El historiador Ruiz Moreno habló sobre la trayectoria pública y privada de vencedor de Caseros

Urquiza, y su visión progresista del país

Los próceres de la Independencia fueron varios, pero la organización nacional fue obra, tras la "batalla redentora" del 3 de febrero de 1852 (Caseros), de un solo hombre, señaló el disertante en alusión al caudillo entrerriano.

Los hechos políticos y militares previos a la organización definitiva del país, constituyen -con sus luces y sombras- una fuente de inspiración inagotable para los historiadores y analistas de sucesos acaecidos en el pasado, a la vez que se proyectan, con matices indelebles, hasta nuestros días. En ese contexto se inscribe la disertación que brindó en el Club del Progreso -Sarmiento 1334, de esta Capital-, Isidoro Ruiz Moreno, quien al presentar su reciente obra "Vida de Urquiza" recordó que el caudillo entrerriano había asimilado el ideario de Esteban Echeverría, numen de la Generación del 37: "Somos todos hijos de la misma Revolución de Mayo". Y al igual que el autor de "La Cautiva", adhería al espíritu y declaración de principios de la democracia liberal.

Con visión de futuro, Urquiza encabezó desde Entre Ríos y llevó a cabo, casi en soledad, la campaña constitucional que culminó el 3 de febrero de 1852 con la "batalla redentora" de Caseros, y luego incorporó la "provincia rebelde y separada": Buenos Aires. "Estos dos logros bastan para cubrir cualquier defecto que tuvo, como tienen todos los hombres públicos", resaltó el orador, para agregar seguidamente: "Aparte de su afán de progreso, la educación fue un factor importantísimo en la obra de Urquiza (asesinado en 1870 en el "Palacio San José, por orden de Ricardo López Jordán, por "traicionar" la causa federal y haberse acercado a Bartolomé Mitre y Domingo Faustino Sarmiento)".

"El célebre colegio de Concepción del Uruguay -subrayó Ruiz Moreno- , fue el semillero de la generación del 80. El caudillo del Litoral, también propició las Escuelas Normales para que dejaran de enseñar personas de buena voluntad, más o menos cultas, pero sin título".

ENTREGA DE DISTINCIONES
Durante el acto celebrado en el Club del Progreso, el legislador porteño Eduardo Santamarina (PRO) hizo entrega al expositor y a la propia institución, fundada en 1852 y actualmente presidida por Guillermo Lascano Quintana, de sendas distinciones otorgadas por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Seguidamente se refirió a la personalidad de Ruiz Moreno y ponderó su obra de investigación histórica, Norberto Padilla, ex secretario de Culto de la Nación.
Abogado y doctor en Derecho y Ciencias Sociales por la UBA, donde fue profesor, Ruiz Moreno es miembro de número de las academias nacionales de la Historia y de Ciencias Morales y Políticas. 
Se transcriben a continuación, los tramos más destacados del diálogo que "La Prensa" mantuvo con el historiador:
 
DESTINO DE GRANDEZA
-¿Qué mensaje o enseñanza podrían extraer de Urquiza, los argentinos de hoy?
-El mensaje sería: "que los argentinos no pierdan la fe en el destino de grandeza". Y que el país se debe construir, con el apoyo de todos. El llevó adelante su propósito en medio de un desierto, al transformar ese territorio, con los pocos medios que tenía a su alcance, en una Argentina más pujante. Los lineamientos podrían resumirse en una frase: "pensar en el futuro, construyendo el presente".

-¿Cuál fue la relación del caudillo entrerriano, como impulsor de la organización constitucional, con Juan Bautista Alberdi?
-Fue una relación epistolar, porque no se conocieron personalmente, aunque se admiraron mucho. Alberdi fue quien hizo la campaña para el reconocimiento de Argentina en Europa, en el sentido de destruir la mala imagen que el país tenía por esas latitudes, desde la época de Rosas. Una Argentina peleada con todos los territorios limítrofes, además de mantener hostilidades con Francia e Inglaterra. Urquiza confió mucho en Alberdi. El gobierno de Paraná lo nombró "Encargado de negocios de la Confederación Argentina" ante los gobiernos de Francia, Inglaterra, el Vaticano y España.

-Ciertos autores señalan como puntos oscuros del accionar del "Tigre de Montiel" (Urquiza), la crueldad y matanza de los prisioneros, por ejemplo en Pago Largo, India Muerta o Vences. ¿Eso fue realmente así, o -por el contrario- tuvo clemencia con el vencido?
-No es cierto, y lo demuestro batalla por batalla -desde Pago Largo hasta Cepeda- y de acuerdo con los testimonios de la época. Hubo prisioneros que le debieron la vida. Hablo de eso en un ensayo mío titulado "Las matanzas de Urquiza".

