"Los exportadores ganaron en rentabilidad"

Las economías regionales han sido las principales beneficiadas tras el fuerte salto del tipo de cambio. Los productores de frutas y vino fino marchan a la cabeza de quienes mejoraron. También crecerán el turismo receptivo y el rubro servicios. Es imprescindible reducir el nivel de las tasas de interés.

La fuerte devaluación del peso, históricamente, ha tenido un impacto negativo a partir del impulso del proceso inflacionario y el derrumbe de la demanda producto de la disminución del poder de compra del salario real. Pero el otro lado de esta moneda está dado por la dosis de aire fresco que reciben los sectores productivos con perfil exportador, los cuales recuperan precio y rentabilidad.

Los espasmódicos saltos del tipo de cambio experimentados desde fines de abril le dieron a las economías regionales un impulso saludable, un mejor sustento de competitividad, aunque los problemas estructurales de la economía, como la presión tributaria, y el incremento de los precios internos muchas veces terminan echando por tierra con buena parte de la mejora conseguida de un plumazo en el mercado.

"Claramente la corrida cambiaria, el salto del dólar y el incremento del proceso inflacionario tienen impacto en términos generales en la economía y en el sector productivo. Vemos números muy preocupantes y obviamente la situación cambiaria, acompañada de la turbulencia que tiene el sistema, ha producido una caída en el nivel de la actividad y el empleo. También subió la inflación hasta niveles que no se preveían. Además, la suba en la tasa de interés y la caída de la demanda generó inconvenientes serios en la cadena de pago. Pero el panorama, por supuesto, es heterogéneo. Algunos sectores siempre salen beneficiados", destaca el economista Bernardo Kosacoff, docente universitario y experto en el sector productivo.

-¿Cuáles son los sectores que se beneficiaron con el salto cambiario?

-Frente a esta situación más complicada que vive todo el aparato productivo en la Argentina, obviamente algunos sectores salen beneficiados. Los primeros son aquellos que tienen un perfil exportador, y esto no se limita solamente al rubro agroalimentario, o al resto del agro, sino también a las economías regionales. Se ha producido una recuperación en términos de precios, rentabilidad y pedidos. Frente a la devaluación, el abaratamiento, creció la demanda. Los sectores donde este crecimiento de las ventas se ha vuelto palpable son los vinos finos y las frutas, entre otros.

-¿Alguno fue perjudicado en particular?

-Un sector enormemente afectado y que perdió dinamismo en la economía fue la Construcción. Sin embargo, una parte importante está sostenida por fondos de inversión que se han armado por el blanqueo de capitales, con lo cual la crisis genera una desaceleración de la actividad pero no una paralización de las obras iniciadas.

-¿Qué puede ocurrir a mediano plazo?

-A mediano plazo pienso que habrá una reversión de la corriente turística, con lo cual se generará en los próximos meses un mayor nivel de actividad dentro del turismo receptivo. Sabemos que esto impacta en toda la cadena e involucra a hoteles, restaurantes y demás proveedores, de manera directa e indirecta. Tendrá un fuerte impacto positivo.

BALANZA COMERCIAL

-¿El impulso que brinda el tipo de cambio servirá para reducir el rojo de la balanza comercial?

-En términos de balanza comercial seguramente notaremos una mejora muy clara, no así en la balanza de pagos por lo que implican los intereses de la deuda y otros movimientos. Hay estimaciones de que el sector agropecuario tendrá una mejora de u$s 8.000 millones en sus exportaciones. Se espera que no haya sequía y a su vez se produzca una mejora de los precios.

-¿La competitividad ganada por el tipo de cambio se ve reducida por otros fenómenos como la inflación o la presión tributaria?

-Esto suele ocurrir, pero en este caso el impacto es menor. Hay claramente una recomposición de la rentabilidad y una mejora en términos de volumen físico en las producciones de trigo, maiz, ganadería, proyectos mineros.

-Los factores que recortan la competitividad siguen vigentes.

-Definitivamente. Esto no está asociado a la competitividad precio-dólar sino a factores estructurales. Hace falta una mayor calificación de los recursos humanos, mejoras en lo logístico, y una menor presión tributaria y de otras regulaciones.

-¿Cuánto puede soportar el sector productivo tasas de interés tan elevadas?

-Si no se resuelve ese tema estaremos en una situación complicada. Esto debe ser algo transitorio, que sirva para recomponer las expectativas y frenar el proceso devaluatorio. Hay que recomponer la demanda de dinero. Esta no es una tasa de interés que se pueda mantener en el largo plazo. Hay un escenario complicado y se tomó una medida disruptiva frente a esto. Espero que en los próximos meses volvamos a una situación de mayor normalidad. Debemos recuperar una tasa que permita recomponer el capital de trabajo de las empresas y brinde alguna idea en términos de paridad cambiaria.

-¿La devaluación obrará como escudo ante las importaciones?

-Se producirá un proceso de sustitución de importaciones frente al encarecimiento de los productos importados. Hay ya pequeños indicios de compañías que recurren a proveedores domésticos, con lo cual se fortalecen las cadenas locales.

-La industria gana protección con el salto cambiario. ¿Corre el riesgo de padecer el desabastecimiento de insumos?

-No, para nada. En algunos casos se dará la sustitución de importaciones, o sino se generarán nuevas oportunidades. Se observa en este momento que muchas productoras de contenidos, como Netflix, ven la oportunidad de invertir porque hay recursos humanos y la Argentina es competitiva vía precios. Eso genera posibilidades de negocios en el sector de los servicios basados en el conocimiento.

INVERSION

-Brasil diseñó un esquema de subsidios para el sector automotriz. ¿Qué evaluación hace de esta medida? ¿Cómo afectará a la producción local?

-El automotriz fue un sector que tuvo un nivel de ventas notablemente significativo en los últimos meses. Además, hay planificadas algunas inversiones. El desafío pasa también por lograr mayores contenidos locales de autopartes en la producción doméstica. El equilibrio con Brasil conviene, y esto se logra con marcos regulatorios parecidos. El paquete de incentivos fiscales que otorgó Brasil está asociado a la investigación y el desarrollo, lo cual les permitirá ganar en competitividad a mediano plazo. Esa es una mala noticia, pero puede ser buena para que Argentina avance en la misma línea que su vecino y principal socio comercial.

-¿Qué proyección hace de las inversiones?

-Las inversiones se producen en sectores puntuales. La tasa de inversión aumentó en los últimos trimestres, explicados por inversiones asociadas a la obra pública, energía no renovables, trenes, material de transporte y celulares. La Argentina tiene un doble desafío: aumentar la inversión y la productividad. Deben darse todos los incentivos para acelerar el proceso inversor.

-¿Cómo está el país en términos de Investigación y Desarrollo?

-Este es un tema estructural. Nosotros como país gastamos el 0,6% del PBI en Inversión y Desarrollo, mientras las naciones que ocupan las posiciones dominantes gastan 2 o 3 puntos del PBI. Dos tercios del gasto en I+D em el exterior lo aporta el sector privado, mientras que acá el mismo nivel es aportado por el sector público.