La pobreza en primera persona

Mayra Arena, la joven de Bahía Blanca que trascendió al exponer sus vivencias en un ambiente de muy bajos recursos, dialogó con La Prensa sobre la necesidad de derribar los prejuicios más fuertes sobre los más necesitados.

 

"Creo que nunca imaginé que mi charla, por su tema, iba a tener tanta repercusión en las redes y los medios. Hubo exposiciones muy buenas y me sorprendió mucho que la mía fuera tan viralizada. Pero creo, también, que lo que llamó la atención es que una persona pobre hablará. Porque mucho se habla de nosotros, los pobres, pero déjenos hablar a nosotros", enfatizó a La Prensa Mayra Arena, la joven estudiante de Ciencias Políticas cuya charla en TEDx en Bahía Blanca sobre "¿Qué tienen los pobres en la cabeza?" se viralizó en las redes argentinas y latinoamericanas.

Su lanzamiento a los medios digitales y audiovisuales comenzó como un simple posteó en su perfil de Facebook.

Era una carta expresando su historia y cómo era vivir en la pobreza en la Argentina. Pero la rápida viralización de su percepción llamó la atención de un organizador de charlas TEDx (ver recuadro) en la Ciudad de Bahía Blanca que la convocó a tener un espacio en el multitudinario evento de disertantes locales que son desarrolladas en distintos puntos del país. Así, en casi trece minutos Mayra intentó aclarar a la audiencia algunos de los grandes prejuicios, como la violencia demostrada en la calle, la gran cantidad de hijos o la deserción escolar, que tienen algunos sectores sociales y económicos sobre las personas de bajos recursos.

Consultada sobre la principal razón por la que impactó su charla Arena fue determinante. "Cuando se habla de números, de porcentajes o lo que tiene que ver con una política autentica de la pobreza es un tema mucho más frío y distante. Pero si lo enfocamos desde la cotidianidad de la pobreza, del día a día de despertarse y seguir siendo pobre, creó que fue eso lo que le llegó a la gente. Es una charla sobre la vida cotidiana de ser pobre", destacó la joven bahiense de 26 años.
Muchas veces invisibilizada, la pobreza sigue existiendo aunque no se la muestre todos los días en los medios. "Creo que es mucho más complejo de lo que nos gustaría a todos. Muchas veces se confunde ingresos con nivel de vida y otras también el medir la pobreza con los ingresos. Son cosas que no están tan directamente relacionadas porque es algo muy dimensional y atraviesa un montón de factores que van más allá de lo económico y que tienen que ver con la infraestructura, con lo académico, etcétera. También si se lo ve puertas adentro tiene relación con el modelo de familia que uno tiene, con ver a sus padres trabajar o no. Y en cuanto si es invisible me parece que muchas veces hacerse los ciegos, con el propio país y los pobres, termina dejando que gane el individualismo. Porque en realidad si te ponés a mirar la pobreza que hay duele mucho. Es más fácil para muchas personas, que no son malas, no mirar porque si lo hacen no les va a gustar", subrayó la estudiante.

EL HAMBRE
El hambre es una de las experiencias en la vida de una persona que quedan marcadas para siempre. "Yo me acuerdo de chica que nos íbamos temprano a dormir para no estar despiertos cuando sintiéramos hambre. Es una de las cosas que más me acuerdo de mi infancia. Más allá que haya un pan te quedas con ganas de cenar comida. Son sensaciones que por más que uno las haya superado, yo hoy tengo un trabajo y una casa donde dormir, no te lo olvidas nunca más. Te quedan demasiados gravadas en tu memoria", enfatizó la joven madre.
La educación pública, por más castigada que se encuentre, es vital para educar a los chicos. Su calidad es esencial para generar una oportunidad de superación en las clases más marginales. "Antes de ir a la escuela por la tarde, íbamos al mediodía a comer a un comedor en mi barrio y al que le debemos la vida. De ahí nos íbamos a la escuela. La comida del mediodía siempre nos salvó desde el lunes al viernes y fue algo importantísimo en nuestras vidas", recordó Arena sobre su vida en la marginalidad de la Villa Caracol, en Bahía Blanca.
La cercanía al barrio de un establecimiento educativo hizo que fuera destino de la cursada de primer grado de Mayra. Allí la violencia y problemas se regeneraban en las aulas como una replica de lo vivido cotidianamente en sus casas. "La realidad es que éramos violentos y siempre peleaba con alguien. En esa época vivíamos con mi abuela que cuando vió mi conducta cotidiana se cansó de todo eso y me cambió de establecimiento a 30 cuadras de donde vivíamos. Creo que lo hizo por un lado como castigo pero también para ver si yo podía estar mejor allí. En este nuevo lugar el alumnado era de clase media donde todos trabajaban. Fue un gran cambio partiendo de que cuando era camorrera nadie me seguía para pelear. Ahí obedecían a la maestra cuando pedía silencio o atención. Era una escuela que cumplía con más currícula que la maestra, que no estaba conteniendo tantos problemas en el aula sino que podía dar clase con calidad. Fue una época en la que aprendí mucho", enfatizó la bahiense.

