirá fondos para renovar sus maquinarias. Algo poco creíble. De todas maneras, en el Ministerio de Defensa sostienen que gran parte del presupuesto del 2019 se destinará a gastos de funcionamiento operacional.
Es decir, se tratará de que continúen en operatividad los vuelos de la Fuerza Aérea, los equipos y unidades del Ejército y los buques de la Armada. No mucho más que eso. Está en el horizonte más lejano la adquisición de nuevos aviones y equipamiento del Ejército. Aunque la prioridad para el año que viene en este aspecto será la compra de equipos para la ciberdefensa. Esto es: software y maquinaria disponible para el proyecto de instrumentación de una "sala cofre" en Villa Martelli que servirá como centro de operaciones de ciberdefensa.
En el Ministerio de Defensa confían en que el nuevo presupuesto será para la emergencia y creen que para el 2020 habrá una mejora de la economía que permitirá aumentar los fondos para los militares en línea con el plan de reconversión de las Fuerzas Armadas que anunció Macri para los próximos cinco años, cuando él ya no esté en el poder.


* Ex subsecretario del Ministerio de Defensa de la Nación