Estado y delito­

Mirador político­ - Existe un espejo al que deben mirarse los ciudadanos. El que refleja que democracia y corrupción son realidades que se excluyen mutuamente. El delito con cobertura política es el más peligroso de todos.­

El Estado puede ser usado como máquina para matar y también como máquina para robar. Lo primero pudo verificarse en los ´70; lo segundo a partir de los ´90. La magnitud del deterioro es abrumadora.­

La corrupción del poder político quedó a la vista hace ya años por obra del periodismo, pero ahora ha sido chequeada en sede judicial. Ya no queda manera de negarlo u ocultarlo; tanto ha sido el latrocinio. Conviene, por lo tanto, sacar alguna conclusión.­

El hecho de que un gobierno, el de los Kirchner, haya sido calificado como una asociación ilícita no es sólo una expresión extraída del léxico penal. Es en primer lugar un espejo en el que se refleja una parte mayoritaria de la sociedad, porque Cristina Kirchner fue votada en 2011 por el 54% de los ciudadanos que concurrieron a las urnas libremente y que no pueden alegar inocencia ya que para esa época ella y su marido habían estado en el poder ocho años. No hubo ninguna "estafa política" como pretenden algunos loables, pero equivocados defensores de la democracia. Todos sabían a quién votaban. Algo asimilable ocurrió con Carlos Menem en 1995.­

Prueba de esto es el arraigo electoral aún vigente de Cristina Kirchner. Hoy sigue teniendo un importante apoyo entre los más jóvenes y los más pobres. Es la dirigente peronista con mayor intención de voto según todas las encuestas y hace apenas once meses obtuvo el segundo lugar en el principal distrito electoral del país, la provincia de Buenos Aires, muy cerca del triunfador candidato oficialista. Esos votos le dieron los fueros que le permiten no estar tras las rejas como otros miembros de la asociación ilícita.­

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AURA DE CORRUPCION­

Si se tienen en cuenta estas circunstancias y el hecho de que el anterior gobierno peronista, el del menemismo, también está teñido de una ya legendaria aura de corrupción, se puede caer en la tentación de asociar al PJ con el robo de dineros públicos. Pero la corrupción no tiene ideología. Está vinculada con el acceso al poder institucional, que le da las herramientas para apropiarse de los dineros públicos, y con la impunidad, que le da una capacidad de destrucción económica devastadora.­

Esto se consigue con la permanencia indefinida en el poder, algo al que los Kirchner apostaron desde su experiencia santacruceña, pero que falló en el plano nacional.­

Por eso ahora la superviviente del "bipersonalismo" que duró hasta la muerte de Néstor debe dar cuenta de sus actos. Por eso el principio de alternancia es fundamental para la salud institucional y por eso es el primer blanco de los regímenes que quieren perpetuarse con reelecciones indefinidas y no por casualidad suelen ser los más corruptos. Hoy a Menem y a CFK lo único que los separa de la cárcel son los restos que les quedan de poder institucional: los fueros

El estallido de la corrupción "K" fue acelerado por un instituto legal, el del "arrepentido" que en otras latitudes se usa para combatir a la mafia. Pero se trata de un paliativo. Para atacar el problema más radicalmente es necesario eliminar la sensación de impunidad de los políticos. Para esto ayuda la eliminación de las reelecciones y el aumento de los controles institucionales, pero todo eso es papel mojado si los votantes no vinculan la inagotable decadencia nacional con el crecimiento de la corrupción a los actuales niveles que ningún estado de derecho tiene la capacidad de resistir por un período prolongado. Ese es el espejo al que deben mirarse los ciudadanos. El que refleja que democracia y corrupción son realidades que se excluyen mutuamente. El delito con cobertura política es el más peligroso de todos.­