Cambio de escenario, misma jerarquía

"Ni con perros ni con chicos": la dirección de Javier Daulte demuestra su sapiencia también en el género del teatro musical. La propuesta merece ser revisitada y es una oportunidad para quienes aún no la vieron de conocer más allá del latiguillo de Alfred Hitchcock, los entretelones del mundo del espectáculo entre guerras.

"Ni con perros ni con chicos". Autor: Fernando Albinarrate. Dirección: Javier Daulte. Música original y dir. musical: F. Albinarrate. Vestuario: Mini Zuccheri. Escenografía: Alicia Leloutre. Iluminación: Matías Sendón. Coreografía: Verónica Pecollo. Actores: Omar Calicchio, Laura Oliva, Daniela Pantano, Federico Coates. En el Espacio Callejón (Humahuaca 3759).


Uno de los logros de la reposición de "Ni con perros, ni con chicos", la laureada obra de Fernando Albinarrate, es trasladar desde el único teatro nacional, el Cervantes, donde tuvo un éxito descollante la temporada pasada, al circuito "off", ese espíritu provocador y a la vez melancólico que se trasluce en el relato. Narración que expone los avatares del gran Charles Laughton (Omar Calicchio), célebre director y actor inglés con recordados éxitos en la pantalla grande, quien se nacionalizó estadounidense en 1950.

El relato corresponde a su esposa Elsa Lanchester (magnífica Laura Oliva), quien juega en una imaginaria entrevista con recuerdos y vivencias, que el intenso Calicchio recrea junto al resto del elenco, también de notable performance.

La historia de amor de las dos estrellas del cine anglosajón renace en interpretaciones fuertes y comprometidas, donde el mundo de las emociones está expuesto permanentemente. El texto profundiza en la vida de los personajes y va develando las incertidumbres e inseguridades, los miedos y sentimientos, en eficaces letras y músicas.

Por su parte, Alicia Leloutre construye una escenografía de singular simpleza. En tanto, son creativas y vistosas las coreografías de Verónica Pecollo, y muy adecuado el vestuario de Mini Zuccheri.

La dirección de Javier Daulte demuestra su sapiencia también en el género del teatro musical. La propuesta merece ser revisitada y es una oportunidad para quienes aún no la vieron de conocer más allá del latiguillo de Alfred Hitchcock, los entretelones del mundo del espectáculo entre guerras.

Calificación: Muy buena