"Campo, hotelería y turismo crecerán mucho el año próximo"

En medio de la crisis, las acciones de algunos sectores marcan un potencial singular. La volatilidad será una constante del mercado en lo que queda del año, asegura Mariano Tavelli, director de Tavelli y Cía. Mandan los instrumentos en dólares. Se destacan las tasas de los bonos largos.

A fines de abril la tempestad financiera escaló a grados insospechados en apenas un puñado de días. Ni siquiera hubo tiempo para sopesar alternativas o experimentar la calma que precede a la tormenta. El mercado argentino pasó de la tranquilidad al viento huracanado en un abrir y cerrar de ojos, y con él se fueron el poder de compra de los salarios, devaluación mediante, la optimista proyección política del Gobierno, parte de las reservas del Banco Central y la sensación de que íbamos por el camino correcto.

El ventarrón verde nos terminó arrojando, maltrechos, en la vereda del Fondo Monetario Internacional. Prestos para golpear la puerta y pedir financiamiento, una vez más, antes de que sea demasiado tarde. Pero ni el socorro del organismo ni la recalificación a emergentes pudo traer calma a ese cuerpo intangible llamado mercado.

La batería de medidas establecida por el Gobierno para llevar algo de tranquilidad y aplacar la voracidad por el dólar parecen haber servido para ganar algo de tiempo. Lo que pase de aquí en más, en el semestre que ya ha comenzado y en un 2019 que se adivina arduo, es un albur.
Al menos hay algunos indicios: la volatilidad será una constante, tal como pronostica Mariano Tavelli, presidente de la sociedad de Bolsa Tavelli & Cía, pero algunos rubros en particular pueden tener un mejor porvenir el año próximo, tal el caso del sector agropecuario, el turismo y la hotelería. Y, como siempre, están a mano los instrumentos en dólares para cubrirse ante cualquier imponderable.

-Para quien mira los vaivenes del mercado bursátil, hoy en día parece impredecible, difícil de llevar. ¿Es también así para los especialistas?

-La realidad es que el mercado está muy volátil. Hay factores locales y factores externos que influyen sobre la economía y que serán clave para determinar lo que vendrá de acá en adelante. Los factores políticos también influyen, como pueden ser las elecciones que tuvieron lugar en México o las que se realizarán en Brasil, en noviembre próximo. Es importante para ver cuál es el rumbo que toman esos países, algunos de los cuales resultan muy relevantes en el intercambio comercial con la Argentina.

-¿Pueden sumar más ruido al actual escenario?

-Tenemos un escenario de coyuntura más restrictiva que en el pasado. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional implica el compromiso de tener que bajar el déficit fiscal, pero además el Gobierno debe intentar que el crecimiento no desmejore tanto de acá a fin de año. Son los dos trimestres a los que apuntan los economistas cuando dicen que van a ser los más difíciles a mediano plazo.

-¿El mercado olfatea riesgo?

-El mercado accionario local acusó la baja. Como suele decirse, siempre los mercados se adelantan. La fuerte baja en las acciones ya la vimos durante estos meses. En cuanto al futuro, obviamente dependerá de diversos factores. Pero insisto en que los ejes son dos: lo que ocurra internamente en el país y las decisiones provenientes del exterior. Serán relevantes los acuerdos que se vayan tejiendo a futuro, sobre todo para otorgar mayor seguridad jurídica, que es en realidad lo que miran los inversores.

DESCONFIANZA

-El efecto positivo del acuerdo con el FMI y la recategorización a mercado Emergente duró poco. ¿Nada calma al universo financiero?

-Son cosas que se lograron por diversos motivos y es muy positivo encuadrarse en la normativa internacional. Es positivo, pese a que la coyuntura actual sea negativa. Como contrapartida de esto, las variables internacionales empezaron a jugar en contra y localmente no se tomaron las medidas de fondo que se tendrían que haber tomado para evitar este impacto. Destaco algunas medidas, desregulaciones, normativas, haber salido del default en su momento porque eso permitió que el Fondo nos prestara plata a tasas más bajas que el mercado, justo en plena turbulencia. Pero las reformas de fondo hay que hacerlas. Lo que durante dos años no se ejecutó, hay que hacerlo, pese al contexto negativo. Es cierto que nos recategorizaron como Emergentes, pero llegó en un momento en que no fue estímulo suficiente como para contrarrestar todo esto.

-¿Seguirá primando la volatilidad durante el resto del semestre?

-La volatilidad seguirá todo el semestre por estos factores que antes mencioné. Por un lado porque hay que llevar adelante el seguimiento y cumplimiento del acuerdo con el Fondo. Por otro lado, traerá ruido también la guerra comercial entre Estados Unidos y China. El clima enrarecido es para todo el mundo.

-Sí, pero parece afectar mucho más a la Argentina.

-Siempre los más chicos son más vulnerables. El default todavía está fresco. Los primeros fondos que vinieron fueron fronterizos, son los más especulativos, los que entran primero. Pero tienen una gran aversión al riesgo y se van ni bien cambian los vientos. A futuro hay que trabajar para que capitales de mayor calidad y visión de largo plazo encuentren seguridad jurídica en la Argentina para instalarse. Y para que los argentinos también puedan hacer negocios.

