La Universidad Católica junto con Flacso organizó la conferencia "Desarrollo humano e inclusión social en un mundo crecientemente urbanizado"

Democracia e inclusión social en las urbes

Durante su paso por el país, la doctora en ciencias políticas, Sonia Fleury explicó la necesidad de generar mayor inclusión social en las ciudades y cómo la corrupción afecta ese objetivo.

 


"Si hay corrupción significa que el interés de uno sobrepone al interés público porque se esta intercambiando dinero para conseguir sus intereses particulares. Entonces, seguro que hoy en día la corrupción, no sólo en América Latina sino en el mundo, tiene que ver con la dinámica del capitalismo en el cual los gobiernos son menos fuertes que las corporaciones. Algunas corporaciones trasnacionales son capaz de imponer sus intereses y además financian las campañas políticas que están muy interconectadas con los intereses económicos y políticos. El político ya no representa a la Nación sino a los intereses a los que está vinculado. Y la corrupción es una de esas formas. Todo eso es muy malo para la Democracia", dijo a La Prensa la psicóloga y doctora en ciencia política brasileña Sonia Fleury durante su visita al país en el marco de su participación en el panel plenario sobre "Poder, desigualdad y justicia: Una perspectiva latinoamericana" en la Conferencia "Desarrollo humano e inclusión social en un mundo crecientemente urbanizado" organizada por la Universidad Católica Argentina en colaboración con Flacso.

Con un extenso trabajo de más de 134 artículos en publicaciones científicas, 70 capítulos de libros y 12 libros publicados, Fleury se ha destacado en el mundo por su visión en temas relacionados con la construcción de democracias, ciudadanía, derechos sociales, seguridad social y protección social, reformas de sistemas sociales en América Latina, subjetividad y exclusión, entre otros.
Su participación como docente de la Universidad Federal de Minas Gerais y del INDES - Instituto de Desarrollo Económico y Social del BID, entre otros, la ha colocado como una figura de visión aguda hacia la realidad de América Latina.

La llegada de Fleury al país se enmarca en un momento de turbulencia que impacta de lleno en el sistema político argentino. Consultada sobre cómo repercute este tipo de casos de corrupción en la construcción de una democracia, la especialista fue categórica. "Creo que hay mucho de espectáculo en todo eso. Hay una construcción en la cual las medidas punitivas parecen ser la solución pero no lo son. Hay que cambiar el mecanismo de la manera de gobernar en una forma más transparente para todos y evitar que estas cosas ocurran. Percibo que no se va a la raíz del problema, a cambios y reformas políticas que afecten el funcionamiento de la política de tal manera que la gente pueda apropiarse de los cambios de la gestión pública y de esa forma tener más transparencia", remarcó la especialista.

CONSTRUCCION
Desde hace más de seis décadas, en la Argentina se ha producido una migración hacia las grandes ciudades con la esperanza de encontrar una mejor calidad de vida. Así, se ve a la ciudad como un factor de inclusión social donde se pueda conseguir una vida más digna, con los servicios básicos para un desarrollo personal y familiar adecuado y sostenible. Sin embargo, esto no sucede y los sueños de una vida mejor, en general, terminan conviviendo con la marginalidad.
Esto se ve agravado por un común denominador de los problemas de las ciudades que es la concepción de grandes proyectos urbanos que son ideados bajo políticas con intereses propios, que responden a un entorno físico que necesita transformarse pero que generalmente no reconoce las verdades necesidades para generar una mayor inclusión social. Ante este panorama la corrupción golpea contra cualquier esperanza de revertir esta situación.
"Hay una concentración de la riqueza y de las oportunidades en pocas ciudades grandes. Lo primero que se tendría que hacer es descentralizar para que hayan servicios de calidad y empleo, entre otros factores, en todas partes del país. Esto es para que la gente pueda desarrollarse y no tengan que hacer algo tan costoso como dejar sus familias y hogares para buscar algo que después no se cumple. Para quedar marginalizado en la periferia de las grandes ciudades sin capacidades ni opciones", enfatizó Fleury.

