En blanco y negro

Mirador político - El Gobierno debe ajustar porque se encuentra entre la espada y la pared. El macrismo tiene una sola alternativa: pagar el costo. El peronismo, que no gobierna, ¿por qué tendría que hacerlo?

Con el dólar en relativa calma la canción de los medios viró a un eventual pacto entre Macri y el peronismo llamado `racional' sobre el presupuesto 2019. El Presidente carece de mayorías parlamentarias, pero le queda un último recurso: prorrogar por duodécimos el presupuesto de 2018. El peronismo `racional' lo amenaza alegando que eso equivaldría a una declaración de guerra.

Más allá del "acting" frente al periodismo, existe una realidad que no depende de la política de entrecasa. El gobierno debe ajustar porque se encuentra entre la espada y la pared. El entendimiento con el FMI aportó la cuota de racionalidad económica de la que carece la dirigencia local, por lo que o se aplica un fuerte recorte del gasto público o se cae en una de esas crisis cíclicas de financiamiento en las que el PBI desciende en picada y la pobreza escala. Si eso ocurriera, Macri se iría para no volver. Ese sería el escenario ideal para algunos con problemas judiciales, por eso la insistencia con el helicóptero.

El macrismo tiene una sola alternativa: pagar el costo del ajuste. El peronismo, que no gobierna, ¿por qué tendría que hacerlo? Conclusión: no puede haber acuerdo entre quienes tienen necesidades y objetivos distintos. A lo que se debe agregar un dato del pasado reciente. Los mismos peronistas con los que debería negociar un ajuste la Casa Rosada convirtieron en ley hace poco una rebaja tarifaria con un costo fiscal impagable y sin financiamiento que Macri vetó.

Cuando un vocero de Massa como Marco Lavagna afirma que el gobierno no tiene plan económico y pide definiciones sobre retenciones, dólar, impuestos o tarifas está diciendo dos cosas. Una, que no le interesan las respuestas sobre lo que el gobierno piensa hacer en esas cuestiones y que repite "ad nauseam" Nicolás Dujovne. Dos, que Massa quiere hacer el plan económico, lo que significaría asumir el poder antes de las elecciones de octubre de 2019.

Ni asumir el costo del ajuste estando en la oposición, ni gobernar anticipadamente parecen viables. Ergo, la transa entre dirigentes dispone de pocas chances de éxito.

En casos como éste la última palabra la tiene la opinión pública que ya está empezando a reaccionar a la crisis del modo que registran las encuestas. Hay una vuelta a la polarización de 2015 entre macristas y kirchneristas sin camino en el medio.

El susto por el dólar está poniendo las cosas en blanco y negro. La sociedad vivió la ilusión de que se podía endeudar indefinidamente y no hacer el ajuste, pero eso se acabó. El responsable de la pérdida de la ilusión es Macri, pero ¿quién lo reemplazaría? ¿Rossi, Kicillof, CFK, Moreno?

La tarea más urgente de los peronistas `racionales' debería consistir en despegarse de los K y facilitar un acuerdo con el gobierno. Exactamente lo que no le conviene al gobierno, aunque lo amenacen con el caos. Por la experiencia acumulada la sociedad se muestra entusiasta a la hora de hacer pronósticos pesimista, pero tiene memoria y `horror vacui', dos factores que juegan a favor del oficialismo aunque tenga todo el círculo rojo en contra.­