El restó más extravagante del mundo

Sublimotion se encuentra en Ibiza y ofrece en sus cenas una cuidada puesta en escena, un servicio exclusivo y un gran despliegue tecnológico. Creación del chef Paco Roncero y su socio Eduardo Gonzales, posee una única mesa de 12 comensales y cuesta 1.500 euros el cubierto.

Desde las revistas Forbes, Haute Living y Luxe, hasta los diarios Daily Mail, Financial Times y Telegraph lo calificaron como el restaurante más caro del mundo -cuesta cerca de 1.500 euros el cubierto-, pero sus creadores aclaran que nunca promocionaron esta etiqueta ni definido así a su restaurante, al que llaman "el primer gastro-show del mundo".

El restaurante Sublimotion abrió sus puertas en 2014 y ese año fue reconocido con el premio a la mejor innovación F&B (alimentos y bebidas) en los "World Wide Hospitality Awards". 

Etiquetas aparte, Sublimotion, situado en la isla española de Ibiza ofrece muchas facetas espectaculares y resulta difícil de encasillar o definir, porque las experiencias que allí se viven y paladean van mucho más allá de la gastronomía, extasiando los sentidos y movilizando múltiples emociones.

Cocineros, diseñadores, ingenieros, ilusionistas, escenógrafos, arquitectos, coreógrafos y guionistas. Fusionó la alta gastronomía y la tecnología vanguardista, con una puesta en escena sin precedentes, creando un nuevo arte escénico, según este restaurante ubicado en el Hard Rock Hotel Ibiza.

El concepto creado por el chef Paco Roncero y su socio Eduardo Gonzales aúna, sin duda, las dos facetas incluidas en el calificativo de "gastro-show": la gastronomía y el espectáculo. Pero este singular restaurante también tiene reminiscencias de laboratorio, concierto, fiesta, película y de cabaret.

A la exclusiva mesa para 12 comensales de este establecimiento que ofrece en sus cenas una cuidada puesta en escena, un servicio exclusivo y un gran despliegue tecnológico, se sentaron estrellas y celebridades de todos los ámbitos. Cantantes como Alejandro Sanz; futbolistas como Cristiano Ronaldo; y cocineros como Alain Ducasse y Albert Adriˆ, han disfrutado de sus menús y sus instalaciones, que recibe más de 1.000 comensales por temporada.

Durante las 3 horas de duración aproximada de una cena, los comensales disfrutan, no solo de las excelencias vinculadas al paladar, sino también de una experiencia sensorial inmersiva con tintes de viaje onírico, futurista, emocionante, mágico, e incluso "lisérgico", como lo calificaron algunos especialistas.

Durante su viaje emocional, los asistentes al "gastro-show" son trasladados a distintos escenarios mediante un sofisticado montaje audiovisual que incluye, proyecciones en las paredes, músicas, sonidos ambientales y sistemas de recreación de olores en la sala, en una cápsula principal de 70 metros cuadrados (m2) diáfanos y 7 metros de altura,

Allí pueden presenciar, desde platos que levitan ante ellos, delicias que bajan en pequeños globos hasta la mesa o curiosos personajes que aparecen y desaparecen y, después de cenar, pueden continuar su experiencia en la terraza privada "after dinner" de 250 m2, según explicaron sus creadores.

REALIDAD VIRTUAL

El empleo de las tecnologías de realidad virtual (RV) y realidad aumentada (RA) durante la degustación de algunos platos, permite a los comensales conocer, mediante unas gafas especiales, cómo fue preparada la receta del menú que paladean, así como consultar información relativa a sus ingredientes o valores nutritivos.

La combinación de la RA y la RV aplicada a la gastronomía y los cambios de escena radicales, permiten dar un salto al futuro más vanguardista, adentrarse en el cabaret de principios del siglo XX, viajar a bordo de las aerolíneas Sublimotion y aterrizar en el sureste asiático, o bailar en los infiernos rodeados de fuego, según los responsables del establecimiento.

En la actual temporada, el chef Paco Roncero -poseedor de dos estrellas Michelin; tres Soles Repsol; y uno de los grandes referentes mundiales de la cocina de vanguardia- reunió a sus grandes amigos y cocineros: Dani García, Diego Guerrero, Toño Pérez y el repostero Paco Torreblanca, formando un equipo con ocho estrellas Michelin de "talento gastronómico", según indican.

Su equipo multidisciplinar también diseñó una decoración y vajillas tan experimentales como sorprendentes, como una fuente con la forma de una gigantesca ostra perlífera; vestuarios cuyos "looks" van cambiando progresivamente según la temática de la escena servida en tiempo real, y un espectáculo musical que recrea la esencia de la noche ibicenca.

EFECTO SORPRESA

Los socios fundadores de este restaurante no desvelan todas experiencias que viven los comensales en una instalación de 350 m2, porque "una parte fundamental de la emoción descansa en el efecto sorpresa", pero adelantan algunos ingredientes de este viaje onírico para los cinco sentidos.

"La escena de nuestros jardines colgantes bajando desde el techo en oscuridad total, es un momento increíble para la vista. El comensal solo ve como descienden 12 esferas de cristal iluminadas desde las alturas, para detenerse levitando frente a sus ojos. ¡Entonces descubre un delicado jardín comestible!", señaló González, director de este establecimiento.

Para el chef Paco Roncero, "la escena del Orient Express es de las más impactantes, porque realmente te hace sentir que estás dentro de un tren, en otra época, viendo el paisaje", explica.

"La escena del mar lleva con nosotros todas las temporadas, pero ha evolucionado, sobre todo en la comida y el lugar dónde se presenta y, ahora, toda la sala se convierte en el interior del mar con la mesa como fondo marino, huele a mar y se suelta humedad, lo cual es ¡simplemente impresionante!", concluye Roncero.