Pequeñas ayudas para derrotar a los miedos

Cábalas del fútbol

Por Richardo Gotta
Edhasa. 256 páginas

El fútbol suele ser un terreno fértil, un hábitat perfecto, un rincón especial para que aniden creencias, rituales, costumbres, todo para invocar a la suerte para que ella juegue a favor. Claro, el de enfrente también lo hace, pero esa será otra historia. La magia que emergía naturalmente de la zurda de Maradona y que hoy se repite desde el botín izquierdo de Lio Messi nunca fue, y no lo es, suficiente. Había y hay que ayudar desde afuera. ¿Cómo? Con las famosas cábalas. 

De este juego abstracto, justamente, habla Cábalas del Fútbol, la obra realizada por el periodista deportivo, Ricardo Guido Gotta, quien formó parte durante muchos años de las filas de este diario.
El libro recientemente lanzado por Edhasa, cuenta y trata de las cábalas en el fútbol, aquellos ritos, creencias y obsesiones que jugadores y técnicos practican rigurosamente con un objetivo primordial: "convocar a la suerte para que se siente a nuestro lado.

Algo así como un modo conmovedor para enfrentar al azar y vencerlo. Todo sea por una Copa, por un triunfo", dice el autor.

Son 256 páginas en las que Gotta cuenta y trata anécdotas y cábalas que van desde el Mundial de México 1986 hasta el de Brasil 2014, es decir ocho Copas del Mundo. Tras la proeza en el Azteca, con Diego a la cabeza, pasaron 32 años en los que Argentina estuvo cerca, casi en el umbral de un objetivo, pero sin lograrlo. 

Y fueron factores del juego los que se interpusieron, pero también esos procesos estuvieron llenos de rituales que surgen en las páginas de Cábalas del Fútbol: antes y durante los partidos, en un micro, en el avión, en la casa, en la cancha, en los vestuarios.

También promesas a más de una virgen, encargos a un brujo, rituales alimentarios, compañeros de asiento, itinerarios para llegar a un estadio, la prenda a usar. Todo para atraer a la suerte, para atenuar las maldiciones o neutralizarlas. Todo por una Copa, un triunfo. Y para Rusia 2018, cada hincha, seguramente, estará preparándose para jugar su partido desde su trinchera y con su herramienta: la cábala.