"Hemos confiscado a los­ inversores varias veces"

-¿Cómo juegan las provincias y uán trascendente es el Pacto Fiscal?­

-Eso ayuda, pero esta reestructuración general del gasto ni ha empezado a considerarse. Eso implica una reforma previsional, entre otras cosas. El ministro de Hacienda y el presidente del Banco Central del Uruguay acaban de plantear en un debate que la expectativa de vida del ciudadano uruguayo está aumentando y que el sistema previsional se tiene que adecuar a ese problema. Acá también tenemos ese problema y nadie habla de eso.

-Es un tema sensible.

-Pero son reformas de acá a 30 años. La reforma no se hace para mañana. Empieza en el 2018 y la termina en el 2048. Lo que se hace a lo largo de un período de tiempo, cada tres meses, se va subiendo la edad de retiro y los años de aportes. Y en tres décadas se sube diez años la edad del retiro.

-¿Esa explicación falta a la hora del debate?­

-Si esto no se discute, hay que ver cuáles son las alternativas. Algunos pretenden cobrar muchos más impuestos. Acá tenemos el IVA que es del 21%, impuesto a Ingresos Brutos, que convertido equivalente al IVA son 10 puntos más; cuando se convierte el impuesto al cheque, son 7 puntos más. A eso hay que agregarle el impuesto al patrimonio que me cobra el gobierno local, el que me cobra la provincia y el que me cobra la Nación. ¿Algo me va a tocar a mí del esfuerzo que hago? No estoy de acuerdo con la idea de que la solución argentina pasa por subir brutalmente los impuestos. Pero reconozco que esa es una alternativa.

-¿Qué le dejó el sistema de capitalización instaurado en los '90?­

-Era un sistema que tenía grandes ventajas en el sentido de que no había jubilaciones privilegiadas, no le regalaban a nadie una jubilación sin aportes y dependía mucho del esfuerzo que el trabajador hiciera para retirarse. Si el aportante cumplía, cobraba. No importaba tanto que fuera estatal o privado, sino que hubiera una vinculación entre lo que aportaba y lo que luego cobraba. Lo importante era esa correspondencia. Eso terminó muy mal. A los que creyeron y aportaron, los confiscaron, les robaron y se terminó.

-¿Sería posible reinstalarla?­

-Después de ese esfuerzo, ¿cómo convence a alquien que fue robado de la manera en que nos robaron, de que vuelva a poner su dinero allí? A mí me agarraron una vez, pero no me agarran más. La ley daba muchas garantías. Una persona del gobierno anterior me dijo: ¡cómo ibamos a dejar pasar esos u$s 90.000 millones que estaban ahí! Era manotear y gastar, una tentación irresistible. Sacarle al que hizo el esfuerzo y regalárselo a otro. Eso fue brutal y ocurrió muchas veces. Ocurrió cinco veces con los depósitos bancarios, con los fondos previsionales. ¿Alguien puede creer en la Argentina? ¿Por qué no vienen las inversiones extranjeras? Ya los hemos confiscado varias veces.

-¿Lo estamos pagando?­

-Se paga muy caro. Los que les sacamos Aerolíneas Argentinas, que están en prisión, han cobrado una indemnización brutal. Y están presos. Les vamos a pagar como si fueran buenos. Vamos perdiendo todos los juicios.

-¿No es optimista con respecto a que crezca la Inversión Extranjera Directa?­

-Bueno, con el tiempo y si hacemos las cosas bien... Si demostramos algo, si somos prudentes. Si los argentinos creen que no los van a robar. Son los más astutos de todos.

-Se espera mucho por el inversor externo, pero el que mueve la economía es el inversor local.

-Y yo diría que el pequeño inversor, fundamentalmente. Aquel al que ya han robado varias veces. ¿Por qué la gente promedio en la argentina compra dólares o abren cuentas en el Uruguay? Porque tenía miedo de que le robaran los ahorros. En el 2001 el Congreso en pleno votó la ley sobre la Intangibilidad de los depósitos. Yo cuando ví esa ley dije: nos roban seguro. La tentación de ir sobre los depósitos fue inmensa.