-¿Vendrán estos capitales de mayor calidad a partir de la recalificación a Emergentes?

-La recalificación habilita a eso. Si la región se estabiliza tras las elecciones en Brasil, en algún momento esos capitales pueden empezar a venir, ya que nunca lo hicieron antes. Depende mucho de nosotros. Hay que hacer los deberes internos para generar ese clima propicio a la inversión.

DIVISAS

-¿Manda el dólar a la hora de decidir inversiones?

-El dólar estuvo retrasado durante un tiempo, pero este año ha sido una de las mejores inversiones. Se acomodó y superó la barrera muy rápido, en pocos meses. Por otra parte, la tasa de interés es muy alta. Hay que atacar la inflación para bajar la tasa. Eso llevará tiempo. Poner una tasa negativa no hace otra cosa más que calentar el dólar y así, finalmente, terminamos sin reservas. Si pongo una tasa del 10% es ficticio, porque con una inflación del 30% anual nadie coloca la plata en los bancos y se van al dólar. Por eso es importante tener una tasa positiva.

-¿Las empresas que cotizan en Bolsa sintieron el impacto de esta corrida en su valor corporativo?

-Claro, sintieron mucho el impacto de la devaluación. Bajaron tanto en pesos como en dólares. Ahora son activos en dólares que están realmente baratos con respecto a las valuaciones. Se han vuelto atractivos desde ese punto de vista. Pero no ocurre esto con todos los sectores, obviamente. Hay que ver cómo sigue la economía.

-De acuerdo al análisis sectorial, ¿cuáles son las acciones de mejor proyección para lo que resta del año?

-Los papeles de las compañías energéticas habían subido mucho en los últimos años a partir de la reestructuración de las tarifas. Ahora el contexto de la economía llevará a que lo que falta de la recuperación tarifaria, para llevarlas a precio de mercado, sea con un timing más lento. Esos sectores van a quedar más relegados. La Construcción venía bien, pero acusó recibo con la suba de tasas. Estas acciones bajaron en forma exagerada, perdieron la mitad de su valor en pesos con respecto a tres meses atrás. Quedaron muy retrasadas pensando en la recuperación del año que viene o en el resurgimiento de líneas de financiamiento para el sector.

-¿Qué pasará con los bancos?

-El sistema financiero bajó, pero va a depender de cómo se reestablezca la macro y que justamente la tasa empiece a bajar, para que puedan hacer negocios las pymes y reestructuren su deuda. Es clave que se recupere la actividad.

-¿Las acciones del sector agropecuario pueden tener un boom el año próximo a partir de una mejor cosecha?

-Todo lo que es el sector agroexportador, el campo, como así también la hotelería y el turismo, el año que viene pueden hallar un escenario que les juegue a favor. Puede haber un buen ingreso en dólares en estos rubros. El campo, superada la sequía, tendrá buenos rendimientos. Y esto mueve a las economías regionales, ayuda a las provincias, que estaban mal.

-¿Qué análisis hace de los títulos públicos?

-Hay tasas muy altas en bonos largos, que llegan al 9%. Hay que lograr que el riesgo vaya bajando.

-¿Le sorprende la escalada del riesgo país?

-El riesgo país sube porque bajaron los bonos. Hubo una salida grande de inversores en títulos públicos. Los que habían comprado se fueron cuando comenzó a subir la tasa en los Estados Unidos. Hacia allí marcharon los capitales. La suba del riesgo se debe también a que hay dudas sobre la capacidad de repago que tiene la Argentina, la capacidad de generar dólares para pagar la deuda. La economía no crece y eso produce incertidumbre. Si las cosas empiezan a mejorar, el riesgo país bajará.

-¿Qué opina de las acciones de las empresas argentinas que cotizan en Wall Street? ¿También están en un subibaja?

-Los ADR pertenecen a los mismos sectores antes mencionados. Algunos están desligados un ciento por ciento, como Tenaris, que fue un ganador en esta etapa de turbulencia. El resto tuvo altibajos, como YPF que experimentó una baja fuerte ya que tiene una deuda alta y la suba de tasas lo afecta en el corto plazo. Eso llevó a que el papel valga menos de 15 dólares el ADR. Pero a futuro habrá que ver el precio de la nafta y cómo evoluciona.

-En términos generales, ¿le preocupa el futuro de la economía argentina?

-La situación no es fácil. Nos agarró en un contexto internacional desfavorable y la salida no se dará de un día para el otro. El crecimiento de la economía tampoco. Atacar la inflación es la única manera de bajar las tasas y reactivar la economía. Hay que ver dónde somos más competitivos para exportar o vender internamente. Es una lista de cosas. Tenemos que pensar entre todos y buscar la mejor solución a esta crisis. Todos los países tienen los mismos problemas. Se abren posibilidades a partir de la guerra comercial entre China y los Estados Unidos para poder exportar bienes diversos. Hay que analizar todo.