Madres contra el paco

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Cuando observamos pacientes con severos trastornos adictivos (atendemos pacientes con casi 30 años de consumo) o de una iniciación precoz (edades casi infantiles) vemos cómo se van "quemando" vínculos con la familia. El largo periplo que culmina en consumo solitario es la imagen misma de la soledad de vínculos en que han caído. Se va formando lo que se llama hoy "Familias Multiproblemáticas".

Suelen ser una "estación" de entrada a las drogas y, a su vez, la "estación" final si no se logra frenar el consumo crónico. Se van liquidando todos los vínculos y quedando el hombre frente al espejo de su autodestrucción. Es común en estas familias la presencia de varios con problemas, algunos presos, otros hijos muertos, algún familiar en decadencia alcohólica (no hay uno solo con problemas), una gran desorganización en los límites, comunicación y orientaciones humanas, el abandono de las funciones parentales, aislamiento y una pobreza espiritual y en otros de tipo material enorme. Se instala la desesperanza en la vida. Llegan vencidos a la consulta, no creen en nosotros porque ya no creen en ellos.
Instalar con una actitud profesional presidida por una gran empatía y calor humanos es lo que puede generar una posibilidad de esperar y creer; ayudarlos a encontrar recursos a pesar de sus vulnerabilidades permanentes es otra tarea mientras tanto fortalecer apegos y afectos es una acción permanente así como abrirlos a grupos de autoayuda e incorporarlos a otros recursos humanos que han pasado por la misma situación. Descubrir en las experiencias de otros una rehabilitación posible. Ayudar a que puedan lograr una mejor organización familiar es un proyecto que se hace necesario. Hay miles y miles así en nuestro país.

Los que tienen recursos para superar la adversidad (capacidad resiliente) incluso se nuclean en organizaciones de padres. Un ejemplo de esto es la Unión de Madres Contra el Paco y Organizaciones Sociales contra las Adicciones (Unife), que el 3 y 4 de mayo en la provincia de Corrientes van a unir a miles de padres para debatir y peticionar a las autoridades la posibilidad de tratar a sus hijos y de prevenir esta epidemia.

Jorge hace 30 años que consume la bolsa de cocaína y lo llama más que nada en la vida siendo, asimismo, la nada misma. Comenzó a los 18 años. Interrumpió el consumo un tiempo pero todo volvió. Los tratamientos se abandonaban. Hijos que quedan atrás, padres heridos algunos ansiosos, otros con accidentes cardíacos o cerebrovasculares. Todos sufren, se desgastan y se van "quemando" a medida que progresa la enfermedad hacia lo terminal. Nadie puede detener nada.
Mientras tanto, Oscar a los 12 años empieza con marihuana, luego la carrera hacia el paco junto con el alcohol se acompañan de un abandono de la escuela. La madre corre. El padre ¿el padre dónde está? Nunca estuvo. No hubo vínculos. Paternidad sólo biológica en dónde ni siquiera hubo donación de apellido ni de sentidos, orientación y límites que es parte de la Función Paterna. Justo en la adolescencia que era donde más se necesita la figura paterna desaparece quien nunca apareció.

LA PREVENCION
Años de menospreciar la prevención como alerta temprana nos llevó a esta situación. Los costos que estamos pagando son enormes. Económicos, en vidas, deterioro, enfermedades psiquiátricas invalidantes, sistemas judiciales y penitenciarios. Coqueteamos con el consumo durante años. No alertamos en escuelas, medios de comunicación, familias, Iglesias, empresas. Hoy en todas las instituciones hay muestras palmarias y desconcertantes de estos déficits. La probabilidad de buena respuesta aumenta en relación a la duración de los tratamientos y tienden a mantenerse en el tiempo.
El costo de tratar pacientes con trastornos adictivos es menor al costo asociado al uso de servicios de salud y social, la criminalidad y el uso de servicios de justicia. El Estado ahorraría, ganaría en salud, bajaría el índice de discapacidad y de deterioro de miles, se aseguraría un capital humano y social en condiciones más óptimas que es el verdadero capital de una Nación. Hoy sabemos que una intervención precoz en asistencia lleva a tasas de abstinencia que a 5 años es de alrededor de un 50%, la cesantía laboral baja un 50%, la criminalidad en un 30%.
Después de un año de tratamiento esta duración predice mejores resultados en tres mediciones: patrones de consumo de alcohol (abstención, problemas y síntomas de dependencia); funcionamiento psicológico (autoeficacia y depresión); y funcionamiento social (participación en actividades sociales, cantidad y calidad de amistades).

FORTALECER FAMILIAS
Estas familias luego de años de dolor y frustración tienden progresivamente a aislarse, fragmentarse , desconfían y excluyen las ayudas lo cual las va confirmando en la desesperanza y en la creencia de que sus problemas no tienen solución. Muchos se mueren por penas y tristezas con una alta dosis de autoinculpación.
Trabajar con ellos es importante. Depresiones crónicas, enfermedades orgánicas que encubren un dolor de años. Descubrir recursos en ellos es fundamental como lo están haciendo esas Madres contra el PACO y las Organizaciones Sociales contra las Adicciones con un nombre que las convoca que es todo un signo de resiliencia y de lucha contra la adversidad (Unife). Fe. Esperanza. Los sistemas sociales y los países no se suicidan mientras existan personas como las que forman estos grupos.

* Director general de Gradiva - Rehabilitación en adicciones