Giulio Biddau en el ciclo "Italia XXI"

D. Scarlatti: Sonata en fa menor, K.519 y Sonata en re menor, K.141. Ravel: "Ondine". Chopin: Barcarola, opus 60, Andante Spianato y Gran Polonesa Brillante, opus 22 y Preludio Nø 24, opus 28. Giulio Biddau, piano. El lunes, en la Embajada de Italia (Billinghurst 2577).

Distinguido por la Asociación de Críticos Musicales con el Premio Estímulo por su actuación en la última temporada, Giulio Biddau vino de nuevo a la Argentina, donde está realizando una extensa gira en el marco del ciclo "Italia XXI", emprendimiento destinado a mostrar lo mejor de la escena peninsular de estos días, patrocinado por el Instituto Italiano de Cultura de Buenos Aires, el teatro Coliseo y la Embajada y el Ministerio de Bienes Culturales de ese país.

RAVEL, SUTILEZAS
Discípulo de Aldo Ciccolini en la "Ecole Normale de Musique de Paris", ciudad en la que reside, el pianista de Cagliari (34), además de haberse presentado ya en muy diversas latitudes (Australia, Suecia, China, Gran Bretaña), actuó con las Orquestas de la Academia de Santa Cecilia, de Montpellier, del Palau de la Música de Valencia, de la Konzerthaus de Berlín, y estrenó incluso el "Banquet Concert", de Tan Dun.
Después de haber inaugurado hace unos días el Festival Chopiniana 2018 y de tocar en el Instituto de la calle Marcelo T. de Alvear, Biddau ofreció el último lunes un recital en la Embajada Italiana, oportunidad en la que acreditó incuestionable musicalidad, solidez y primorosa técnica.
La velada se inició con dos Sonatas, de Domenico Scarlatti, vertidas con toque neto y armoniosos "rubati"", además de deslizamiento ágil, quizás, por momentos demasiado enfático. "Ondine", de "Gaspard de la Nuit", de Ravel, fue traducida en cambio con un lenguaje de bello cromatismo y transparencia; dinámica bien graduada, juegos iridiscentes en un cuadro de delicados trmolos y escalas fueron también elementos que se conjugaron al servicio de una ejecución de atrayente factura.

EN EL CIERRE, CHOPIN
Luego de aparecer en el teatro Solís, de Montevideo, la gira del tecladista sardo prosiguió ayer en El Círculo, de Rosario y más tarde en el Auditórium, de Mar del Plata, en La Plata, Salta y el Septiembre Musical Tucumano.
En la última porción de la jornada que nos ocupa, Biddau abordó tres obras de Chopin (una Balada, un Andante-Polonesa, un Preludio), piezas de épocas y sello diferentes, en las que desplegó con cierto menicismo una articulación más pictórica que romántica, esbeltos perfiles y elocuentes acentuaciones.

Calificación: Bueno