"La escuela no enseña todo lo que promete"

El exministro de educación de la Nación Daniel Filmus dialogó con La Prensa sobre los problemas y desafíos que presenta la enseñanza. Dice que la situación más compleja está en la secundaria, y que es fundamental que el chico se inicie lo más tempranamente posible en el sistema escolar. Habla del alejamiento de los mejores maestros del aula y resalta que los tiempos electorales no son los pedagógicos.

Los cambios implementados en los últimos años en materia educativa tuvieron como a uno de sus principales artífices a Daniel Filmus. El actual diputado nacional, ex ministro de educación de la Nación se dispone a hablar con La Prensa sin pretensiones de mostrarse dueño de una gestión en donde solo hubo luces. Es autocrítico y reconoce que faltaron cosas por hacer. Durante la charla señala que a la educación hay que entenderla como un proceso que debe convertirse en una política de estado no de gobierno. Habla de la situación actual y opina sobre los cambios que deben realizarse en la escuela secundaria y en la capacitación docente.

- Es otro año en que la educación arrancó con problemas, y más allá de lo coyuntural siempre cuesta el comienzo de clases ¿Cómo lo observa y que es para usted lo que hace que cueste la negociación en el comienzo?

- Nosotros dimos un paso importante cuando se votó la ley de financiamiento educativo, y posteriormente cuando se acordó la paritaria nacional. Fueron dos pasos que normalizaron la situación en general porque ya se sabe cuánto el estado va a invertir en educación. Pasó de invertir poco más del 3 por ciento cuando asumimos a más del seis, de acuerdo a lo que el Cipecc fue evaluando de la evolución en inversión educativa, de un PBI que aparte se duplicó entre 2003 y 2015. En este sentido hay dos aspectos: es relativamente grave que se haya abandonado la paritaria nacional. En 2016 el gobierno actual no tuvo conflicto, comenzó las clases normalmente. Se aplicó la paritaria nacional, los sindicatos acordaron y aprobaron la oferta del gobierno y empezaron las clases. En 2017 se suspendió la paritaria nacional dándole la espalda a la ley y no empezaron las clases. Uno esperaba que en 2018 se repitiera el éxito y no el fracaso, pero se repitió el fracaso y estamos en el mes de mayo y la provincia de Buenos Aires y la Ciudad no resolvieron su paritaria. Es una lástima que el gobierno por un lado haya abandonado la discusión y la paritaria nacional con los docentes, y por otro lado que haya suprimido un fondo que es muy importante, que es el fondo de compensación salarial, que fija la ley de financiamiento educativo. Ese fondo permitía ayudar a las provincias que no llegan al piso que se fija a nivel nacional. Once provincias recibían esa ayuda, y ese fondo desapareció.

- En estos años creció la matrícula escolar a partir de la obligatoriedad de culminar el secundario, es decir ingresaron más chicos al sistema escolar. Esto tuvo su complejidad. ¿Cómo ha visto este fenómeno de la masificación escolar, que tuvo su costado positivo por ampliar derechos pero donde se observa también costó responder desde lo pedagógico, la calidad?

- Cuando uno mira los logros a nivel cuantitativo se ve que los principales, nosotros recibimos un sistema educativo que había universalizado la escuela primaria, estuvieron en la secundaria y el nivel inicial. Este último es aún más importante que el de la secundaria porque garantiza una plataforma mínima para el aprendizaje en la primaria. No es lo mismo un chico que fue a jardín que aquel que no fue, no es lo mismo el que hizo las salas de 3,4 y 5 que el que no fue. Y donde más creció la educación argentina es en la sala fundamentalmente de 4 años

- ¿Es importante que un chico se inicie lo más tempranamente posible en el sistema escolar?

- Exactamente, y ahora avanzar hacia las salas de 3 también. Porque los chicos vienen de hogares con capitales culturales muy diferentes, incluso códigos lingüísticos muy diferentes. Casas donde hay diccionario, computadora y padres profesionales y casas donde los padres no fueron a la escuela. Entonces ese nivel de socialización primaria tan diferente, si recién se empieza a igualar en el primer grado trae problemas. En mi época había primero inferior y primero superior justamente para nivelar esas diferencias. Por suerte eso ahora lo podemos hacer en la sala de cinco o la de cuatro. Para nivelar las desigualdades de origen ha sido muy importante esa masificación, se duplicó la cantidad de chicos en la sala de 4 y se avanzó mucho en la sala de 3, y casi se llegó al 99 por ciento en la sala de cinco. Y en la secundaria se avanzó de uno de cada dos que se recibía a dos de cada 3, lo cual marca que todavía tenemos una deuda en ese sector para que se cumpla con la obligatoriedad. Pero si uno mira que la obligatoriedad de la primaria se estableció en el año 1882 y recién uno podría decir que la empezamos a cumplir cien años despúes, se observa que son procesos muy largos, que hacen también a cambios culturales, mucho más en la secundaria donde el chico está tironeado en el mercado de trabajo.

