Es una discusión que ha quedado obsoleta

Por Raúl Magnasco*

 


 

Por Raúl Magnasco*

 

Toda la discusión en torno al aborto, y me refiero con ello a quienes intentan instalar el tema como tal, o peor aún, a quienes generan la discusión con sus reiterados intentos de legalizar algún tipo de aborto en nuestro país y el resto de los países del tercer mundo, refieren a una discusión antigua y retrógrada, y, por lo mismo, caduca.
Ya no escapa a nadie que el real interés de los mayores grupos de poder consiste en reducir la población mundial "excedente" (no deseable/pobres), lo que se conseguiría, entre otras cosas, con una ley por medio de la cual las madres puedan asesinar a sus propios hijos, antes o después de nacer.
El problema que no perciben los abortistas es que dicho argumento ya es obsoleto.
Veamos: Hace 200 años muchos países aún creían que los seres humanos de piel oscura eran inferiores, y, por tal razón, podían explotarse, esclavizarse, venderse e incluso asesinarlos.
Más recientemente, en los comienzos del siglo XX, Adolf Hitler y otros tantos pensaban en razas superiores y razas inferiores (ya no por color de piel), y el criterio de Eugenesia (teoría darwinista que sostiene la conveniencia de que las razas fuertes sobrevivan a las "débiles") daba vueltas por todo el mundo, hasta que el exterminio nazi puso al descubierto el horror en que consistía.
Por último, llegó el aborto, comenzando por los países comunistas y luego propagándose por algunos países europeos y Estados Unidos, hasta la década del "70.
¿Por qué se detuvo allí? ¿Por qué no continuó legalizándose el aborto en otros países? Por los avances de la ciencia.
En los años "80 llegó la ecografía, y, con ella, la verdad sobre la vida humana en el vientre. Entonces, hasta los mismos abortistas vieron que no se trataba de un conjunto de células o tejidos disformes, y que a los 18 días tenía corazón. ¡Y se escuchaban sus latidos!. Luego, vieron que a las 4 semanas ya tenía forma humana, es decir, tenía brazos, ojos, piernas, tobillos, y hasta dedos con uñas, muy chiquitas, pero uñas al fin.
En la actualidad, los países que arrastran legislaciones contrarias a la vida discuten, día a día, su restricción, y volver a defender la vida, lo que es acorde al sentido común. Pero, para nuestra sorpresa, encontramos que en los países como el nuestro intentan imponernos proyectos para legalizar el aborto, tarde, cuando ya todos saben que es un ser humano y que tiene el mismo derecho a vivir que todos.
Esperemos que sobreviva el sentido común, ante todo, y que el mismo nos acompañe al momento de elegir a nuestros representantes en las próximas elecciones.

* Presidente Fundación +Vida