Vidal-Larreta, la fórmula de la política

Historias del conurbano-

"La política no es un parche que se usa cuando se pincha una goma, sino el aceite necesario para el buen funcionamiento del motor". Tras la turbulencia de la corrida cambiaria y los movimientos en el gobierno de Cambiemos, la política vuelve a estar en el centro de la escena para el oficialismo. La frase con la que comienza esta nota pertenece al ministro de gobierno de María Eugenia Vidal, Joaquín De La Torre y sirve para entender cuáles eran las posturas y cuáles son hoy los ejes por donde pasa el nuevo tiempo. En ello, la mandataria provincial se puso al frente y volvió a estar en el centro de la escena al igual que en la última campaña electoral que permitió ganarle a CFK con la candidatura de Esteban Bullrich.

Las razones de este giro son varias. En principio la inflación, los tarifazos y la marcha de la economía golpean con fuerza en el conurbano bonaerense. A ello hay que sumarle la siempre presente inseguridad, dato constatado en el último timbreo. En su plan de acción política, Vidal salió a marcar la cancha con fuerza. Ineludible no pensar que volvieron los tiempos de influencia en todo este esquema de Horacio Rodríguez Larreta. El jefe de Gobierno porteño nunca creyó demasiado en que el único camino para el éxito sea el diagramado por Jaime Durán Barba y ejecutado por Marcos Peña. Vidal tampoco.
De hecho, en los momentos de mayor auge de la teoría "redes sociales" ni Larreta ni Vidal abandonaron sus labores de contención política. El jefe de Gobierno porteño bajó al conurbano y comenzó un recorrido con intendentes propios bajo la excusa de promocionar el servicio del SAME pero con otra clara intención: poner la oreja a los alcaldes cuando empezaban a tener menos audición en otros niveles de Cambiemos. Ese trabajo siempre lo hizo también Jorge Macri que incluso lanzó la escuela de gobierno para formar nuevos dirigentes y futuros intendentes. Desde el gabinete de María Eugenia Vidal la tarea política la lleva adelante desde siempre Federico Salvai y también Joaquín De La Torre quien en lo últimos meses comenzó a mostrarse más seguido en las recorridas de la gobernadora por los municipios del interior.
Las negociaciones más claras se van a observar en los resultados de las votaciones en la legislatura de las próximas horas. El oficialismo tiene mayoría propia en el senado y logró sacar media sanción a la norma que establece la eliminación de los impuestos que cobran los municipios en las facturas de servicios públicos. Resta lo que suceda en diputados donde no hay número propio para Cambiemos y debe apelar a los votos de la oposición. De allí que el diálogo con el Frente Renovador de Massa y los intendentes del PJ sea clave. No en vano, en su potenciado rol de sostén político de Cambiemos la mandataria bonaerense haya visitado Merlo con Gustavo Menéndez -a quien conoce de hace muchos años- presidente del PJ y horas más tarde Malvinas Argentinas donde gobierna Leonardo Nardini. Tanto Menéndez como Nardini tienen representación directa en el senado pero no en diputados. De todas maneras, abonan al bloque de los jefes comunales. Allí es Martín Insaurralde y Hugo Corbata quienes desnivelan. Pensar que fue inocente la maniobra de Vidal de visitar a estos intendentes es una entelequia. Ella está muy al tanto de las internas que se viven hacia adentro del PJ bonaerense y sobre todo en la primera sección. Hay voces más críticas que otras que buscan marcar diferencias. En momentos de debilidad propia, el oficialismo busca nutrirse de los males ajenos. Bienvenidos a la Real Politik.

LA FORMULA SE REPITE
Las señales en política son elocuentes. Vidal se formó a la luz de Horacio Rodríguez Larreta. Luego tomó su vuelo político propio. Y vaya si creció. Es hoy un punto clave para Macri. Su imagen sigue en lo más alto más allá que puertas adentro se han preocupado en las últimas semanas por algún nivel de caída en la imagen producto de las malas noticias nacionales.
Por eso, la fórmula se repite. La misma de octubre pasado. Esperan resultados similares. Por ahora, no se vuelve a conversar de conquistas nuevas sino de recuperar lo retrocedido en cuanto a niveles de aceptación. Y para eso hace falta más política. Todo tiene que ver con todo. Nada es casual. El regreso de Emilio Monzó a la mesa chica, sabiendo sus antiguas diferencias con Peña y Vidal. Otra vez se habla de tomar contacto con Sergio Massa luego que fuera denostado por el propio Macri. Pensar que Larreta no tiene nada que ver en esto vuelve a ser una mirada inocente.
A la única que no piensan convocar es a Cristina Kirchner que, como adelantamos la semana pasada, suele decir que su objetivo principal para el 2019 es ganarle a Macri aunque ella no sería candidata. Dudoso. Lo único real es que en el cristinismo de paladar negro suelen decir por estas horas que harán valer lo que creen tener en términos electorales. O bien para bajar la candidatura o si es necesario jugar la elección y forzar a una nueva división funcional a Cambiemos.