- Ahí aparecerían los desafíos

- Si, ¿Cuales son los desafíos, los déficits que dejó nuestro gobierno en lo educativo? lo pondría en dos direcciones. En primer lugar el tema de avanzar en que logremos cumplir con la ley que fija la secundaria obligatoria, y en segundo lugar el tema de la calidad. Muchos chicos más van a la escuela, pero la escuela todavía no enseña todo lo que promete enseñar. Me parece que en esta etapa, incluso hay que decirlo autocríticamente preocupados por el tema de la cantidad, no se le dio toda la importancia necesaria a la calidad. Para eso me parece que el tema principal pasa hoy por dos cuestiones: la formación docente, mejorar la calidad, no solo en la formación inicial sino en la formación permanente. Cambiando la idea de perfeccionamiento docente individual por un mejoramiento de la calidad docente a nivel institucional. Es la institución educativa la que tiene que calificar a sus docentes. Si hay un problema en un docente para explicar matemáticas, es la escuela la que tiene el problema con las matemáticas. Entonces tiene que ser un tema común para toda la escuela, y la capacitación entonces tiene que ser dentro de la escuela y dentro del horario del trabajo. Porque uno saca el docente y lo capacita, cuando vuelve se encuentra con los chicos reales y todo se torna más complejo. Ahí hay que avanzar. Y lo segundo en el nivel medio, ya que el nivel primario cumple con sus objetivos mayoritariamente, hay que cambiar totalmente el nivel institucional.

- ¿Cuales son los cambios que habría que introducir en la escuela secundaria?

- Esto aparece en la ley nacional de educación de 2006, que establece que hay que tener docentes de jornada completa en cada una de las escuelas. Necesitamos docentes con mayor estabilidad dentro de la institución. Todas estas cosas están dentro de la ley nacional, pero no se cumplen. Esto lo digo también autocríticamente. Por ejemplo la ley obliga a la enseñanza de la informática, se repartieron computadoras, pero desgraciadamente hoy se están dejando de repartir. Se avanzó mucho en la enseñanza de la segunda lengua. Hay cosas que están en déficit, por ejemplo la escuela de jornada completa. En el caso de la escuela media, la que tiene mayores dificultades, hay que construir una escuela cuya institución sea mucho más integradora y esté mucho más preocupada por la cultura juvenil que ahora. Es como que te vas a comprar una camisa y necesitás talle 42 pero te dicen solo tengo talle 40. Y te señalan adelgace y vuelva. Hay un modelo de escuela y vos tenés que adaptarte. En el mundo lo que está pasando es que las escuelas se adaptan a las realidades muy diferentes de los jóvenes y de los adolescentes, y responden a las preguntas que ellos tienen.

- ¿Y esto tiene que ver con la capacitación docente?

- Nosotros tenemos que aumentar el nivel de exigencia en nuestras escuelas, pero esto puede pasar solo si la escuela contesta las preguntas que los jóvenes tienen. Es muy difícil una escuela con profesores que están diciendo cosas que a nuestros jóvenes no les preocupa para nada o están enseñando la disciplina pero no la disciplina actual. Ahí tenemos una cuestión importante. Otra cuestión, y esto tiene que ver específicamente con la primaria, es que la ley prevé la división de la carrera docente. Nosotros tenemos un problema es que el docente, como todo trabajador, busca ganar más. Y esto puede hacerlo a través de dos formas: uno es por la antigüedad. Es un premio a que cumplís años pero no es un mérito. Está muy bien, porque cuando tiene más antigüedad lo merece, y luego está la otra forma que es alejarse de los alumnos. Es decir va al concurso y es secretario de escuela, va a otro y es vicedirector, otro pasa a ser director y luego supervisor. Es decir que el mejor docente es el que queda más lejos de los chicos. La ley de educación prevé que si el docente mejora, por ejemplo da filosofía y hace una licenciatura, se le paga más para que se quede en el aula. Si hace una maestría, se le paga más. Porque el tema es que se necesita ahí el docente, pero busca salir del aula para ganar más, pero le gusta enseñar.

- Claro, pero si se esforzó quiere ganar más

- Y capaz este docente no tiene capacidad de liderazgo o conducción, pero otros sí. Entonces puede haber dos carreras docentes. Una carrera docente de aula, y ganar más estando en el aula por antigüedad y por capacitación, y ganar más quien quiere estar en gestión. Un director de escuela es un tipo que se preocupa por el aprendizaje, pero también se preocupa por la organización institucional. Ayudaría mucho si nosotros premiamos a los mejores docentes quedándose en el aula, que son apasionados por la enseñanza. Y esto fundamentalmene aplicarlo en las aulas de primero y segundo grado, que son los más difíciles, donde empieza la lectoescritura y el cálculo básico. Y donde hace falta mayor nivelación. Hay ciertas reformas pedagógicas que están planteadas en la ley y que debiéramos avanzar, que son cambios de mediano y largo plazo. En síntesis, seguimos con problemas cuantitativos, tenemos que terminar de universalizar la sala de cuatro años, y avanzar hacia la sala de tres, seguimos con un tercio de los chicos que no terminan la escuela media, pero junto con este problema cuantitativo tenemos un problema de calidad. Y ahí hay que trabajar fuertemente con políticas de estado, porque los tiempos electorales no tienen que ver con los tiempos pedagógicos. Más allá de cada gobierno habría que tener estrategias institucionales de largo plazo para que esto impacte en la realidad. Lo han dicho ministros que han venido en estos días a la Argentina, como los de Francia, Finlandia, los cambios se ven en un par de décadas.