"Pese a ser Emergentes, los problemas pueden continuar"

Faltan más reformas para que el optimismo no sea efímero, dice Diego Martínez Burzaco. La recategorización disparó la cotización de los ADR argentinos en Wall Street. Podrían ingresar u$s 3.500 millones en inversiones financieras. Bajaría el riesgo país y el costo del financiamiento. Desde ahora, prohibido regular.

Hace exactamente un año al mundillo financiero local le costó digerir la noticia de que Argentina no sería ascendida a Mercado Emergente. Por aquel entonces Morgal Stanley Capital Investment (MSCI) argumentó que había en la economía argentina algunos rasgos de insustentabilidad, cierta incoherencia en sus políticas que no la llevaban a calificar al escalón inmediato superior.

Doce meses después, pese a padecer la misma vulnerabilidad que en 2017, pero agravada por el cese del financiamiento externo que obligó a pedir el rescate del Fondo Monetario Internacional, y una corrida cambiaria que azuzó la inflación y demolió el proceso de crecimiento, MSCI decidió que Argentina estaba en condiciones de dejar el estadio de mercado de Frontera y pasar a ser Emergente.

El ascenso tendrá un efecto directo sobre el universo financiero, tal como lo prevé Diego Martínez Burzaco, director de MB Inversiones, pero al potencial ingreso millonario de dólares se le contrapone la urgencia por llevar adelante reformas económicas que otorguen confianza en el mediano y largo plazo.

-¿Cuál será el impacto para la Argentina de haber ascendido a mercado Emergente?

-Hay un efecto de corto plazo que será beneficioso, se producirá una recuperación que ya estamos viendo sobre los bonos y las acciones, que venían muy golpeadas en términos de dólar. Producto de esta mejora en la situación del mercado bursátil argentino es que se produjo el incremento de las acciones en el exterior, ya que ahora están dentro del menú disponible para que fondos de inversión que antes no podían invertir, puedan hacerlo a partir de ahora. Son fondos de mayor calidad, no tan especulativos. Generalmente se trata de fondos de pensión y aseguradoras. En este contexto, tenemos que decir que potencialmente podrían venir inversiones financieras por u$s 3.500 millones. Pero hay que remarcar lo de potencial.

-¿El mercado local pasa a ocupar un lugar lógico, teniendo en cuenta los países de la región que también son emergentes, como Brasil, Chile, Colombia, México y Perú?

-La verdad es que cuando miramos nuestra situación, no es algo lógico que seamos catalogados como mercado emergente. Los países de la región que están en esta categoría han cumplido con políticas estables durante muchos años y no sufrieron crisis recurrentes como nosotros. La economía de ellos no suele ser tan ciclotímica como la nuestra. Tal vez la única diferencia sea con Brasil, donde en el aspecto político Argentina puede mostrar más claridad con respecto a los últimos 15 años. Los mandatos gubernamentales se terminaron dentro del marco democrático constitucional, algo que no pasó en Brasil, que sufrió la salida de Dilma Rousseff y el encarcelamiento de Lula Da Silva.

LO QUE VIENE

-¿Qué podemos esperar a partir de ahora?

-A mediano o largo plazo el optimismo puede ser efímero si el Gobierno no hace las reformas profundas que necesita la economía. Pese a haber sido ascendidos a Emergentes, los problemas pueden seguir siendo los mismos. La mejora puede repercutir en que venga este aluvión de capitales por el canal financiero, puede trasladarse a los precios de los títulos públicos y esto traerá una mejora del riesgo país y una tasa más ventajosa para el financiamiento tanto del sector público como del privado.

-¿Puede mejorar el crédito externo?

-Eso sería ideal para que esta medida tenga impacto en la economía real. El financiamiento es central. El sector público podría volver al mercado de deuda sin tener que usar, tal vez, todo el préstamo del Fondo Monetario Internacional. También servirá para impulsar los proyectos privados. En 2016 y 2017 hubo muchas compañías que habían regresado al mercado de deuda para expandirse.

-El año pasado no se dio la recalificación por algunas inconsistencias económicas. ¿Por qué se dio ahora, en medio de tanta turbulencia?

-Hay varias cosas. En primer lugar, el año pasado las expectativas del mercado sufrieron el golpe. A nivel financiero éramos muy optimistas. En el comunicado del año pasado se decía que no fuimos ascendidos porque el inversor extranjero tiene que ver cambios de manera permanente. Ahora veníamos de una corrida cambiaria, que disparó la inflación y arrojará un menor crecimiento. Pero esto es coyuntural y no debería influir sobre las decisiones del organismo. La situación es distinta.

-¿Estaremos bajo la lupa de ahora en más?

-El pase a Emergentes entra en vigencia en mayo de 2019. Pero hay un asterisco que tiene que ver con que Argentina será sometida a un monitoreo permanente para que no haya control cambiario ni regulaciones de ningún tipo en el sistema financiero. Si ocurre, regresaríamos a ser fronterizos. Argentina perdió este status en 2009 cuando se aplicó una retención del 30% al dinero que ingresaba desde el exterior como inversión. Era un encaje aplicado por el Banco Central. Es decir que quien traía 1 millón de dólares al país, tenía que dejar 300.000 dólares en el Banco Central. Esos y otros detalles nos sentenciaron.

-Justamente durante la última corrida hubo argumentos en favor de reinstalar regulaciones contra los capitales golondrina. ¿Ya no se podrá?

-No se puede. En ese sentido, es imposible. Es un punto central para estar en esta categoría de mercado emergente. Creo que en este sentido el Gobierno ya lo sabía previamente y por eso evitó imponer restricciones durante la corrida cambiaria. Estaba jugando esa carta. Sabía que si interfería podía no ser ascendida a Emergente.

-¿Influyó en la decisión positiva haber firmado el pacto con el FMI?

-Lógicamente que luego de haber firmado el acuerdo más importante de la historia de Argentina con el Fondo Monetario Internacional, con apoyo explícito de las potencias y los organismos internacionales, eso se transformó en una señal muy fuerte. Terminó por potenciar las expectativas en torno a la Argentina.

-¿Qué papeles pueden verse beneficiados con una mayor demanda en el mercado?

-Hay precios atractivos tanto en acciones como en bonos. Hay títulos de corto plazo que rinden más del 6% en dólares. Son tasas de rendimiento superadoras con respecto a lo que vemos en la región. Si hacemos bien las cosas no deberíamos tener eventos de cesación de pagos de la deuda. Es una jugada interesante para un inversor conservador o moderado.

-¿Y en acciones?

-En acciones hay que ser selectivos. La nueva situación económica cambió las reglas de juego. Se esperaba un crecimiento del 3,5% y tal vez terminemos creciendo un 0,5%, casi estancados pero con más inflación. El salto del tipo de cambio favorecerá a las compañías exportadoras, que podrán transformarse en una buena opción para los inversores. Será un salto competitivo para esas empresas, si la devaluación no se traslada a precios. El tema energético era una ficha segura, pero la salida de Juan José Aranguren genera dudas. El funcionario que más ahorro termina siendo despedido, acusado de dolarizar las tarifas. Eso refleja lo que es la Argentina.