Sólo la verdad dará algo de paz

    

Por Alejandro Grandinetti *


Como miembro de la Comisión Bicameral abocada a esclarecer las causas de la desaparición del submarino ARA San Juan, cuando ya se han cumplido 5 meses desde el momento en que dejó de emitir señales mientras regresaba a la Base Naval de Mar del Plata, espero con ansiedad la presencia del ministro Jorge Aguad en el Parlamento Argentino, quien deberá responder sin más dilaciones a los cuestionamientos que venimos planteando desde hace tiempo.
Ya en el mes de febrero expresé mi preocupación en relación a este tema, cuando presenté un proyecto de resolución solicitando al presidente de la Nación como titular del Poder Ejecutivo y comandante en jefe de la Fuerzas Armadas de la República Argentina, que eleve a la Legislatura un informe detallado sobre la desaparición del Submarino ARA San Juan producida el pasado 15 de noviembre.
En esa oportunidad solicité conocer en detalle el recorrido de la última misión junto a los objetivos y deberes asignados por la superioridad a dicha misión. Pedí también una lista de contactos y avistamientos de cualquier tipo que hubiere tenido el ARA San Juan con aeronaves y naves de otras banderas y nacionalidades, tanto en la última misión como en anteriores y ya sean éstas de carácter militar, civil o comercial junto a un detalle de las últimas comunicaciones y ampliación conceptual de las mismas destinadas al entendimiento civil no castrense, si es que encerraran mensajes en clave y/o de interrelación comunicacional militar. Además propuse se enviara un reporte de lo actuado por gobiernos de otras naciones sobre el particular; y la entrega de cualquier otro elemento sustancial para el tratamiento de la causa de la desaparición como al de la búsqueda.
Por otra parte, el proyecto presentado por mí advertía al Gobierno argentino sobre la necesidad de especificar si el Submarino ARA San Juan, como cualquier otra embarcación o aeronave dependiente de las diferentes reparticiones de las Fuerzas Armadas y de Seguridad del Estado argentino, mantuvo trato hostil, persuasivo, de carácter no amigable y confrontativo con aeronaves y naves de otras banderas y/o nacionalidad, sean éstas de carácter militar, civil o comercial, durante el año 2017, y pedí también detalles del estado operativo en general del submarino ARA San Juan en cuanto a características específicas de su navegabilidad, desperfectos, mantenimiento, cumplimiento de controles, reposiciones y todo tipo de mantenimiento integral que apuntara a su segura navegación. Lamentablemente, nunca tuve ningún tipo de respuesta.
Pero continúo insistiendo porque el dolor está vivo en los familiares y en todo el pueblo argentino ya que la desaparición del Submarino ARA San Juan y su tripulación ha conmocionado su más íntimo sentir. Más aún, al no tener certezas sobre lo sucedido, se genera un clima de ocultamiento de la verdad, que conlleva a una multiplicidad de interrogantes, no sólo sobre las causas concretas de la tragedia, sino sobre cómo se fue desarrollando su búsqueda, siendo ésta una cuestión fundamental para echar luz sobre lo primero. Las preguntas formuladas persiguen ese fin, ir en busca de la verdad para que los familiares y toda la ciudadanía sepa qué pasó, quién ocultó, o si existieron perversas operaciones de confusión y distracción. Estoy convencido de que únicamente la verdad logrará poner a esos 44 patriotas que velaban por la defensa de la soberanía nacional y que ofrendaron sus vidas por el conjunto de una Nación en el lugar que la historia les tiene asignado, y llevará la tranquilidad necesaria a los familiares que aún no pueden verlos descansar en paz.

* Diputado nacional por el Frente Renovador-Santa Fe. Integrante de la Comisión Bicameral Especial Investigadora sobre la Desaparición, Búsqueda y Operaciones de Rescate del Submarino.