Un escándalo conmueve a una de las grandes sinfónicas del mundo

Daniele Gatti, despedido del Concertgebouw holandés

El movimiento Me Too sufrió un severo retroceso en el plano internacional, cuando la prensa estadounidense divulgó que la actriz italiana Asia Argento, vehemente oradora en el último Festival de Cannes y una de sus líderes más destacadas, había indemnizado con 380.000 dólares al actor Jimmy Bennett por haberlo acosado sexualmente.

Ello no obstante, en el marco de esta protestataria y denunciadora corriente femenina, ciertos episodios vinculados con el maestro italiano Daniele Gatti acaban de epilogar con su despido liso y llano como director titular de una de las orquestas sinfónicas más importantes del mundo: la del Concertgebouw, de Amsterdam.

Considerado uno de los conductores peninsulares más relevantes de la actualidad (para nuestro colega Enrico Girardi, junto con Riccardo Muti y Riccardo Chailly), Gatti nació en 1961 en Milán, fue titular de la Academia Nacional de Santa Cecilia (1992-1997), de la Royal Philharmonic (1997-2009), director principal invitado del Covent Garden; actuó en Bayreuth, Salzburgo, la Scala, la Opera del Estado de Viena, la Lyric Opera de Chicago, la de Bolonia, el Met, la de Zürich, la de Baviera, hasta que en 2016 fue convocado para estar el frente de la más célebre agrupación musical de Holanda (por tantos años identificada con Bernard Haitink).

LA DENUNCIA
Ahora, pocas semanas después de haber firmado la renovación de su contrato, y en lo que se ha convertido en un nuevo escándalo en el mundo musical europeo, la administración de la orquesta acaba de dar a conocer un escueto comunicado anunciando la rescisión unilateral del convenio, "por no estar dadas las condiciones para la prosecución de la cooperación con el maestro" (vinculado, de paso, con la institución desde hace trece años).

"Los conciertos ya programados", se agregó secamente, "estarán a cargo de otros conductores" La causa de esta drástica decisión fue la acusación difundida por el Washington Post acerca de la "conducta sexual inapropiada" de Gatti con respecto a dos sopranos estadounidenses, Jeanne-Michle Charbonnet y Alicia Berneche.

La primera, cantante dramática, se refirió a hechos que habrían ocurrido en 1996; la restante, lírico-ligera, situó su caso en el año 2000. Esta publicación dio lugar a un sumario administrativo interno, donde se habrían recogido "experiencias inadecuadas" de otras integrantes del conjunto de Amsterdam.
El maestro, quien quedó "estupefacto", dijo ser "completamente extraño a los hechos que se le atribuyen" y encargó el planteo de acciones legales a un estudio de abogados, ante lo que consideró "una campaña difamatoria". Lo curioso de todo esto es que numerosos miembros de la Orquesta Real del Concertgebouw, tanto hombres como mujeres, le hicieron llegar a Gatti mensajes de estima y solidaridad.

POR TEMOR
Mientras tanto, el músico italiano fue confirmado para inaugurar la temporada de la Opera de Roma, el mes que viene, con "Rigoletto". La próxima gira europea de la orquesta se mantiene, en cambio, obviamente sin Gatti, al igual que la visita a los Estados Unidos, programada para el mes de febrero.
Aquí puede estar precisamente el meollo del asunto, pues se piensa que en el apuro de la tan fulminante como enérgica determinación de la institución holandesa subyace el propósito de no exponerse gratuitamente a virulentos ataques feministas en el país del Norte, llevando a un conductor cuando menos discutido.