Mitos develados del Mundial "78

Matías Bauso revisa la trama del certamen que hace 40 años consagró al fútbol argentino. Escrito en base a un fervoroso trabajo de investigación, el libro intenta echar luz sobre un torneo que invita a la discusión y a la polémica. La historia de un evento deportivo que también fue hecho político y sociológico.

Mario Alberto Kempes penetraba las defensas adversarias con una mezcla de habilidad y potencia para desatar el ensordecedor grito de gol. Impulsada por El Matador y amparada en las seguras manos de Ubaldo Matildo Fillol, la Selección obtuvo el título en ese Mundial que había transformado la geografía nacional en una inmensa cancha. Las tribunas y las calles explotaban de alegría. También celebraban Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti -los miembros de la Junta Militar- como si fueran hinchas comunes y corrientes. 

La Copa del Mundo de 1978 aúna a esas dos Argentinas. La del fútbol y la de los años más siniestros. El 25 de junio se cumplieron cuatro décadas de esa consagración y la controversia sigue viva. Matías Bauso estaba próximo a cumplir siete años cuando el equipo dirigido por César Luis Menotti tocó el cielo con las manos. Vio los siete partidos en el Luna Park, en pantalla gigante y en colores. Su pasión por el fútbol tuvo recompensa. Hoy, casi con 47, es abogado y periodista. Decidido a escudriñar polvorientos archivos, recopiló montañas de información y testimonios para tratar de desentrañar la verdadera trama que envolvió al certamen. Así nació 78 - Historia oral del Mundial (Sudamericana, 864 páginas) el libro que presenta en diálogo con La Prensa.

-¿Qué fue el Mundial "78? 

-Fue un enorme hecho sociológico. Un evento deportivo y, como todo gran evento deportivo, un hecho político también. En el deporte moderno, profesional, de elite, una dimensión es la política y otra es la económica, por las marcas y por los salarios de los jugadores... En el caso del Mundial "78, si uno analiza la cuestión política sola, no entiende qué es lo que sucedió. Naturalmente el Mundial "78 no se puede analizar sin la dictadura, pero no se puede analizar sólo desde la dictadura. Y eso se da porque a la Argentina el torneo se lo otorgaron en el año "64 y se lo confirmaron en el "66 y pasaron ocho gobiernos y todos lo tomaron como prioridad. Porque nadie quería tomar una medida ni decir nada antipopular. Los exiliados estaban a favor, los Montoneros estaban a favor, los militares estaban a favor y no fue el Mundial lo que los políticos acallados criticaron del Proceso. Por más intento de manipulación, si no hubiera sido algo genuino la dictadura podría haber logrado replicar algo de lo que sucedió en el Mundial, y por más que lo intentó, nunca pudo replicar ni una mínima sombra. Las manifestaciones más grandes de la historia argentina se dieron en el Mundial "78.

DOS MOMENTOS

-Precisamente por estar ligado al ámbito político se dice que para la Argentina era vital ganar el título.

-No. Para ser preciso hay que diferenciar dos momentos. Antes del Mundial los militares no se imaginaban el éxito deportivo y no querían quedar pagados al destino futbolístico del equipo, porque la apuesta era a la imagen internacional y a la buena organización. Ellos sabían que eso lo podían controlar. Argentina, en el Mundial anterior, de seis partidos había ganado uno solo, y en la serie internacional del "77 tampoco le había ido bien. Por eso después de la ceremonia inaugural todos los diarios y las revistas salieron con eso de que "Argentina ya ganó".

Después, cuando vieron qué sucedía cada vez que Argentina ganaba, yo calculo que eso, no es un dato sino una hipótesis mía, sí cambió la ecuación. Pienso que sí hubo militares -la Marina sobre todo- interesados en que aparte de todo, lo ganemos. Sin embargo, si vemos los partidos, Argentina pudo perder cualquiera de los siete. En ninguno la favorecieron los réferis. Hay muchos más fallos en contra que a favor. Está el partido con Perú... pero tal vez la decisión arbitral más polémica es el penal que le dan contra Francia. Todos los locales reciben favores. Argentina, creo que desde Suecia "58 hasta Sudáfrica 2010, es el local con peor zona de grupos. Lejos es el menos favorecido. Te digo más: es el único no favorecido. Y algo que nunca se dice es que Argentina jugaba después de los demás porque no se vendieron entradas en el exterior. Se esperaban 50-60 mil turistas y vinieron 7.300, la mayoría brasileños. Entonces si Argentina jugaba al mismo horario, el otro estadio hubiera estado vacío. Y la FIFA si hay algo que odia es las tribunas vacías en un Mundial. 

-¿La visión que se tiene del título del "78 es igual ahora que en ese momento? 

-Cambió muchísimo. En ese momento fue una cosa épica, considerada un gran logro. Pero con el correr de los años fue cambiando, perdiendo valor con relación a la gente por hitos como la vuelta a la democracia y el hecho de que se difundan en la sociedad las violaciones de los derechos humanos. Ese fue el primer momento de mirar distinto al Mundial, porque fue el clímax de la dictadura. El título del "86 también afecta la valoración porque permite que al tener otro título para mostrarle al mundo, podamos poner en tela de juicio el del "78. Después, la labor de organizaciones de derechos humanos para convertirlo en un espacio de memoria fue muy fuerte y muy efectiva. Entonces, rápidamente uno asocia el Mundial con la dictadura y de hecho se consiguió fijarlo como un mojón de la dictadura. Y el último punto naturalmente es la valoración que se hizo de los derechos humanos durante la década kirchnerista. Igual, ahora que se cumplieron 40 años, los jugadores están siendo menos vilipendiados, más reconocidos. La verdad, los jugadores jugaban al fútbol. 

