La feria que federaliza los sabores

Con sede en La Rural, el evento reúne a más de 400 expositores de alimentos y bebidas de distintos puntos del país. ‘‘Una herramienta de crecimiento para miles de pequeños productores artesanales’’, afirman.

   Miel de uva, fiambres patagónicos, yerba orgánica, jugo de manzana sin conservantes, papas andinas, polenta blanca, sangría, cervezas artesanales. Este diverso y poco conocido abanico de productos regionales es uno de los atractivos de la feria Caminos y Sabores que se lleva a acabo en el predio de La Rural, en el barrio porteño de Palermo. 
   Difundir estas originales creaciones que provienen de distintos rincones del país es lo que hace a este evento importante. La federalización de sabores es el caballito de batalla de este mercado montado una vez al año en la Ciudad desde hace 14 temporadas.

  "Me encanta venir. Es la tercera vez que vengo’’, cuenta Mónica a La Prensa y aseguró que ‘‘es una forma de recorrer el país, pero desde la comida’’. La edición de este año cuenta con más de 400 expositores de todas las provincias y casi 40 cocineros que brindan clases y comparten los secretos de sus recetas.

  Recorrer los 18.000 metros cuadrados del predio no es tarea fácil y puede llevar un largo tiempo, pero no se debe a la multitud ni a la falta de espacio, claramente. Los factores que genera la demora son la gran variedad de opciones y los múltiples tantos sabores. Por lo que un consejo útil es dejarse llevar por los aromas y aventurarse entre los pasillos de la feria.

   De todos modos, hay un dato que puede ayudar a ordenar la visita. Los stands están distribuidos en 9 caminos temáticos: el Camino Federal, el de la Picada, de las Infusiones, de tu Cocina, del Turismo y la Tradición, de los Aceites y Aderezos, de las Bebidas, de los Dulces y de los Frutos de la Tierra. En el Camino de la Picada -la vedette de Caminos y Sabores- los productos exhibidos son una fiesta para los ojos y los paladares.

  ‘‘Me llevo quesos, un salamín y jamón serrano’’, relata Jorge mientras trata de acomodar los productos en una sola bolsa. ‘‘Mi mujer me va a retar, pero los gustos son en vida’’, dijo riéndose y antes de seguir confesó con picardía: ‘‘Ahora me voy a buscar algo dulce. No digas nada’’.

  Así como pasó con Jorge, son varios los que caen en la tentación y sucumben a los fiambres de Tandil o Mar del Plata. Una de las ofertas más elegida por los visitantes es la de la picada para dos personas, que va desde los $ 100.

  Fuera de los embutidos, se pueden encontrar yerbas orgánicas de Misiones, miel de uva y colaciones de Salta y papines andinos de Jujuy. En el stand de Córdoba, ofrecen un producto único como la polenta blanca que es elaborada exclusivamente por Puesto Viejo en Colonia Caroya en base a harina de maíz blanco.

  Con la brújula apuntando sur, la sorpresa vino de la mano de Pura Frutta, un jugo de manzana completamente natural, sin conservantes ni azúcar agregada, elaborado en la provincia de Neuquén.
  Otra de las novedades de este año es que los visitantes pueden sentarse a comer productos -que se ofrecen en la feria- elaborados por los mismos expositores. Dentro del menú se puede optar por choripanes de jabalí ahumado por $ 70, conos de papas andinas a $ 30, sándwiches surtidos de los mejores fiambres del centro del país a $ 70, una picada para dos personas desde $100 en adelante, una sidra por $ 30, una copa de vino o una cerveza artesanal a $80, entre otros productos.

  Los visitantes podrán acceder, en los sectores ‘Plaza del Sabor’ y ‘Sabores Gourmet’, a las clases de cocineros expertos como Felicitas Pizarro, Madame Papin, Soledad Nardelli, Juan Braceli, Santiago Giorgini, Pía Fendrik, Juan Manuel Herrera y Chantal Abad.

   La feria cierra el lunes 9 y el horario es de 12 a 21. El valor de la entrada es de 150 pesos para mayores de 12 años. Hay descuentos para jubilados y estudiantes de gastronomía, turismo y carreras afines el viernes, presentando certificado de alumno regular. ‘‘A lo largo de su historia, Caminos y Sabores ha mantenido intacto su espíritu fundacional: ser una herramienta de crecimiento para miles de pequeños productores artesanales que año a año llegan a la feria para compartir con el gran público su pasión por lo que hacen’’, aseguran desde la organización