MATERNIDAD
Durante su charla, Mayra habló sobre la maternidad y la principal razón de la existencia de tantos chicos por familia marginal. "Los pobres tenemos hijos porque es lo único que podemos tener y tenemos muchos, porque encontramos en cada hijo una razón para levantarnos todos los días, a pesar de nuestra pobreza", recalcó ante la audiencia en Bahía Blanca. Quizás como parte de su propia historia familiar, la joven sabía bien qué significaba la maternidad en la adolescencia. Su propia madre la había tenido a los 15 años y Mayra fue madre de un varón a los 14 años.
"Si lo pienso hoy, fue algo duro tener un hijo a tan corta edad. Pero en el momento cuando uno viene de tanta violencia ni siquiera te das cuenta de lo crítico y grave que es ser madre adolescente. Porque a esa edad, ahí donde yo me crié, es algo totalmente natural. Se naturaliza esta cuestión de ser madre cuando se arranca la sexualidad, no hay una idea de planificación, salud sexual y mucho menos de estudiar. En ese momento para mí fue maravilloso y muy bienvenido pero si hoy me preguntan yo no sé cómo hice", subrayó la estudiante que con gran esfuerzo busca hacerse un camino en el mundo académico.

Encasillados como "Ni Ni" cientos de jóvenes argentinos no trabajan ni van a estudiar. Su deserción escolar preocupa a los especialistas en educación por el impacto que tendrá en su futuro laboral. Consultada al respecto la estudiante de Ciencias Políticas remarcó que: "El colegio te deja de interesar cuando vivís en este contexto de pobreza tan dura. Allí no se promete o asegura nada. Si no hay en tu familia o entre tus conocidos alguien que haya triunfado a través del colegio o que haya obtenido algo así, terminas por irte de ahí porque la única economía que conoces es la de la changa y el rebusque. El colegio para esa economía es una perdida de tiempo porque esas cuatro o cinco horas que el chico está en la escuela podría estar levantando una pared o limpiando una casa lo que genera dinero para comer".
La visión que se tiene de la escuela es simple. "Allí no te dan de comer y si te lo dan con un comedor lo único que conseguís es el plato de comida del día y nada más como un par de zapatillas para tu hermano o una campera buena para pasar el invierno. Por supuesto que figuran para el sistema que son chicos que no trabajan ni estudian porque no es algo formal pero se vive como se puede, con esa economía extremadamente informal. No creo que nadie viva así sin hacer nada. Habría que analizar en qué falló la escuela y me parece que fracasa porque no ofrece una salida beneficios para el adolescente. No parece algo viable sino una perdida de tiempo", resaltó la ex residente de Villa Caracol.

INTERESES
"Cuando los pobres votamos a un gobierno que se fija en nuestros intereses económicos resulta que somos todos imbéciles, perversos o manipulábles", decía Arena con una voz firme en su charla de TEDx en Bahía Blanca. Sus palabras reflejaban una madurez que proviene de la experiencia que, pese a su corta edad, ha sido extensa y compleja.
Consultada sobre esta percepción la joven fue crítica. "Las conductas del pobre que vota porque económicamente le conviene o porque entiende que tiene un beneficio con un cierto modelo político molesta y no pasa lo mismo si eso lo hace alguien de la clase alta o media. Entonces al final lo que molesta es el pobre. Con respecto a la droga se habla de lo mismo. Que Diego Maradona tuvo la misma adicción que Jorge Lanata por casi la misma cantidad de años fue muy triste para todo el país. Pero ahora que están recuperados te dicen que Maradona es un drogadicto y se sientan a mirar a Jorge Lanata y de él no te dicen lo mismo. Entonces me parece que lo que molesta es que uno venga de la pobreza porque si es por la droga, los de otra clase también se drogan. Al pobre se lo juzga por todo", reprochó la estudiante.

Cerrando la entrevista, el tema de las promesas de la política y de cómo por décadas se han dado discursos cuyo contenido no fue cumplido también salió la luz. "Me parece que la política nos toma el pelo muchas veces a todos. A la clase media y alta con el tema de las ganancias e impuestos. A los pobres nos prometieron cloacas o lo que sea. A veces cumplen y a veces no pero estamos todos dentro del grupo. Me parece con la calidad democrática que tenemos que a veces les falta un poco de transparencia. Acá en Latino América es común que se pueda prometer cualquier cosa y después se cumple lo que se puede. Y no tiene que ver con lo que sólo se le promete a la población sino a lo que se le hace a una nación. Entonces, me parece, que falta exigir responsabilidad democrática y ética sin importa que seamos pobres o no que se cumplan la 

En agosto el Observatorio de la UCA advirtió que la pobreza subió al 33%


El 62% de los hogares tiene carencias


Impulsado por la devaluación, el índice de pobreza se ubicaría en torno al 33% y, si el escenario no se modifica, la indigencia pasaría a afectar a uno de cada diez argentinos, advirtió ayer Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA).
"La indigencia estructural en la Argentina, por lo menos en los últimos 10 años, ronda entre 5% y 6%: 2 millones de habitantes no llegan a cubrir la canasta básica alimentaria", enfatizó el especialista al participar del Ciclo de Conferencias "Cómo pienso a la Argentina", organizado por el Rotary Club de Buenos Aires.
"En nuestras mediciones, el máximo anterior de pobreza en la última década fue 32-33% tanto en 2010, como en las devaluaciones de 2014, y en 2016, es decir que ahora se aproximaría a los peores momentos de los últimos diez años", puntualizó.
En tanto, Salvia indicó que la situación social es parecida a la época del 90 y aseguró que "hay algo que no parece modificarse en la Argentina: este mismo patrón se repite en la pobreza estructural, la cual en los mejores momentos económicos, no baja del 25%".
"Un cuarto de la población argentina se encuentra en situación de postergación económica", sostuvo Salvia. Luego alertó que "si este escenario no se modifica, la indigencia pasaría a uno de cada diez argentinos".