"Los precios seguirán subiendo hasta que no baje la emisión"

Ramiro Castiñeira analiza la razón por la cual en marzo la inflación fue de 2,3 %. El Banco Central es el principal responsable debido a que no restringe su política monetaria emisora. El déficit fiscal y la actualización de tarifas juegan en contra.

El dato de inflación del mes de marzo, un robusto 2,3%, no hizo más que confirmar lo que el mercado proyecta para el todo el año: el Gobierno no cumplirá con las metas trazadas por el Banco Central, pese a que en diciembre decidió relajar las mismas y pasar de un 12 a un 15% para el 2018. A esta altura del partido el objetivo resulta una quimera.

Las causas son motivo de polémica entre los economistas. Están quienes adjudican el fenómeno a factores diversos, como la restricción de la oferta y la emisión monetaria, entre otras variables, y los que piensan que el incremento del nivel de precios es consecuencia exclusiva de darle a la maquinita. Entre estos últimos se encuentra Ramiro Castiñeira, economista de la consultora Econométrica.

-¿Por qué se repiten cifras de inflación mensual tan altas?

-Los agregados monetarios no se lograron, por eso es que el Indec termina dando a conocer estos datos de inflación, que se vienen repitiendo todos los meses. Y eso no cambiará si seguimos por este camino.

-¿La causa es estrictamente monetaria?

-El Banco Central no logró frenar la creación de dinero del 30%, y si la emisión sigue a este ritmo es muy difícil pensar que cambie algo en materia de inflación. El nivel de precios no moderará su ritmo alcista hasta que no se aplaque la emisión monetaria. Y todo esto se refleja en las cifras que mensualmente da a conocer el Indec en materia de inflación.

-¿Cuál es la proyección de inflación anual que manejan en Econométrica?

-Seguimos con una pauta del 22% para el 2018.

-Es decir que, según sus proyecciones, el Banco Central no cumplirá la meta del 15%. ¿Hay que cambiar el plan?

-No necesariamente. Es cierto que un programa que persiga agregados monetarios va a enfocar más lo que tiene que ver con la baja de la emisión monetaria. Lo que hay que hacer es detener la creación de dinero. Pero no es tan fácil con un déficit fiscal tan alto. Hay que recordar que el Banco Central estaba saqueado. También vale decir que la inflación no está descontrolada, pero no baja porque hay muchos objetivos de corto plazo que la estimulan. Por ejemplo, fortalecer las reservas, solventar al Tesoro, impulsar el crédito, todo esto se contrapone con una política restrictiva. Dada la herencia recibida, los objetivos planteados son muy voluntaristas.

-¿La actualización de las tarifas seguirá siendo un lastre para bajar la inflación?

-El desarme de tarifas es una tarea enorme y complota contra la baja de la inflación. Fueron pisadas durante muchos años y están desactualizadas, teniendo en cuenta el nivel de precios de la economía. Para adecuarla a precios libres todavía faltan los aumentos pautados para 2019. El Gobierno se propuso recomponer las tarifas en cuatro años. En la Era K la inflación acumulada fue del 800%, y las tarifas subieron menos de 100%, con lo cual dejaron bajo la alfombra un 700%. Este objetivo el Gobierno lo dividió en cuatro años. Y en eso estamos ahora.

-¿Era más difícil de lo esperado aplacar el proceso inflacionario? Al menos el Gobierno lo vendía de esa manera.

-Sí, el mensaje del Gobierno era que iba a poder controlar y bajar la inflación en poco tiempo, que sería una tarea sencilla. Eso fue subestimar la herencia recibida de la gestión K. El Gobierno de Cambiemos no quiso poner en evidencia la herencia, y no sé porqué lo hizo.