"BATALLAS FUNDACIONALES"
- ¿Cuál fue la proyección política e institucional del enfrentamiento entre las tropas de Urquiza y Mitre en Pavón? Se menciona esa contienda como una de las "batallas fundacionales" del Estado argentino.
-La organización definitiva del país ya estaba hecha con la sanción de la Constitución en 1853, y la reintegración de Buenos Aires en 1859. Lo otro fue la reorganización de los poderes públicos, no de la nacionalidad, que ya estaba firme. Y Pavón, en 1861, resultó ser una lamentable decisión de Urquiza , pues ganando militarmente la batalla, se retira por sospechas que circulaban (de un pacto tácito entre él y Bartolomé Mitre), y su mal estado de salud. Finalmente, un "cansancio moral", como se diría ahora, lo llevó a recluirse en Entre Ríos, por la política a sangre y fuego que desgraciadamente llevó adelante Mitre en el interior, para hacerse elegir presidente. Son cuestiones que nunca se han dicho, o no se han explicado con énfasis, aunque sí lo reflejó Julio Victorica en su libro "Urquiza y Mitre. Contribución al estudio histórico de la organización nacional", editado en 1906.

-Otro dato, en el cual ponen énfasis sus detractores, y hace a la vida privada del caudillo del Litoral, es la cantidad de hijos naturales que se le adjudican.
-Esos hijos naturales están reflejados en las partidas de bautismo, a veces como de padres desconocidos. Pero después, Urquiza los reconoció a todos. Les dio apellido y facilitó su instrucción. Tuvo, en total, veintitrés hijos. Doce hijos naturales antes de casarse, y once con su mujer (Dolores Costa) después de casado. Eso es un buen número, pero no son las fantasías que la gente dice.

-Luego de Caseros, Urquiza hace su entrada triunfal a Buenos Aires vestido de poncho blanco y galera. ¿Hubo algún tipo de simbología en esa indumentaria?
-El poncho lo usó en Caseros y también en batallas anteriores, según lo pinta Juan Manuel Blanes, para destacarse de sus hombres. Pero la entrada a Buenos Aires, en febrero de 1852, la hizo sin poncho, porque no tenía razón de ser. Se lo describe con uniforme y la banda de gobernador de Entre Ríos. Galera, o sombrero de copa alta era la prenda típica del hombre de campo. En todas las ilustraciones camperas de la época aparecen -al bailar danzas tradicionales- los gauchos con galera. No hubo ningún tipo de simbología, como por ejemplo, aquella de la supuesta "unión del campo con la ciudad".

SOCIEDAD SECRETA
-¿Cuál fue su relación del vencedor de Caseros, con el Club del Progreso?
-El fue uno de los promotores. El nombre indica el espíritu que tuvo Urquiza, frente a la retracción impuesta por Rosas, en todos los órdenes. (Según señalan las autoridades actuales del propio Club, "progreso" era en ese entonces la palabra mágica sobre la cual convergían todas las tendencias y aspiraciones. Expresaba el acceso a lo moderno, a la técnica y a la ciencia, y por ende a la prosperidad).

-¿Por su ambición de poder político y económico, Urquiza integró alguna sociedad u organización secreta?
-Perteneció a la masonería, como casi todos los personajes importantes de la época. Podían contarse con los dedos de la mano los que no eran masones. Pero a su vez fue católico (creyente) y lo demostró muchas veces, tanto en su vida pública como en actitudes particulares.

-¿Cómo podía conciliar dos formas de pensamiento tan opuestas?
-Había muchos católicos que eran masones. La diferencia o enfrentamiento vino después, en el 80, con la creación del Registro Civil y la ley 2.393, de matrimonio civil. Esa confrontación fue exagerada en su época. Ahora el Registro Civil y la ley de matrimonio civil, a nadie le molesta. Sin embargo, por ese entonces se la tomó como un atentado contra la Iglesia.

-¿Cómo se vincula, en el plano familiar y en la actividad política, el apellido Ruiz Moreno con el de Urquiza?
-Mi familia reconoce una filiación en la época de la organización nacional, federal y liberal, porque son corrientes políticas que no se contradicen y la Constitución las incluye. Es liberal por un lado y federal por el otro. Defiende al individuo, pero también a las provincias. Mis antepasados coloniales y militares, no tenían mucha actuación política. Recién mi bisabuelo (Martín Ruiz Moreno) comenzó a interesarse por la vida pública. Se casó con una sobrina de Urquiza (Isidora de Urquiza y Miró), pero en 1868, hubo una revolución contra Nicasio Oroño, en Santa Fe. (Martín Ruiz Moreno, cercano a Oroño, se había desempeñado como jefe político a fines de 1867, en Rosario). Por ese entonces estaban en juego las candidaturas presidenciales, una de las cuales era la de Urquiza, y Oroño tenía otro candidato. Ahí se enfriaron las relaciones.