TERGIVERSACION

-El Mundial dejó imágenes como los goles de Kempes, las atajadas de Fillol y la Junta Militar festejando...

-Sí, es una imagen que también es parte del Mundial y no hay que olvidarla. ¿Sabés cuál es el problema de la concepción que se ha tenido todo este tiempo del Mundial? Que al tergiversarse algunas situaciones, no nos permite aprender. Los militares intentaron sacar provecho del Mundial. ¿Qué pasa con el fútbol? Por un lado es un gran enmascarador. Por otro lado, todo lo que toca, lo expone. Entonces uno googlea y pone "Mundial 78 - militares" y lo que sale es que los militares intentaron usar el Mundial "78 para ocultar los crímenes. Y lo que sucedió fue todo lo contrario: el mundo se enteró de las violaciones de los derechos humanos en virtud del Mundial. También es cierto que los militares pudiendo renunciar al Mundial, lo tomaron, lo organizaron e intentaron sacar provecho. ¿Cuánto cambia el humor social un triunfo deportivo? Diez días, tres días, una semana... nada. Lo otro que perjudicó a los militares fue que se les futbolizó la cabeza: intentaron replicar ese fenómeno y se dieron cuenta de que era imposible. Otro dato importantes es que los hombres fuertes del Mundial previo a (al vicealmirante Carlos) Lacoste fueron (José) López Rega y Pedro Eladio Vázquez. Y ese es un dato real e importante: los dos gobiernos pusieron al frente del Mundial a gente sin demasiados escrúpulos.

CRACKS

-¿Y desde el punto de vista futbolístico qué se puede decir?

-El equipo no era tan menottista como uno recuerda. Pero era muy noble, nunca especulaba, siempre iba al frente, no hacía tiempo y estaba repleto de cracks. Fillol es crack, Passarella es crack, Kempes es crack, (Norberto) Alonso es crack, aunque casi no haya jugado. Después los tres wines, (Oscar) Ortiz, (René) Houseman y (Daniel) Bertoni eran cracks. Y después había jugadorazos como (Daniel) Killer, (Osvaldo) Ardiles, (Daniel) Valencia, (Ricardo) Villa, (Leopoldo) Luque, (Jorge) Olguín, Luis Galván, Rubén Galván que no jugó, (Américo) Gallego... Yo cuando empecé la investigación tenía una imagen de Menotti y salió muy favorecido, muy fortalecido. El trabajo que hizo esos cuatro años fue muy impresionante y después del "78 creo que la soberbia lo perjudicó bastante. (Carlos) Bilardo después del "86 pecó de lo mismo. Se volvieron caricaturas de sí mismos. El equipo de Menotti tiró la ley del offside en el Mundial solamente tres veces y fueron contra Holanda en la final. Y en el Mundial "82 todos los goles que le hacen, excepto el de Hungría, se los hacen porque tira la ley del offside.

-¿Por qué se decidió a escribir el libro? 

-Porque fue un gran hito para mi infancia. Porque quería saber qué había pasado. Eso que para mí fue una gran gesta deportiva fue cambiando la valoración con los años. Entonces me parecía que había un montón de mitos alrededor y que se podía intentar hacer un estado de situación, develar algunos de esos mitos... Fueron cinco años de investigación. El libro no intenta cerrar ningún camino, lo que intenta, de verdad, es buscar información, acumular pruebas, abrir la discusión sobre este tema para que podamos entenderlo, para que no venga nadie e intente manipular algo como un Mundial de fútbol. Es un dato de la realidad que el fútbol para nosotros es importante, entonces preservémoslo. Y la manera de preservarlo es ver qué sucedió y por qué sucedió.

-¿Cuáles son esos mitos? 

-El principal es que los militares quisieron organizar el Mundial para tapar los crímenes, porque sucedió verdaderamente todo lo contrario. Otro es que algunos jugadores decidieron no participar por cuestiones políticas. Ni (el holandés Johan) Cruyff, ni (el alemán Paul) Breitner, ni siquiera (Jorge) Carrascosa dejaron de jugar el Mundial por cuestiones políticas. Después, que no se podía criticar al equipo... ¡Mentira! Los diarios y las revistas, las revistas de enorme circulación y las revistas que apoyaban a Menotti, como El Gráfico o las otras de Editorial Atlántica, en el medio del Mundial lo critican y ni hablar en el proceso previo. Goles, La Razón y Crónica eran opositores a Menotti. Y otro mito es que el equipo no es tan menottista como nosotros pensamos. Después hay otras situaciones como por ejemplo que la gente está convencida de que vio en colores los partidos y la tele era en blanco y negro. Se veía en color en el Luna Park y en algunos cines. Otra cosa es que los jugadores holandeses y suecos fueron a ver a las Madres de Plaza de Mayo... También es falso, desmentido por los mismos jugadores. Son mitos y tergiversaciones que alejan de la verdad histórica. 

-¿Fue la fiesta de todos, como se propuso en aquellos días?

-No. Hubo gente, poca, que no estaba de acuerdo. Las Madres de Plaza de Mayo, que estaban sufriendo y eran denostadas. (Jorge Luis) Borges... Pero el Mundial fue muy masivo. Y fue el primer gran hecho fascista del Proceso, porque era un gobierno autoritario, de facto, pero no fascista porque no creía en las masas y porque la propaganda no estaba instalada tan firmemente. Esa idea fascista es lo que terminó de instalarlo como la fiesta de todos.