San Pablo (EFE, ANSA y AP) - Mientras el candidato ultraderechista y favorito a ganar el balotaje presidencial del 28 de octubre en Brasil, Jair Bolsonaro, recibió el primer apoyo oficial de otro partido con vistas a esa contienda, su rival, el petista Fernando Haddad, comenzó a tomar distancia de su padrino político, el encarcelado ex Jefe de Estado Lula, en un desesperado intento por captar el voto ``moderado''.
"Llegó a esta instancia como el sustituto de Lula, pero de ahora en más, Haddad es Haddad'', confirmó la nueva estrategia el electo senador Jaques Wagner, incorporado al equipo de campaña que se reunió ayer en el sur de San Pablo.
"Lo visitará en el penal de Curitiba cuando sea posible'', corroboró el viraje la titular del PT, Gleisi Hoffmann, quien dijo que el propio otrora mandatario le trasmitió a su ``delfín'' que debe "concentrarse en la campaña''. El lunes, después de la derrota, el ex alcalde paulista concurrió al presidio para entrevistarse con su ``mentor''.
SIN TREGUA
En medio de una profunda polarización, Haddad extendió su mano al adversario para sellar un "protocolo ético'' que contemplara el respeto a las "reglas de convivencia'' y el combate al "creciente aumento de las noticias falsas''.
La oferta fue tildada de "canallada'' por su contrincante, quien dejó en claro cuál será su táctica en estos 20 días: ligar al PT con la ``escandalosa corrupción que hundió al país''.
"Me formula esta propuesta contra las mentiras, el mismo hombre que está inventando que voy a subirle los impuesto a los pobres'', reprochó el retirado capitán del Ejército.
DISTANCIANDOSE DEL VICE
Bolsonaro rebatió declaraciones de su compañero de fórmula, el general Hamilton Mourao, quien se pronunció a favor del no pago del aguinaldo y de una reforma constitucional a cargo de un grupo de "notables'', sin la votación de la ciudadanía: "Es general y yo soy capitán -aseveró-, pero yo soy el presidente''.
El holgado vencedor del domingo sumó el respaldo del centrista Partido Laborista, salpicado por numerosos casos de corrupción, al punto que su titular, el otrora diputado Roberto Jefferson, estuvo preso 18 meses por su implicación en la red de sobornos parlamentarios denunciada en 2005. Actualmente, es investigado junto a varios de sus correligionarios -incluida su hija Cristiane- por supuestas irregularidades en el Ministerio del Trabajo, una cartera donde esta formación mantuvo una notable influencia durante las últimas dos décadas. De hecho, la mencionada dirigente iba a asumir al frente de la repartición pero la Justicia la vetó para el puesto debido a que había sido condenada por incumplir leyes laborales con algunos de sus empleados.
EL PARLAMENTO
"No repartiremos empleos estatales, puestos directivos en bancos o ministerios para conseguir respaldo -prometió el líder ultraderechista-. Gran parte de los parlamentarios de formaciones de centro ya estaban conmigo, pero no quiero hablar con los jefes de esas fuerzas para evitar tener compromisos con ellos''.
"Pretendemos tener un gabinete técnico, competente y con iniciativa. No admitiremos ese toma y daca'', anticipó.
NEUTRALES
Dos de los aspirantes al Palacio del Planalto vencidos, el senador Alvaro Dias (Podemos) y el empresario Joao Amoedo (Novo) -sorprendió al obtener el quinto lugar con el 2,5 por ciento de los sufragios- se declararon neutrales para el balotaje, al igual que el Partido Progresista, agrupación centroderechista que apoyaba al socialdemócrata Geraldo Alckmin y quedó como tercera minoría en Diputados.
Distinta es la postura del Partido Socialista, que expresó que respaldará a Haddad (en la primera vuelta no presentó candidato presidencial pero tuvo un buen desempeño en las urnas, tanto en el ámbito regional como en el legislativo).
Haddad ya había recogido el apoyo del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) del activista Guilherme Boulos, quien cosechó apenas el 0,58% de los sufragios.
Haddad suma respaldos para la segunda vuelta del 28 de octubre.