¿La lucha por los presupuestos motivará cambios de gabinete?

Lo que vendrá. Finalizada la reunión de los líderes de la economía mundial con un discurso de Mauricio Macri que agradeció el apoyo internacional y en especial el del FMI, algunos expertos en los temas del organismo de crédito afirmó que este "exceso" de confraternidad con Argentina, es más por interés del mismo fondo que por una verdadera vocación de ayudarnos.

Tras unos días en los que la presencia del G20 y en especial de la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, acaparó la atención mediática, esta semana que hoy comienza, las urgencias políticas volverán a ocupar los espacios más importantes.

Finalizada la reunión de los líderes de la economía mundial con un discurso de Mauricio Macri que agradeció el apoyo internacional y en especial el del FMI, algunos expertos en los temas del organismo de crédito afirmó que este "exceso" de confraternidad con Argentina, es más por interés del mismo fondo que por una verdadera vocación de ayudarnos.

La experiencia con nuestro país vuelve a poner en escena el sistema de ayudas del FMI cuestionado después de la polémica asistencia a Grecia. Nuestro país es ahora, el nuevo ejemplo que Lagarde quiere enseñar al mundo y necesita por todos los medios que no fracase, porque la credibilidad del organismo depende de esto. No es exceso de confianza, es autodefensa.

A partir de hoy, se incrementa la lucha por conseguir aprobar los presupuestos 2019 que deben incluir los severos recortes pretendidos por el FMI y necesarios para poder ir acomodando la economía.

En la provincia de Buenos Aires, el ministro de Economía Hernán Lacunza todavía no envió el presupuesto bonaerense a la Legislatura, donde el oficialismo no tiene mayoría y depende de los votos del Frente Renovador y el llamado peronismo dialoguista. Si bien hubo algunas reuniones no oficiales, poco es lo que se ha avanzado. Dos puntos serán los más difíciles de consensuar, el aumento en los impuestos provinciales y en el nivel de endeudamiento.

Algunas versiones aseguran que María Eugenia Vidal guardó algunos puestos claves en los organismos de control provincial para poder negociarlos a cambio de votos en el Congreso. Si bien es cierto que alguno quedaron vacantes, el tema ya se había negociado con la oposición el año pasado pero luego quedaron sin concretarse.

En principio la oposición le exigirá a la gobernadora que reanude el giro de los fondos, que deben actualizarse después de la suba de la inflación, para las obras que los intendentes tenían comprometidas y que comenzaron a realizarse en ejercicios anteriores. Todos culpan a Lacunza y al ministro de Infraestructura, Roberto Gigante, de haber retenido los fondos y de ser los que provocaron esta falta de diálogo con el gobierno provincial. De hecho en el espacio de Massa ya saben que no levantarán la mano para aprobar el presupuesto si primero no se discuten algunos puntos en conflicto como por ejemplo el desvío de fondos destinados a la ayuda social que se usaron para pagar salarios docentes.

En medio de esta discusión el titular del Frente Renovador pretende que se trate un proyecto de ley de su partido en el que se propone separar las elecciones municipales de las de los gobiernos nacional y provincial. Algo que sería de gran utilidad para los intendentes que podrían manejar la fecha electoral a su antojo según vayan viendo el panorama de los candidatos. De cualquier manera el proyecto no correrá mucha suerte porque los ediles peronistas le quitarán su apoyo.

EL OTRO PRESUPUESTO

Macri retoma en estos días su estrategia para conseguir adhesiones que le permitan se apruebe en el Congreso el presupuesto 2019 sin demasiadas complicaciones. Una tarea nada fácil y menos cuando el encargado de exigir a todos recortes y ajustes es el sub jefe y coordinador del Gabinete, Mario Quintana, el hombre que gestó e impulsó las leyes que aumentaron el déficit en varios puntos.

No son pocos los que le recriminan a Macri que el hombre que impulsó la reparación histórica de los jubilados y la emergencia alimentaria, ahora les exija que achiquen gastos.

Pero la indignación no es solo de la oposición sino también de los otros miembros del Gabinete que si bien no saben cómo van a bajar los 300 mil millones del déficit el año que viene y que deben quedar reflejados en los números del presupuesto, Quintana asegure que "el gasto social está consolidado y no va a tocar", sabiendo que representa más del 60 por ciento gasto del Estado.
En estos días habrá sin dudas un enfrentamiento entre Quintana y Carolina Stanley con Nicolás Dujovne. El motivo sería que el ministro de Hacienda, le pidió a la ministra de Desarrollo Social que reemplace todos los programas de ayuda social que no sean de asignación directa y que se chocan entre sí. Algo que Quintana no tuvo en cuenta cuando supervisó este tema de las ayudas. Ahora, deberá "tocar" lo que dijo que no se tocaba y que representan muchos millones de pesos.

Tal vez, con este panorama, el Presidente decida apurar los cambios en la conformación del Gabinete por dos razones, mostrarse como ejemplo de ahorro y evitar que salgan a la luz estas diferencias entre sus ministros.