Rusia abre la puerta de octavos­

Segunda victoria del equipo local en el Mundial y la clasificación está al alcance de la mano. Sólo una catástrofe dejaría afuera a los anfitriones. Superó a Egipto en el arranque de la segunda fecha del Grupo A.­

San Petersburgo, Rusia (EFE) - El tren aún está en el andén, falta menos para que comience a caminar. Las puertas están abiertas y las 16 butacas todavía sin dueños que las ocupen. Sin embargo, Rusia parece ser uno de los elegido para el viaje rumbo a los octavos de final. Porque con su segunda victoria del Mundial, un 3-1 al Egipto de Mohamed Salah, que marcó un gol de penal en su debut mundialista,  ve que pasar de ronda se convierte en algo palpable.

El conjunto ruso confirmó que su efectividad no fue flor de un día contra Arabia Saudita, ya que endosó tres tantos en los primeros 17 minutos de la segunda mitad a los faraones, lo que le pone muy cerca de la fase eliminatoria, de la que sólo un improbable triple empate a 6 puntos con Uruguay y Arabia, con goleadas por medio, le sacaría.

Los de Stanislav Cherchesov siguen de fiesta, llevan ocho tantos en dos partidos de su Mundial, lo que es un récord para una anfitriona desde Italia 1934, y cuentan con dos futbolistas que andan dulce: Denis Cheryshev y Artem Dzyuba. Los dos volvieron a facturar, tras el tanto inicial en propia meta de Ahmed Fathi.

Tras la goleada a Arabia Saudita, el seleccionador ruso Stanislav Cherchesov dio paso al bigoleador Cherishev y decidió introducir otro cambio más, el del punta Artem Dzyuba, autor de un gol nada más ingresar contra Arabia Saudí, en lugar del criticado Fiodor Smólov. Ambas permutas serían fundamentales en el triunfo en San Petersburgo. Por su parte, Héctor Cúper por fin pudo alinear a su estrella Mo Salah en la parte derecha de su línea de tres mediapuntas, para lo cual retiró a Amr Warda.

El partido no tenía dueño, pero sí mucho ritmo, convertido en un festival del contragolpe. Unos y otros buscaban su oportunidad a la carrera o en un rechazo, como el que recogió Cheryshev para lanzar un remate desde fuera del área que se fue por encima del travesaño de El Shenawy. Cuando bajó el ritmo del duelo, el balón se hizo egipcio. El pueblo de las pirámides buscó transportarlo al ataque sin éxito, hasta que el lateral izquierdo Abdelshafi encontró una autopista por su banda: en su primer centro, peinado por Marwan, Yury Zhirkov le arrebató el balón a Salah cuando el '10' buscaba el remate solo.

A Rusia le vino bien el descanso. Salió a la segunda mitad volcada en ataque y encontró un premio inesperado. El rechazo de un centro desde la derecha de Alexander Samedov que El Shenawy sacó de puños, le llegó a Golovin, cuyo centro que buscaba a Dzyuba se encontró con Ahmed Fathi, que en su intento por despejar introdujo el balón en su propia valla.

Luego Cheryshev, llegando desde atrás remató un pase atrás de Mario Fernandes desde la línea de fondo. El del Villarreal acrecentaba su imagen de ídolo local con su tercer gol en dos partidos, y sería elegido mejor jugador del encuentro. Pero la fiesta rusa no había terminado, porque en la siguiente acción del partido sería Dzyuba quien reclamara su lugar en el recuerdo de los hinchas de San Petersburgo con el tercer tanto.

Pese a ello, Egipto siguió intentándolo; tuvo una chance con Trezeguet, pero lo logró de la mano de Salah, que sufrió un agarrón de Zobnin en el borde del área por el cual el árbitro paraguayo Enrique Cáceres, previa consulta al árbitro asistente de video, concedió penal. Y el Faraón se estrenó con un tanto.

Lo cierto es que Rusia ya vislumbra los octavos de final -la celebración final de jugadores y público dio fe de ello- y tanto Egipto como Salah temen que su aventura mundialista tenga fecha de caducidad.

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