Contrarrestando la realidad urbana que se vive en América Latina con otras partes del mundo, como Europa y los Estados Unidos, la investigadora brasileña destacó la importancia de la calidad de los servicios públicos. "En esas regiones no necesitan migrar de esta manera porque hay un buen hospital, universidad y escuelas públicas de calidad en el interior. Pero este no es el caso de América Latina donde creamos enormes ciudades porque allí hay una gran concentración de la riqueza. El campo y las pequeñas ciudades se quedan postergados", se lamentó la docente brasileña.

Luego agregó que "La llegada hacia una gran ciudad no representa una solución sino un problema porque ingresan en las ciudades sin planificación, sin capacidad de absorber a esa gente de una manera calificable. Debería haber políticas públicas que mejoraren sus propias ciudades y viviendas para que no vean como necesario migrar para mejorar sus vidas, sea para capacitarse, conseguir oportunidades y de situarse en una mejor posición laboral. Porque sino, llegan a las ciudades sin políticas que los inserten en el mercado, etc. Es un abandono que se ve y se refleja en la gente abandonada".

URBANIZACION
En los últimos meses, el proyecto de urbanizar las Villas 31 y 31 bis generó grandes expectativas entre los habitantes del asentamiento porteño. Conseguir una mejor calidad de vivienda ha sido un sueño postergado para muchos que pareciera, lentamente, concretarse. 
Consultada sobre las políticas públicas que deberían imperar ante futuros proyectos de urbanización, Fleury tomó la experiencia de lo ocurrido en Latinoamérica. "Lo primero es garantizar que la gente no se desplace de ese sitio que esta cerca del trabajo para otros destinos más alejados, que en general, es la política pública que impera y tiende a sacarlos y dejarlos afuera donde no se vea la pobreza. Hay que mantenerlos en ese sitio y mejorar la calidad de vida y las políticas públicas que eviten la gentrificación", recalcó la especialista.
El fenómeno de "gentrificación" se refiere al proceso de transformación de un espacio urbano deteriorado a partir de la reconstrucción que provoca un aumento de los alquileres o del costo habitacional en estos espacios. Esto genera que los residentes tradicionales abandonen el barrio para situarse en espacios más periféricos.

El segundo impacto en esto es que el nuevo espacio termine por ser ocupado por clases sociales con mayor capacidad económica que les permita afrontar estos nuevos costos.
"Creo que no hay mejor ejemplo de urbanización y hábitat popular que el que se da en Austria. Para sacar a la gente que estaba en la miseria, y que se encontraba expuesta al frío muy duro, crearon conjuntos de habitaciones populares en toda la ciudad. En la ciudad de Viena se construyeron edificios masivos que son de muy buena calidad y cuentan con servicios públicos puestos por el Estado dentro de los complejos habitacionales como, por ejemplo, jardines infantiles. La única condición es que los habitantes no pueden vender sus unidades. Ellos tienen la posesión pero no la propiedad para venderla. Hasta pueden pasar la vivienda a sus hijos para que se queden a vivir ahí", subrayó.

POLITICAS DURADERAS
El espacio urbano seguirá siendo escenario de nuevas políticas públicas que buscarán generar una mayor inclusión social. Quizás una clave para que las próximas gestiones alcancen un mayor éxito en la humanización de las ciudades sea continuar en el tiempo los trabajos iniciados durante un gobierno para que se siga avanzando hacia el mismo objetivo.
Consultada sobre ese punto, Fleury enfatizó que: "Hay que convertirlas en políticas de Estado y no de Gobierno. En el área económica hay decisiones en relación a la moneda que tiene que prevalecer en el tiempo. Pero esto no ocurre en los social. Creo que hay que empoderar a la gente, crear mecanismos de una democracia participativa y deliberativa para que la propia ciudad pueda garantizar la democracia".
Luego agregó que "Porque la democracia del delito ya no da, la gente ya no cree. Creo que si queremos democracia tenemos que continuar la representación con la participación y deliberación junto con la ciudadanía".