Macri está solo­

Mirador político - El Presidente tiene la difícil misión de decirle a una sociedad con baja tolerancia a la realidad que se terminó el financiamiento que permitía un gasto público sin control. Debe administrar pobreza y es muy difícil encontrar socios para tan ingrata tarea.

La solución no es que vuelvan Monzó, Frigerio o Ernesto Sanz, porque el problema no es político. El problema del Gobierno tampoco es el dólar, ni la incertidumbre económica. Es el mismo de todos los que lo precedieron en circunstancias similares: cómo gobernar sin plata y sin sobornar a los distintos actores sociales. Es cómo decirles que se acabó el financiamiento que permitía un gasto público sin control y un nivel de consumo divorciado del de producción.­

Esa es la noticia que Macri tiene que darle a una sociedad con una baja tolerancia a la realidad. Que se niega a pagar lo que consume, que festeja con una ovación de pie la decisión de no honrar sus deudas, que se queja de los `ñoquis', pero que no rechaza un nombramiento que le permita cobrar sin trabajar, que considera un `derecho adquirido' ver fútbol sin pagar.­

Una sociedad que practica deliberadamente la esquizofrenia a la hora de justificar su conducta. Una clase media que condena los subsidios al pobrerío, pero que se enfurece cuando Macri reduce los subsidios que la benefician como los del gas y la electricidad. A dejar contentos a esos bipolares le enseñó Durán Barba al Presidente, pero se acabó la prestidigitación. Habrá que administrar la pobreza y es difícil encontrar socios para tarea tan ingrata.­

Desde algún sector se ha señalado que el Gobierno está obligado a librar una batalla cultural, pero esas batallas no ganan elecciones. Prueba de esto es el kirchnerismo que tuvo un éxito electoral arrasador cuando pudo rifar los recursos públicos haciendo demagogia y que se derrumbó cuando esos recursos se agotaron. Que perdió las elecciones de 2013 y 2015 contra un partido inexistente, la Coalición Cívica, otro distrital, el PRO, y un tercero desaparecido, la UCR, cuando se quedó sin otro financiamiento que la emisión, lo que terminó paralizando la economía. Todo esto a pesar de haber armado la más imponente red clientelar que se recuerde en el Conurbano y de contar con la estructura peronista. El desastre macroeconómico hecho por Cristina Kirchner para ganar las presidenciales de 2011 terminó pagándolo Daniel Scioli cuatro años después. Ahí no hubo `Carta Abierta' que valiera.­

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"GOBERNO SOBORNANDO''­

Desde que asumió, Macri gobernó sobornando. A los gobernadores, a los sindicalistas, a los piqueteros. Eso lo fortaleció y le permitió ganar el año pasado. Pero a costa de no alinear las variables macroeconómicas, de postergar el ajuste. Ahora debe hacerlo, pero con quién. ¿Con el peronismo que aprobó en Diputados una proyecto de reducción de tarifas que, de convertirse en ley, condenaría la economía a otra crisis? ¿Con los radicales que fueron los primeros en `incendiar la pradera' y terminaron arrastrados por la corrida cambiaria y aceptando un préstamo del FMI? No importa quiénes concurran a la Casa Rosada para la foto. No hay ningún gran acuerdo nacional posible ni pacto de la Moncloa. Macri está solo para hacer el ajuste, para hacer política sin plata, algo que ya demostró repetidamente su inviabilidad en la Argentina.­